Colores en el plato

La variedad de colores de los alimentos no sólo funciona como un importante estímulo visual a la hora de comer sino que aporta diferentes beneficios a la salud. La importancia de lograr un verdadero arcoiris en cada comida.

TEXTO. LIC. NATALIA ROMERO MATHIEU.

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Pensar qué vamos a preparar para comer suele ser un gran desafío, considerando sabores y aromas preferidos, sin dejar de lado lo saludable. Pero resulta importante destacar que el gusto y el olfato no son los únicos sentidos involucrados en el acto de comer. Éste es un proceso más complejo que comienza desde el momento en que planificamos nuestros platos y termina luego de saborear el último bocado.

Durante ese transcurso de tiempo sucede un sinfín de situaciones. Una de ellas es el pensar cómo se verá aquello que deseo o planifico comer. ¿Por qué es tan importante cómo se verá? Porque solemos disfrutar y predisponernos de otra forma cuando el plato que vamos a consumir luce bien. Parte de ese lucir bien está estrechamente relacionado con la combinación de colores, definidos, fuertes y variados, que al mismo tiempo potencian nuestras ganas de probar nuevos alimentos o preparaciones.

Volver un plato atractivo a los ojos es una de las herramientas fundamentales a la hora de incorporar nuevos ingredientes en el ámbito familiar o buscar la aprobación de los comensales.

Por otro lado, la importancia de la variedad de colores no yace únicamente en este detalle. Justamente las frutas y hortalizas brindan múltiples beneficios en relación a su colorido. Seguramente ha escuchado la recomendación “coma colorido”; esto es debido a que de acuerdo a su color, las frutas y hortalizas, aportan diversos principios nutritivos. Pensar en un plato colorido es contar con variedad de vitaminas, minerales y fitonutrientes.

BENEFICIOS

A continuación encontrará una guía de los nutrientes que aporta cada color:

- Color verde: se debe a la presencia de la clorofila, que ayuda a reforzar el sistema inmune. Además es una buena fuente de fibra. Las hojas verde oscuro, en particular, tienen un alto contenido de hierro y ácido fólico, nutrientes que fortalecen nuestro sistema circulatorio. Ejemplos: lechuga, achicoria, kiwi, brócoli, acelgas y espinacas.

- Color amarillo y anaranjado: Destacamos la presencia de fitoquímicos así como de carotenoides (alfa y beta carotenos). Estos componentes son precursores de la vitamina A, la cual tiene múltiples funciones dentro de las que podemos subrayar la participación en la síntesis hormonal, así como en la diferenciación y crecimiento celular, y en la respuesta inmune. Por lo tanto, ayudará a mantener en buenas condiciones nuestra piel y vista, y fortalecerá el corazón y el sistema inmunológico. Ejemplos: zanahoria, zapallo, choclo, calabaza, ananá, naranja y damasco.

- Color rojo: Contienen licopenos y antocianinas, potentes antioxidantes, por lo que confiere protección contra el cáncer de próstata, y las enfermedades cardiovasculares. Ejemplos: tomate, sandía, pomelo, frambuesas, uvas y pimientos.

- Color blanco: Son ricos en fitoquímicos, flavonoides, isoflavonas, antioxidantes y en potasio. Esto los convierte en aliados de nuestro sistema circulatorio. Previenen enfermedades cardiovasculares, regulan la presión sanguínea, colaboran en la reducción del colesterol, y nos protegen contra algunos tipos de cáncer. Ejemplos: cebolla, cebollín, ajo, puerro y banana.

- Color azul o morado: Son ricos en niacina, potasio, vitamina C, ácido fenólico, flavonoides, y antioxidantes. Esto les permite proteger de la oxidación a vitaminas, enzimas y hormonas, mantienen el equilibrio de la presión arterial, favorecen la acción de enzimas reparadoras, estimulan la producción de glóbulos blancos y bloquean la formación de carcinógenos. Ejemplos: arándanos, repollo colorado, ciruelas y uvas negras.

Ahora todo queda en sus manos y creatividad, podremos obtener estos beneficios siempre y cuando el consumo sea habitual. Recuerde que el objetivo será crear un arcoiris en nuestro menú.