al mArgen de la crónica

Adiós a un intrépido

El piloto sudafricano Laurie Kay, que en 1995 impresionó a su país al dirigir un enorme Boeing 747, sobre el estadio pocos minutos antes del comienzo de la final del mundial de rugby de Sudáfrica, falleció ayer a los 67 años.

Kay murió de un ataque al corazón en el parque natural de Kruger, en el noreste de Sudáfrica, donde participaba en labores de vigilancia aérea de los cazadores furtivos de rinocerontes.

La prensa mundial recuerda hoy su papel en la mítica final del mundial de rugby del 24 de junio de 1995.

Sudáfrica batió a Nueva Zelanda, en un hito deportivo celebrado por toda la nación más allá de las diferencias raciales, en plena transición política y un año después de la elección de Nelson Mandela como primer presidente negro del país.

Por sorpresa para los espectadores y millones de televidentes que esperaban el comienzo del partido, Kay piloteó el Boeing 747 Classic que planeó dos veces sobre el estadio de Ellis Park en Johannesburgo, atestado de blancos agitando banderas de la nueva Sudáfrica multirracial.

Con un mensaje escrito en la parte de abajo del aparato, el avión de las Aerolíneas Sudafricanas deseó suerte a los anfitriones antes del pitido inicial.

El emotivo momento está recreado en la película “Invictus”, que cuenta los empeños de Mandela (encarnado por Morgan Freeman) para hacer del éxito del equipo nacional de rugby -un deporte tradicionalmente blanco en Sudáfrica- un motivo de unidad nacional entre todas las razas.

“Fue un vuelo febril, para el que fue necesaria mucha preparación”, recordó Scully Levin, su amigo y maestro de aviación.

Considerado uno de los mejores aviadores sudafricanos, Kay piloteó también el avión que participó en la ceremonia de investidura de Mandela como presidente en 1994, así como en la inauguración de la Copa de África de Naciones de fútbol celebrada en Sudáfrica en 1996.