“EL CÍRCULO INFINITO”

La dinastía que nos parió

  • Con su nueva novela, Carmen Ubeda apunta a registrar los signos del ser humano: sus miserias y sus miedos, sus fortalezas, su devenir.

Natalia Pandolfo

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Como en un caleidoscopio, el devenir de Aquilino Da Costa Morbi es puesto a consideración del lector en segmentos recortados. En “El círculo infinito” (De Los Cuatro Vientos), Carmen Ubeda aborda la historia de un hombre nacido en Portugal en 1903, trasplantado en Argentina y muerto en 2003: por su historia pasa el centenario del país.

“La obra no es autorreferencial, no soy completamente Aquilino ni completamente ningún personaje, pero alguna partícula de mí estará en todos ellos. Creo más bien que todos los personajes son producto de haberle puesto tanto la lupa a la vida y a la gente y que en ellos están representados los signos de la condición humana”, dice la autora.

“Sin querer hacer una exégesis de mi propia obra, Aquilino somos nosotros, el país contradictorio: melancólico y compulsivo, amoroso y desamorado, conservador y transgresor, violento y pacifista, autoritario y republicano, pedante y humillado y todos los opuestos que pueda encontrar el lector en él. Sus mujeres son espejos de los diferentes ‘radianes’ por los que pasa y su descendencia, todas las posibilidades del ser argentino que somos”.

“Creo que en ‘El círculo’ hay cien años de historia argentina, obviamente recortada y que poco tiene que ver con una linealidad científica: se trata de la intrahistoria, como diría Unamuno, la historia vivida por cada uno de los cuerpos y de las almas de los personajes”, define.

Para Ubeda la escritura es siempre una búsqueda, se trate o no de ficción. “Cada uno de mis textos es un fragmento de esa búsqueda. En el caso particular de ‘El círculo infinito’ voy buscando o tratando de comprobar que todas las vidas son circulares, es decir tienen un cierre donde es posible recuperar el origen, pero como en el círculo de la geometría, ese cierre deja un lugar para lo incalculable, lo infinito y lo irracional: ahí está el misterio”.

Todas las vidas

“Cuando escribo, vivo todas las vidas que se me antojan y creo que el lector también puede hacerlo”, dice Carmen. Las letras de tango van mechando poesía entre la prosa y delineando climas a lo largo de la novela. “El fado y el tango son increíblemente semejantes, desde sus orígenes periféricos y prostibularios hasta sus letras. El desgarro, el desarraigo existencial es una constante en ellos. ¿Y no es Aquilino acaso un ser desgarrado?”, fundamenta la escritora.

— ¿Se puede explicar la Argentina?

—Creo que sería deber de más de 40 millones de argentinos explicarse el país (o por lo menos 20, para no implicar a los niños, que son los que nos van a pedir respuestas). Personalmente no sé si como simple individuo puedo explicar al país, más bien creo que no; pero que lo estoy intentando hace más de cinco décadas lo puedo asegurar. Para ello, confío más en la ficción que en el ensayo, porque en ella juegan los factores no lógicos, las emociones y no las racionalizaciones que muchas veces lo encubren todo.

— ¿Contar tu país fue el objetivo de la novela, o fue algo que surgió durante el proceso de escritura?

— No creo que haya sido un objetivo duro de “El círculo”: el país se me filtra por todos lados, más allá de mi voluntad. Él me parió y yo, equivocada o no, siempre me junté con los que quizás ingenuamente queríamos volver a darlo a luz. Pero eso forma parte de mi historia personal y acá lo importante es que Aquilino Da Costa Morbi se me fue imponiendo en la novela como la encarnación de esa ‘dinastía’ que nos parió a todos.

“Por eso mezclo razas, nacionalidades, culturas, clases sociales representadas en la descendencia que el viejo patriarca (¿de ahí viene patria no?) prostibulario, devenido en feudal procreó con sus seis mujeres (judía, árabe, polaca, española, criolla y, si se quiere, la desgraciada portuguesa) y lanzó al país marginales, incestuosos, pedófilos, genocidas, luchadores, fundamentalistas, poderosos sin cerebro, nobles políticos, idiotas luminosos (idiota quiere decir diferente)”.

“Claro que es una necesidad mía semejante desafío, pero también es verdad que fue casi involuntario y que también se profundizó y se expandió con el devenir del texto. Hay momentos de la escritura en que podría asegurar, a riesgo de ser tildada de loca, que los personajes se imponen y toman vida propia. El punto es que el país, aunque encierre mi escritura en una caja negra, se filtra por cualquier insignificante fisura. Salvando las abismales distancias ¿podía sustraerse Shakespeare del suelo que pisaba y de sus intrigas cortesanas o Cervantes de la árida tierra de la Mancha o Calderón de la Barca de una dolorosa España?”

  • Cien años de historia argentina contados a través de la historia de un hombre y sus infinitas contradicciones.
La dinastía que nos parió

El libro propone planteos filosóficos sobre el devenir del tiempo, sobre la vida y la muerte, con las letras del tango como música de fondo.

Foto: GENTILEZA REVISTA TODA

La autora

  • Carmen Ubeda escribió cinco libros. Recientemente se presentó una Antología de Autores Nacionales, en la cual participa y por la que Ediciones De los Cuatro Vientos le otorgó una medalla al mérito literario. Además, está en proceso la edición bilingüe de esos textos.

Otras dos novelas -“La pregunta” y “Una interrupción fortuita del hastío”- están en proceso de publicación. Actualmente trabaja en la escritura de la novela “El enemigo”.