al mArgen de la crónica

“Abogados callejeros”

La asociación italiana “Abogados callejeros”, la única organización voluntaria de abogados de la Unión Europea que defiende las causas legales de los mendigos, se ha expandido desde su creación en el 2000 hasta constituir 31 sedes esparcidas por todo el país.

“Cada persona necesita un abogado” es lo que pensó Antonio Mumolo, fundador de la asociación, cuando caminando por las calles de Bolonia, se percató de la situación de desamparo jurídico que vivían los mendigos y comenzó a estudiar diferentes casos a los que se enfrentaban.

Un año más tarde, decidió contactar colegas de otras disciplinas para dedicar algunas tardes a recibir a mendigos y aconsejarles sobre los problemas que tenían con la justicia.

Así nació “Abogados callejeros”, que ha ido creciendo hasta convertirse en el estudio legal más grande del país, el que menos factura y que reúne a más de 700 profesionales que trabajan sin ánimo de lucro.

Su principal objetivo es “garantizar la tutela jurídica gratuita, cualificada y organizada a las personas sin casa, pero también a los ciudadanos que ven menguados sus derechos por el mero hecho de haber empobrecido por la circunstancia que sea”.

“La necesidad es real, esa gente necesita abogados porque se enfrentan a situaciones conflictivas como peleas o encontronazos con las fuerzas del orden”, explica Mumolo. “El número de italianos en situación de calle se ha triplicado”, asevera. Mayoritariamente, se trata de “empresarios fracasados o despedidos que rondan la cincuentena y que ya tienen casi por imposible acceder de nuevo al mercado laboral”.

Pero entre estos “nuevos pobres” hay una figura que está creciendo, y es la del padre de familia que, tras un divorcio traumático y la pérdida de su trabajo, termina durmiendo en la calle.

Desde el 2010, además, esta asociación ha promovido la figura del “psicólogo callejero” que, del mismo modo que el resto de voluntarios, acompaña a los abogados para ofrecer una consulta más completa a los mendigos.