En Familia

Tiempos de protección infantil

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Rubén Panotto (*)

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Las noticias sobre el maltrato y abuso de niños, niñas y adolescentes (NNyA) son algo cotidiano y van en aumento en nuestro país y en el mundo. La falta de protección a tales criaturas humanas ha llevado a situaciones patéticas y aberrantes, que no sirve repetirlas por tratarse de hechos profusamente difundidos por todos los medios. Todos conocemos la variedad y perversidad del maltrato a las categorías más indefensas y puras de la humanidad. Nobleza obliga, hay que reconocer que organismos internacionales han lanzado leyes y acuerdos muy importantes sobre el tema, a los que la mayoría de las naciones adhieren. No obstante, las estadísticas adversas continúan creciendo, sobre todo en América Latina, donde mueren 80 mil niños por año por la violencia y abuso generalizados. Nuestro país no está exento de este pecado, y las cifras del trabajo infantil y suicidios de adolescentes son alarmantes. Organismos como la Unicef, la OIT y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en la provincia de Mendoza han realizado relevamientos sobre trabajo infantil en hornos de ladrillos en Las Heras (Mendoza), donde los niños de 5 a 11 años hacen el trabajo de producción y carga de camiones, por una paga de veinte pesos. Los informes no registran accidentes, pero resaltan el cansancio y desgano de los niños, observados en la escuela.

Un informe de las Naciones Unidas revela que entre un 80 y 98% de niños y niñas sufren castigos corporales en el hogar. En nuestro país, desde el año 2008, la Oficina de Violencia Doméstica ha registrado denuncias por sólo 6.000 casos de niños, lo que indica la impunidad de los adultos para frenar drásticamente el acoso y la violencia hacia los menores.

La violencia familiar implica la violación de los derechos humanos, y afecta a la salud, la dignidad y calidad de vida de las personas. Como si esto fuera poco, los NNyA deben soportar el flagelo de la trata de personas, la pedofilia, el abuso sexual y laboral, contabilizándose 2,5 millones de víctimas en el mundo, 100 mil de las cuales están en América Latina. El representante de Unicef sostiene: “Sobre todo, somos los adultos los responsables de cuidar que nuestros niños, niñas y adolescentes crezcan en ambientes saludables y armónicos que les permitan crecer, formarse y desarrollarse plenamente”. Desde el año 2005, Argentina tiene la ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.

Esta semana se presentó en nuestra ciudad el Observatorio de Derechos de Niñez y Adolescencia, con el respaldo del vicegobernador Jorge Henn, la defensora de Niños, Niñas y Adolescentes, Analía Colombo, y demás autoridades provinciales y municipales de nuestra provincia. Este Observatorio se dedicará a evaluar y hacer visibles los derechos de niños y jóvenes de Santa Fe.

Materia pendiente

Los niños llegan al mundo sólo con derechos, mientras todas las obligaciones recaen sobre los padres y adultos. El niño no busca leyes que lo protejan, porque su cabeza está vacía de saberes, y su corazón sólo reclama afecto y protección de sus mayores. El infante no tiene aún el discernimiento acerca de lo malo y lo bueno, pero sí los padres y educadores, cuya tarea básica es cuidarlos. Es doloroso ver cómo familias y generaciones enteras han naturalizado el maltrato y abuso de los pequeños indefensos. Tremenda sentencia dejó Jesucristo para los que maltratan a los niños cuando dijo: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar”. Nunca Jesús fue tan duro como con aquellos que maltrataban a los niños.

(*) Orientador familiar

Datos útiles: toda denuncia por vulneración de los derechos de los NNyA deberá hacerse al Tel. 0342-4572387, ciudad de Santa Fe.