Unión-Colón: la década perdida

Darío Pignata

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El 25 de mayo de 2003 arrancaba la famosa década “ganada” que el oficialismo bautizó y sus seguidores festejaron el sábado en la Plaza de Mayo. Hoy, 27 de mayo de 2013, el fútbol de Santa Fe es testigo de la década perdida: ganó la violencia, perdió el fútbol. Nadie puede hacerse el distraído ni mirar para otro lado: a la fiesta la perdimos entre todos. En mayor o menor responsabilidad, los actores que formamos parte de este juego/deporte/profesión/negocio nos tenemos que hacer cargo.

El 25 de mayo de 2003 asumía Néstor Kirchner. A los pocos días, el 30 de junio del mismo año, Unión perdía la categoría y recién la recuperó en el 2011. Así, en esos ocho años, no se jugó el clásico.

Volvió recién en agosto de 2011 y hasta ahora se llevan jugados tres: uno para Unión, un empate y otro para Colón. El domingo, desde las 11, se escribirá la página más vergonzosa del rico historial: sin público, a puertas cerradas, con apenas los jugadores, los dirigentes con carné de AFA y un puñado de periodistas (se restringirá al máximo el tema acreditaciones y se evitarán los medios partidarios).

La primera improvisación partió de AFA: pusieron el clásico de Santa Fe en una fecha —la 16, a tres del final— donde nunca pondrían un River-Boca, fundamentalmente después de esa experiencia del 22 de diciembre de 1983 cuando Independiente-Racing jugaron en la última fecha del Metropolitano: el Rojo fue campeón y La Academia se fue al descenso (en realidad, matemáticamente, se había ido una fecha antes).

La segunda improvisación fue del Estado, cuando el año pasado se rumoreaba jugar los dos clásicos de esta temporada sólo con hinchas locales, y alguien irresponsablemente deslizó: “Éste va con público visitante, para el otro falta una rueda”. Jugar sólo con locales hubiera implicado perder con los violentos pero no por goleada como pasa ahora de cara al domingo en el 15 de Abril.

En la semana, el senador por La Capital, Hugo Marcucci, abría el paraguas con una verdad irrefutable: “La Secretaría de Pablo Farías no alcanza. ¿Cómo puede ser que todos los que rompieron los alambrados en los dos últimos clásicos en cada cancha sigan entrando como si nada? Hay que generar organismos para que no pase más”.

Por eso, con apenas tres clásicos en diez años y uno a puertas cerradas, ésta es la década perdida para el fútbol de Santa Fe.

Mientras cientos de miles de santafesinos seguirán el clásico del domingo por las radios o por TV mirando una cancha vacía, esos 200 marginales de cada lado se estarán comiendo un flor de asado viendo Unión-Colón a puertas cerradas. ¿Adivinen quién se los paga?