al mArgen de la crónica

Un acto de justicia

El Museo de Israel ha restituido a sus propietarios legales una obra del artista impresionista Max Liebermann que llegó a sus arcas hace más de sesenta años sin constatación de que fue parte del expolio nazi a los judíos.

“La pintura, el mejor ejemplo del artista impresionista que el Museo tenía, fue confiscada en 1941 por los nazis, junto con otras propiedades del (empresario berlinés) Max Cassirer”, informó la institución al terminar un proceso de verificación de más de un año con los herederos del propietario original.

Se trata de la obra “Garden in Wannsee” (Jardín en Wannsee) de que el artista judeo-alemán (1847 y 1935) pintó en 1923.

El Museo de Israel explica que la obra llegó en 1950 a su precursor, el Museo Nacional de Arte Betzalel, junto con otras 1.200 piezas recogidas por la Organización para la Restitución de Bienes Judíos, que funcionó después de la Segunda Guerra Mundial.

Gracias a una fotografía antigua en la que la obra se ve colgada en la vivienda de Cassirer antes de ser asaltada por los nazis, uno de los herederos pidió su devolución el año pasado.

Junto con la devolución, la institución artística ha expresado a los descendientes de Cassirer -miembro de una conocida familia de marchantes de arte- su deseo de seguir contando con esa pieza de Liebermann, ya sea por su adquisición legal o por préstamo.

“Garden en Wannsee” expone con una óptica impresionista el jardín de la casa de verano que el artista tenía en esa localidad del este de Alemania, y solía estar colgado en la sala de música del empresario berlinés, que en 1935 fue obligado por los nazis a malvender su empresa.

A raíz de las persecuciones nazis Cassirer emigró a Suiza y posteriormente a Inglaterra, y en 1941 el régimen de Adolf Hitler le confiscó todos sus bienes.