UN ARTE DE Y PARA LA COMUNIDAD

Teatro comunitario en Santa Fe

M. Jimena Gómez Parma (*)

La sala principal es grande. Se trata de una casona antigua, ubicada en las inmediaciones de la ex Estación Mitre, en el extremo sudoeste de la ciudad de Santa Fe. Se llega caminando por la avenida General López hacia el lugar donde se pone el sol; General López, una calle con historia santafesina. Una calle que guarda los recuerdos coloniales, de casonas antiguas que dejan ver apenas los aljibes que en otro tiempo supieron vanagloriar las matronas y jefas del hogar. Algunas de esas casas, hace años convertidas en edificios históricos y culturales que atraen a cantidad de turistas del interior de Santa Fe y de otras provincias (incluso estos últimos años, a turistas internacionales). Avenida General López, asiento de la Catedral, de la Plaza de Mayo y la Legislatura Provincial, y asiento de lo que fue, hace más de dos siglos, de la casa del General Brigadier Estanislao López. En aquella época contrista de peleas entre unitarios y federales, de la lucha por la ansiada independencia. Avenida General López, el tiempo no te ha pasado. Y los recuerdos brotan como agua de manantial.

El Centro Cultural y Social El Birri es una casona antigua ubicada en la ex Estación Mitre, en calle General López al 3600. La puerta es azul y tiene ribetes de colores; abajo, un oso blanco pintado con las manos hacia arriba en señal de bienvenida. Sobre la puerta, un cartel hace referencia a los horarios de los talleres que se dictan: teatro para adultos, teatro comunitario, lectura para niños, juegos en el andén, tela para adultos, trapecio, cajón peruano, candombe, clases de bajo, flamenco, folclore, tejido y macramé, canto de cumbia, entre otros.

Respirar arte

En el Birri se respira arte. Y aquí, precisamente, hace un año y medio, nació un grupo de teatro comunitario, un teatro pensado de y para la comunidad. Una de las características de este arte es su capacidad para englobar personas que no tengan experiencia en teatro. No importa la edad, ni las capacidades, o saberes culturales de los interesados. El teatro comunitario apuesta a la diversidad, desde todo punto de vista. Democratiza los vínculos, trabaja en sus integrantes valores como la paciencia, la solidaridad y la integración.

El teatro comunitario Detripacorazón surgió en noviembre del 2011 bajo la conducción del docente y dramaturgo santafesino Ulises A. Bechis: “Cuando acá pasó (la murga uruguaya) Agarrate Catalina toda Santa Fe quedó bastante ilusionada. Agarrate Catalina vino a hacer una presentación a la ciudad hace dos años y convocó a algunos actores de acá para participar. Mi socia Gladis Contreras me dijo que por qué no armaba un grupo de teatro comunitario en el Birri. En ese momento yo estaba ocupado con otras cosas, pero me inquietaba bastante, sobre todo porque el Birri necesitaba profundizar más el laburo en el barrio. Y eso era una preocupación de todos. Entonces yo lo planteé en la Asamblea del Birri y la verdad que tuve mucho aliento de mis compañeros”.

“Pero ya estábamos casi a fin de año. Entonces para convocar a la gente pensé en un pesebre. Pero igual quería hacer un pesebre que no sea tan religioso y que muestre algunas cosas de nuestra realidad. Yo ya había visto pesebres criollos con teatro de altura entonces daba para hacer un pesebre alternativo que muestre un poco de lo cotidiano, un poco de lo tradicional y al mismo tiempo dentro de una estética de performance. Con eso fui de a poco armando las ideas”, concluye.

El pesebre comunitario se presentó en diciembre de 2011 y en enero y febrero de 2012 en los andenes de la ex Estación Mitre. Fue el primer paso del grupo de teatro comunitario. “Así empezó el grupo. Lo importante de esto es que tienen que ser puestas en escena preparadas para todo terreno, para actuar donde se dé la posibilidad, no pensado para actuar siempre en un teatro sino que si hay que ir a actuar en medio de una calle con pozos, podamos ir”.

Cumbia santafesina

Es lunes. Son más de las 9 de la noche y el frío ya se hace sentir en Santa Fe. Los chicos ya se sacaron las gorras, guantes, camperas, buzos que amontonan en las gradas del salón que funciona como escenario y donde se realizan los ensayos en El Birri. Hoy el ensayo se extiende un poco más de lo habitual y, a pesar del frío y del primer día de semana, la asistencia fue bastante completa. Es que el grupo de teatro comunitario Detripacorazón está a punto de reestrenar una obra denominada “La cumbia, Fah, qué historia”, y hay muchos detalles de último momento que hay que gestionar.

La obra cuenta la historia de la cumbia santafesina, desde su llegada a América en la época de la conquista, con su colorida mezcla de sones, historias e instrumentos españoles, indios y africanos, hasta su llegada a la Argentina a finales de los sesenta. Y, en la actualidad, con la vitalidad de su alegre música que está presente siempre en cada ocasión importante festiva de todos los santafesinos.

Con más de 20 actores en escena, la mayoría de ellos sin experiencia previa en teatro, esta obra ya se estrenó en el Birri en el mes de diciembre del año pasado. Es la primera obra grande que realiza el grupo y, el próximo 2 de junio, abrirá nuevamente el telón a la comunidad toda para que forme parte y conozca más de la historia de su propia ciudad.

Además, este año, el grupo de teatro comunitario participó en los Carnavales de febrero y marzo que se realizaron en distintos barrios de la ciudad. De la misma forma, y convocados por el Foro Contra la Impunidad y por la Justicia, estuvieron en la plaza 25 de Mayo de nuestra ciudad los días 23 y 24 de mayo en conmemoración por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Por último, recientemente, participaron en la Jornada Antiolvido, al cumplirse diez años del desborde del río Salado. Fue en una escuela perteneciente al barrio San Lorenzo de la ciudad de Santa Fe y lo hicieron con una intervención en el marco de lo que fue un acto que tuvo eco y réplicas en distintas escuelas de la ciudad. Al preguntarle uno de los motivos de las dos últimas intervenciones, el dramaturgo responde: “El teatro comunitario tiene esta función, de estar al servicio de las necesidades de la comunidad. Entonces, ésta como todas es seguramente una comunidad que es pacífica y que quiere la paz, pero para llegar a la paz tenemos que tener antes justicia, y para tener justicia necesitamos tener memoria”, enfatiza Bechis.

Por otra parte y ante esta característica particular del teatro comunitario, de ser “un teatro todo terreno”, el docente reconoce que “si hay que ir a buscar el público adonde sea, tenemos que llegar hasta ahí, no esperar a que el público venga siempre adentro del teatro. Esa es una de las normas que tiene el teatro callejero. (...) Y lo mejor para esto es asumir la técnica del clown, porque con él podemos tener un humor un poco estilizado”, recalca y aclara: “un humor que no apele al estereotipo para hacer reír, que sea original... Por suerte el humor es convocante y tenemos esa herramienta para llamar la atención de la gente y que venga a vernos”, sintetiza.

El teatro es un juego

Los ensayos del Grupo De Tripa Corazón son los días lunes de 19 a 21 y los sábados de 11 a 13. Durante los días previos a los estrenos de las obras, a veces, se agrega un día, los miércoles de 19 a 21 o se incorpora una hora más los sábados. Se trata de “grupos golondrina”, porque siempre están incorporándose nuevas personas y rotando la gente que va. Nunca hay asistencia completa, aunque sí hay un grupo estable de cuatro o cinco integrantes que son los más antiguos. El resto muta todo el tiempo. Es normal también ver a padres con hijos, señoras con nietos y jóvenes que llevan a sus hijos, sobrinos o amigos. Se junta la familia, se aprende a trabajar con el otro, a compartir y a jugar. Porque el teatro es un juego, en definitiva.

Por último, al preguntarle sobre la relación entre el teatro comunitario y la memoria, asegura que “ojalá se convierta en uno de los símbolos de este grupo el investigar y más sobre la memoria de este barrio. Estaría bueno mostrar la memoria de este barrio, que debe tener su gran historia. Me parece que sería una gran punta donde todos se identifiquen y se hermanen”, concluye.

Pensar construir un grupo de teatro comunitario es apostar a la integración, a fortalecer y afianzar lazos entre hermanos, entre padres e hijos, entre vecinos, como santafesinos y como ciudadanos. Y ayudarse mutuamente a no olvidar. Porque, como dicen, el cambio empieza por casa.

El teatro comunitario apuesta a la diversidad, desde todo punto de vista.Una de las características de este arte es su capacidad para englobar personas que no tengan experiencia en teatro. No importa edad, ni capacidades, o saberes culturales de los interesados.Fotos: Gentileza M. Jimena Gómez Parma

 

(*) Está realizando su tesis de Licenciatura en Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner) sobre Teatro Comunitario en Santa Fe, a partir del grupo DetripaCorazón, que funciona en el Ctro. Cultural y Social El Birri. Directoras: Lic. Cecilia Volken y Lic. Karina Arach.