La figura sabalera

Curuchet sería titular en cualquier equipo

Curuchet sería titular en cualquier equipo

Polémica sin fin La jugada que, además del gol mal anulado, protestó todo Colón en el clásico mañanero del 15 de Abril. Corrida veloz de Curuchet y el sandwich que le hacen entre Mauro Maidana —lo manoteó afuera y lo soltó en el límite— y el “Coto” Correa al punterito derecho que increíblemente otra vez fue suplente.

Foto: Mauricio Garín

 

Otra vez, increíblemente, se quedó en el banco y entró diez minutos después del gol de Unión. Fue, lejos, el jugador más desequilibrante de Colón en el derby.

 

Darío Pignata

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Debe tener razones el “Flaco” Morant de esas que sólo conocen los entrenadores. Como cuando Bilardo decidió exterminar a los punteros o como cuando Menotti tiraba el “achique” sistemáticamente. Pasa que muchas veces, a ésas razones que conocen los técnicos, no las entiende la gente, los dirigentes y mucho menos los periodistas.

Recuerdo que cuando Sensini se fue de pretemporada, ganó lo más importante de ese semestre —el clásico anterior— gracias a un Curuchet imparable en el partido de ida que se jugó en el Brigadier. Nunca entendí por qué en el verano imaginó un equipo sin Curuchet, algo que debió cambiar de inmediato.

Así y todo, si algo le había dejado de positivo Sensini a Morant era una sola línea del equipo: el ataque. Porque Morant tomó un Colón vulnerable en defensa (el más goleado), desequilibrado en el medio pero valioso en ofensiva con el tándem Curuchet-Gigliotti. Uno por afuera, otro por adentro, con un entendimiento en crecimiento. Uno desbordando y el otro embocando.

Al poco tiempo de asumir, Morant dejó a Curu adentro pero le sacó un fusil para darle una gomera cuando lo cambió de derecha a izquierda. Luego, directamente lo sacó. Y contra Boca, hizo descansar a Gigliotti, en una decisión tan polémica como la primera.

Yo estoy convencido de algo: nadie va en contra de su propio trabajo, por lo que Morant y su almohada deben tener explicaciones que uno no entiende desde afuera. Pero también tengo en claro que Facundo Curuchet sería —con su atrevimiento, sangre y velocidad— titular en cualquier equipo del mundo. Sólo en Colón, donde nació y ama los colores, es suplente. Además, a la hora de ir por afuera, no hay nadie mejor que el chico de las inferiores. Encima, venía de marcarle un golazo a All Boys con corrida imparable y definición de caño a Cambiasso.

Por algo entró y armó el revuelo que armó. Los centros más peligrosos buscando a Gigliotti nacieron de sus pies, la diagonal que armó pateando de afuera se fue cerca y ni qué hablar de la corrida más polémica de la tarde, donde todo Colón pidió penal.

Tampoco coincido con la estrategia con la cual Colón salió a jugar el clásico: respetó demasiado a un equipo que venía de descender en la fecha anterior, que había perdido por lesiones a varios jugadores titulares —entre ellos a Franzoia, su figura—, que hacía más de un año no ganaba de local y que sólo había conseguido dos victorias en los últimos 38 partidos del almanaque.

Si bien todos somos Gardel con el diario del lunes, hoy domingo quedó la sensación que Colón lo fue agrandando a Unión al no atacarlo. La mejor prueba de esta idea se quedó en el banco. ¿O alguien duda que si Curuchet no hubiera visto la roja en el clásico, el domingo que viene ante Rafaela era más titular que Messi en Barcelona?

El dato

El mejor de Colón

Increíblemente, una vez más, fue la figura desequilibrante de Colón cuando entró y empezó a abrir la cancha por derecha con velocidad, autoridad y pelota dominada. Fue el autor de las jugadas ofensivas más contundentes del equipo de Morant. Una propia jugada que terminó en córner, la corrida polémica donde reclamó penal -Correa y Maidana lo cerraron- y un par de centros donde siempre Brítez le ganó a Gigliotti.