Los argumentos de un vencedor inobjetable

Mente, corazón y triunfo

Santa Fe Rugby Club pergeñó una performance que no sólo justificó plenamente el éxito final, sino que además posee gran significación para un momento tan especial.

César Miño

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Con una producción solvente e inteligente, Santa Fe Rugby Club venció a CRAI por 15 a 7, alcanzando un estímulo de enorme significación para comenzar a salir de un presente tan inesperado.

El triunfo, amén de lo que intrínsecamente representa por haber sido conseguido ante un adversario clásico y en la condición de visitante, se realza notoriamente por el hecho de haberse conseguido plasmando una actuación que bien puede catalogarse como la mejor en lo que va del certamen.

Por otra parte, los cuatro puntos obtenidos mantienen viva la posibilidad de acceder al selecto sector del cual surgirá el campeón del Regional del Litoral 2013, conformado por los ocho mejores equipos de la fase a punto de concluir.

De principio a fin...

Santa Fe Rugby Club fue un inobjetable ganador. Porque fue el equipo que prevaleció en los aspectos centrales del juego y también dejó la sensación de estar anímicamente muy por encima de un adversario que jamás le encontró la vuelta al partido.

La etapa inicial denotó un marcado predominio visitante en el aspecto territorial y en el control de la pelota, más allá de que no logró trasladar esa condición en aspectos ofensivos que pusieran en aprietos severos a su anfitrión.

Tras el 6 a 0 del parcial, el complemento arrancó de manera muy similar, en medio de sistemas defensivos que ordenadamente prevalecían sobre los intentos ofensivos de ambos adversarios.

Sobre la mitad de esta etapa, CRAI apoyó el único ensayo del partido, en una situación que continuó a la primera acción multifacética y dinámica que logró practicar.

Lógicamente, el 7 a 9 despertó la ilusión del público local, pensando en que por fin CRAI pareció haber encontrado el timing adecuado para intentar vulnerar a un adversario sólido, sereno y muy concentrado.

Mera ilusión: Santa Fe RC no sólo se aferró a su impecable postura táctica y a la fortaleza de su scrum, sino que “rompió” el molde tradicional de su ofensiva, “desnudando” un bagaje simple, pero más que destacable -sobre todo atendiendo a su situación actual-, lo que permitió que el partido ganase en cierta vivacidad y emociones crecientes.

De allí en más CRAI intentó todo, pero no pudo: no sólo porque enfrente había un adversario fortalecido desde el aspecto que se lo analice, sino por impericias propias, como inseguridades en el juego de contacto e imperfecciones en el line-out, para señalar a las más evidentes.

Por ello, más allá de que había muchos minutos por jugar, la sensación creciente era que sería muy difícil que Santa Fe Rugby Club fuese a perder esa recuperada imagen de EQUIPO, con todo lo que implica esa palabra en este juego.

En las tribunas, también prevaleció el visitante, a través de un aliento que comenzó muy temprano y se extendió durante todo el desarrollo del clásico local.

Foto: Luis Cetraro