Delfino quedó expuesto por la tecnología

La TV desnudó al mejor que dirigió como el peor

El gol mal anulado a Gigliotti y el penal no sancionado a Curuchet fueron determinantes. Al uruguayo Alcoba lo echó bien pero a Romero debió mostrarle la roja.

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Polémica 1: mal. El gol anulado a Emmanuel Gigliotti que pica perfectamente habilitado y que la cruza de una manera espectacular al otro palo de Alejandro Limia. Aquí, Delfino anula el gol por indicación del juez asistente número uno: Ezequiel Brailovsky. La repetición comprobó que estaba perfectamente habilitado. Foto: Flavio Raina

 

De la Redacción de El Litoral

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Las ocho cámaras que desplegó Fútbol para Todos en la cancha de Unión fueron el veneno para Germán Delfino. Es que una vez que pasó el agite del partido, las repeticiones dejaron en claro que el mejor dirigió de la peor manera y que cometió errores determinantes que —esta vez— perjudicaron directamente a Colón en la incidencia del resultado.

Ángel Sánchez, en su columna de los lunes en el sitio www.canchallena.com.ar del Diario La Nación, titula: “Esta vez, Delfino falló”. Luego, a la hora de repasar los errores, afirma “si se analizan los 90 minutos del clásico santafesino, Germán Delfino tuvo una correcta actuación. Sin embargo, hubo dos actuaciones que afectan su evaluación. La primera fue compartida con el asistente Brailovsky. La otra se dio sobre el final, cuando Curuchet fue derribado con falta adentro del área y no cobró el penal. Dos errores que incidieron en el resultado”. La calificación del arbitraje fue de 5 puntos y el concepto es “regular”.

Por su parte, en el diario deportivo Olé de hoy, Jorge Mario Trasmonte titula “Lo que Delfino no le dio a Colón” y afirma: “Sobre el final del clásico santafesino, Curuchet corrió un pelotazo; le ganaba primero a Maidana, que lo retuvo del brazo afuera del área, y cuando zafó, le ganaba a Correa, que lo atropelló desde atrás y lo hizo ‘pialarse’, tropezar un pie con otro (además de ayudarse con la mano sobre el hombro del delantero) y caer, ya en el área. Delfino no cobró nada y tampoco lo ayudó su asistente Julio Fernández”. En la síntesis del partido, Olé lo califica a Delfino con un 3.

Finalmente, Clarín califica a Delfino directamente con la palabra “mal”. El tradicional diario es el único que accede a declaraciones del mismo Delfino en las dos jugadas polémicas que reclamó todo Colón: “La jugada de Curuchet fue un forcejeo con el jugador de Unión” y de la otra dijo que “el off-side a Gigliotti fue muy finito”.

Otro aspecto por el cual se quejaron los jugadores de Colón fue el reparto de las tarjetas: Colón terminó con dos expulsados (Alcoba y Curuchet) y cinco amonestados (Pozo, Romero, Prediger, Bernardello y Gómez). Por el lado de Unión, sólo Brítez, Zurbriggen y Magnín vieron la amarilla.

¿Y Curuchet?

  • Las imágenes de la tele muestran, en el final, cómo Facundo Curuchet le da la mano a Germán Delfino, lo mira, le dice algo y se va. Cuando el juez escucha lo que escucha, le saca directamente la tarjeta roja con el partido terminado. Habrá que esperar el informe para saber si fue “protesta desmedida” o “insulto”.

Para colmo, una vez que vio la roja, le hizo señas en la cara a uno de los asistentes como que estaba “comprado”. Si Lerche lo saca por menos de cuatro fechas habrá sido un triunfo de la dirigencia en AFA.

 

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Polémica 2: mal. Ya Germán Delfino marcó el penal que le cometen a Pablo Magnín pero sólo le muestra la tarjeta amarilla. El reglamento es claro: último recurso para evitar el gol, por lo tanto debió expulsar a Mauricio Romero en la misma acción.

Foto: Pablo Aguirre

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Polémica 3: mal. Queda claro que Maidana lo agarra y lo suelta antes de entrar al área. Es decir, como mínimo era falta y expulsión. Pero luego, cuando la acción sigue, se nota el contacto físico con Correa que desestabiliza a Curuchet. Era penal. Foto: Mauricio Garín

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Polémica 4: bien. La expulsión de Gerardo Alcoba, que imploraba ante el juez que no había tocado al “Memo” Montero, estuvo correcta. Porque es la acción o la intención y en ambos casos usó la fuerza de manera desmedida. Muy bien expulsado. Foto: Pablo Aguirre