En La Plata

Una mujer policía mató a un violador

Todo ocurrió en el edificio donde vive la uniformada, que se defendió a los tiros. El sujeto, que había sido condenado por abuso sexual, estaba libre por reducción de pena.

 

Télam

Una mujer policía mató hoy a balazos a un violador que estaba libre porque en 2006 le habían reducido la pena y esta tarde, luego de golpearla en la cara, intentó ingresar a su departamento de La Plata para presuntamente abusar de ella, informaron fuentes judiciales.

El delincuente fue identificado como Alberto Fabián Sala (47), quien en 2001 había sido condenado a 17 años de cárcel y en 2006, el Tribunal de Casación Penal bonaerense le redujo la pena a 14 tras evaluar como atenuante su perfil psicológico.

Por ese emotivo, Salas estaba en libertad y alrededor de las 15 entró al segundo piso del edificio ubicado en la calle 5, entre 47 y 48, número 777.

El fiscal Marcelo Romero detalló a Télam que “una mujer policía de 27 años, que se desempeña en el área de comunicaciones, estaba saliendo de su departamento y fue sorprendida por un masculino de contextura física muy robusta que intentó ingresar por la fuerza”.

“Le dio una trompada en la boca, la lesionó y ella quedó casi desvanecida”, relató el fiscal y agregó que “intentó meterla hacia adentro colocándole un trapo en la boca”. Romero explicó que, una vez adentro del inmueble, la mujer logró tomar su arma reglamentaria y disparar varias veces contra Salas.

Cinco tiros

“Efectuó por lo menos cinco tiros. uno de los cuales le impactó y le provocó la muerte”, dijo Romero. Tras la defensa de la policía, el asaltante -pese a estar herido- trató de escapar y murió en la puerta del edificio.

El fiscal precisó que la mujer fue atendida en su casa, se encuentra en buen estado y sólo tiene una lesión en la boca, pero debido a que quedó en estado de shock tras el asalto, ayer no se le tomó declaración.

“Abajo estaba el novio de la mujer esperándola. Ella llegó a llamarlo y él se comunicó con la policía. Cuando el patrullero arribó, el ladrón ya estaba muerto”, aseguró Romero.

Además puntualizó que la causa fue caratulada como “homicidio” y dijo que la policía fue relevada de la investigación, por estar involucrada una integrante de la fuerza. Sin embargo, la mujer por ahora no quedará detenida ya que de acuerdo con las primeras investigaciones se trató de un caso de legítima defensa y por los antecedentes de Salas se cree que su intención no era robarle sino violarla.

La autopsia la hará la asesoría pericial de Tribunales y las declaraciones se realizarán en la fiscalía para evitar la intervención de personal policial.

“Sádico y psicópata”

Al analizar la condena de Salas en 2006, los jueces confirmaron que, tal como se había probado en el juicio oral, el imputado interceptaba a las mujeres en edificios, las amenazaba con un arma, abusaba de ellas, las obligaba a lavar su ropa interior y finalmente les robada el dinero que tenían encima.

Las víctimas habían sido una alumna de la carrera de Odontología y una abogada.

Sin embargo, los jueces Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, al resolver a favor de la reducción de pena, tuvieron en cuenta su perfil de “sádico” y “psicópata”. Además, citaron como antecedente el caso Fabián Tablado, el joven que asesinó a puñaladas a su novia Carolina Aló, y argumentaron que debe tenerse en cuenta el perfil psicológico del imputado “al momento de merituar la pena” como “atenuante”.

En disidencia se expresó el juez Carlos Natiello porque esa cuestión ni siquiera había sido introducida por la defensa.

Según los informes que evaluó la sala I, el violador condenado tenía una alteración de la personalidad con rasgos psicopáticos perversos, con progresiva y creciente agresividad, todo asociado a un trastorno sexual sádico, con peligrosidad para sí y para terceros.

Por entonces, el fiscal Romero, que había instruido la causa de Salas, había considerado que la psicopatía “es un agravante y no un atenuante” y explicó que así fue planteado durante el juicio oral, en el que se había pedido la pena de 18 años de prisión que nunca se cumplió.