Tres novedades en las carteleras

Presencia nacional en las pantallas

Cinemark estrena dos filmes nacionales: “Cuando yo te vuelva a ver”, estelarizada por Ana María Picchio y Manuel Callau, y “Hermanos de sangre”, comedia sangrienta del cineasta Daniel de la Vega. Cine América trae “La cacería”, drama de Thomas Vinterberg.

De la redacción de El Litoral

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Cinemark estrena esta semana dos propuestas nacionales. La primera es “Cuando yo te vuelva a ver”, filme de Rodolfo Durán protagonizado por Ana María Picchio, Manuel Callau, Malena Solda y Alejandro Awada, que cuenta una historia de amor que resiste al tiempo y la distancia.

Después de “Terapias alternativas” (2007), en este drama con tintes de comedia escrito por Gisela Benenzon y Marcela Sluka, Durán vuelve a trabajar junto a Manuel Callau, quien interpreta a Paco, un argentino radicado en España hace 36 años que regresa por un par de días con el fin de apadrinar el casamiento de un amigo.

Y es precisamente en la boda donde reaparece en su vida Margarita, interpretada por Ana María Picchio, un viejo amor que sobrevive a los avatares del tiempo y a los antiguos rencores.

Ella es maestra jubilada, dueña de una empresa de catering, madre de una hija embarazada por segunda vez (Malena Solda), viuda, y desde ese momento atravesada por una angustiante soledad.

Las secuelas de aquel amor de la juventud renacen a partir de un reencuentro trunco, que luego se concreta a raíz de la complicidad de la amiga y socia de Margarita (Miriam Lanzoni) y del hermano de Paco (Alejandro Awada).

Filmada en noviembre del año pasado en locaciones de Buenos Aires y Balcarce, “Cuando yo...” es un proyecto que le acercó el distribuidor Pascual Condito al director y del cual decidió apropiarse a partir de un intenso trabajo con las guionistas y con los actores.

Nicolás Condito, Delfina Peña y Juana Dates Peña completan el notable elenco de este largometraje de Durán.

Pacto fáustico

También llega “Hermanos de sangre”, una comedia negra y sangrienta del cineasta Daniel de la Vega, quien viene desarrollando una destacable trayectoria dentro del género fantástico y de terror argentino.

Autor de películas de terror como “Jennifer’s Shadow” (2004) y “Death knows your name” (2006), filmadas para el mercado internacional y en inglés, De la Vega encaró ahora su primer largometraje en español, que ganó el Premio a la Mejor Película de la Selección Argentina en el último Festival de Mar del Plata y que protagonizan Alejandro Parrilla, Sergio Boris, Jimena Anganuzzi, Carlos Perciavale y Viviana Sacone. Fue escrito por Nicanor Loreti, Germán Bal y Martín Blonson.

Describe las desventuras de Matías (Parrilla), un joven obeso que vive sus sueños como inalcanzables, y que gracias a Nicolás (Boris), un extraño que se convierte en su mejor amigo, logrará enfrentarse al entorno social que lo menosprecia, lo margina y mina sus aspiraciones.

De la Vega explicó que el protagonista “conoce a una persona que se presenta como su mejor amigo y a partir de allí todo se hace claro y luminoso, todo le empieza a salir bien, pero lo que no sabe es que su amigo es en realidad un psicópata, una especie de Mefisto que al mismo tiempo que le da, le quita”.

En la novela de Goethe, Mefistófeles irrumpe en la vida de Fausto, un viejo científico, cansado de su existencia y frustrado por no llegar a poseer los conocimientos tan amplios que desearía tener, que decide entregarle a este diablo su alma a cambio de alcanzar la cumbre de la sabiduría, ser rejuvenecido y obtener el amor de una bella doncella.

Admirador del estilo irreverente del español Alex de la Iglesia, De la Vega afirmó que le gustan mucho las comedias radicales y políticamente incorrectas, y en esa línea dijo que “esta película es una comedia incorrecta porque es una película de amistad y una película de amor entre dos hombres”.

Mentiras graves

Cine América estrena esta semana “La cacería” (“Jagten”), de Thomas Vinterberg. Lucas (Mads Mikkelsen), un maestro de jardín de infantes, el único hombre que integra el cuerpo docente de la escuela, atraviesa un divorcio difícil y lucha por la tenencia de su hijo adolescente. Su presente empieza a reacomodarse de a poco. En su trabajo lo respetan, tiene amistades férreas, empieza a florecer una historia de amor con una colega extranjera, y su hijo regresa al hogar.

Todo marcha muy bien hasta que la mentira impiadosa de una de sus alumnas de aproximadamente seis años, Klara (Annika Wedderkopp), la hija menor de su mejor amigo Theo (Thomas Bo Larsen), lo destruye todo. Enojada por el “rechazo” de Lucas al expresarle su enamoramiento con gestos sumamente infantiles, Klara lo acusa de haber tenido un acercamiento indebido.

A partir de los vagos y falsos detalles de la nena, la definición exacta del hecho tomará forma a partir de las especulaciones escandalizadas de los adultos, que no vacilan en enfatizar el apócrifo relato y extenderlo, incluso, a los demás niños. La única imagen que Klara tímidamente esboza para darle rienda suelta a su picardía fue accidentalmente vista en el propio hogar.

La denuncia de Klara sirve, además, para desatar la violencia reprimida de una pequeña comunidad cristiana demasiado amigable, quizás como una forma de catarsis esperada o deseada, a la que ya no le importa demasiado la confirmación de los hechos.