Dolor y reclamo

“Nuestro hijo está entre la vida y la muerte”

Javier López tiene 15 años y fue baleado por la espalda en horas de la madrugada de ayer, durante un asalto al carribar en donde estaba trabajando. Sus padres están desesperados y piden justicia.

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El joven fue herido a quemarropa por ladrones, cuando trabajaba en un carribar de avenida Blas Parera, en la esquina del Hospital Mira y López. Foto: Flavio Raina

 

De la Redacción de El Litoral

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Javier López, de 15 años, fue baleado a quemarropa en las primeras horas del pasado miércoles, cuando fue asaltado el carribar en el que trabajaba, en el norte de la ciudad. El incidente ya fue reflejado en estas páginas, en la edición de ayer. Esta mañana, los padres de la víctima reclamaron ayuda y justicia desde los pasillos del Hospital Cullen, donde su hijo se debate entre la vida y la muerte.

“El dueño del negocio tendría que acompañarnos en este momento difícil. Pero no está y el carribar sigue funcionando como si nada hubiese pasado”, se quejaron los padres del menor de edad.

Víctor López es plomero, pero en este momento no tiene trabajo. “Hace tiempo que tengo un cuadro depresivo y con esto no sé que va a pasar”, explicó. Él y su esposa Susana aguardan por un milagro. “Nuestro hijo está entre la vida y la muerte. La bala le atravesó la médula y le perforó un pulmón y el corazón. Los médicos no se explican cómo sobrevivió a una herida que debió ser mortal”, narraron.

Sobre el lamentable incidente, todavía no conocen demasiados detalles. “Ahora estamos enfocados en lo que pueda pasar con Javier, tenemos la cabeza puesta acá, pero apenas pueda voy a ir a la comisaría para ver qué pasó. Queremos que se haga justicia”, aseguró Víctor.

“Hacía dos semanas que mi hijo trabajaba en el carribar ‘El Loco de la Hamburguesa’, en avenida Blas Parera, en la esquina del Hospital Mira y López. Yo no quería que trabaje, pero él me insistió mucho. Finalmente acepté. Me decía: ‘papá, dejame porque quiero ganar mi monedita. Y yo lo dejé”, se lamentó.

“Su turno había arrancado a las 21 del martes y terminaba a las 9 de la mañana del miércoles, pero cerca de la 1 aparecieron estos delincuentes. Javier atendía al público junto a otro muchacho. Ellos no ofrecieron resistencia. Le entregaron el dinero de la recaudación, pero cuando mi hijo se dio vuelta para entrar nuevamente en el carribar, uno de los ladrones le tiró a quemarropa y por la espalda”, relató Susana.

Un proyectil calibre 22 provocó graves lesiones en el cuerpo del adolescente. “Ahora permanece estable, pero su vida sigue corriendo peligro. Además, perdió la movilidad y la sensibilidad en ambas piernas. Quedó paralítico. Uno de los médicos me explicó que Javier había perdido la mitad de la sangre cuando llegó al hospital. No lograba explicarse cómo seguía con vida”, señalaron los padres.

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Susana y Víctor no pierden la esperanza, pero son conscientes de que su hijo está en grave estado. “Los médicos no se explican cómo sobrevivió a ese disparo, porque el proyectil le perforó la columna, un pulmón y el corazón”, contó el padre. Foto: Danilo Chiapello