• Señal de ajuste

Aliados alados

Aliados aladosSe perfila el mensaje místico de Cris Morena y, por qué no, de Telefé, que la patrocina. Hay esperanzas, se puede cambiar el mundo y el cielo nos puede ayudar.

Foto: Télam

 

Roberto Maurer

Cris Morena debutó como empresaria inmediatamente después de los exitosos desafíos adolescentes que condujo en “Jugate conmigo”, adonde con vehemencia alentaba a los jóvenes a asumir su compromiso, aunque nunca se supo cuál. Luego comenzó con creaciones propias, y desde entonces en sus producciones siempre sobrevoló un ideario difuso. Había alusión, sin aludido. De una canción suya para “Verano del ‘98”: “Nunca estás sola, somos el refugio, es el remolino, ese gusto a río. / Nunca estás solo, siempre habrá más sueño, abramos las jaulas, cantarán los pájaros”. ¿Qué sueños? ¿Qué jaulas? ¿Qué refugio?

El mensaje filo-new age se fue depurando y al llegar a “Casi ángeles” ya nos había introducido en una dimensión cósmica, en una ascensión que ahora retoma Cris Morena con “Aliados” (Telefé, miércoles a las 21), en su vuelta a la tele, donde los ángeles ya no son casi ángeles, sino que se graduaron como seres celestiales con derecho a participar en el orden jerárquico establecido en las inmediaciones del siglo V por Dionisio el Aeropagita, en el que ángeles, arcángeles, querubines y serafines, entre los más populares, fueron clasificados y escalafonados.

ENERGÍA

Hubo una larga introducción con una voz femenina en off e imágenes astrales: “Soy la que seré, la que fui y la que nunca dejaré de ser. Soy esa energía que está cambiando sin cesar”, oímos. No es la EPE la que habla, a pesar de las apariencias. “La existencia es un sinfín, se nace, se muere y se vuelve a nacer, así como se construye y se destruye, para volver a construir”, continúa, manteniendo el esfuerzo retórico, aunque luego se ofrece un indicio acerca de lo que viene: “La Creación fue un acto violento y caótico, ¿por qué vamos a pedirle a la humanidad que no sea violenta y caótica?”.

En nombre de esa “humanidad violenta y caótica” nos son presentados seis jóvenes indeseables y conflictivos, algunos son víctimas y otros son victimarios, o ambas cosas a la vez. Ellos representan males de los tiempos, como el abandono, la anorexia, el egoísmo, la marginalidad y el fernet. Se trata de una cantante intratable por su intolerancia, un rico play boy depredador de mujeres, un niño abandonado en un orfanato donde es maltratado brutalmente, un pibe chorro, una chica resentida y cruel y un estudiante solitario a quien hostilizan los compañeros. Son seis y sólo tienen una cosa en común: ese día van a morir. Ahora sí que hay que colocarse en cinturón de seguridad.

LO QUE SE DICE ESPERANZAS, HAY

Va aclarando y se perfila el mensaje místico de Cris Morena y, por qué no, de Telefé, que la patrocina. Hay esperanzas, se puede cambiar el mundo y el cielo nos puede ayudar.

Mientras los jóvenes viven la situación mortal anunciada, un señor vestido de blanco (Juan Leyrado) dialoga con el ser interplanetario de la voz en off (Dolores Fonzi). Visiblemente no son terrenales, más bien impresionan como superhéroes. En todo caso, el hombre de blanco es un ser todopoderoso, como Dios, y tal vez más. Ella quiere ofrecer una chance más a los condenados a morir, y entonces convoca a entidades dispersas en el universo que viven en planetas gaseosos o detrás de los espejos, seres de luz, algunos curan con las manos, uno murió y volvió a nacer centenares de veces. No se trata de personajes que uno encuentre normalmente en el colectivo.

Son los “aliados”, que habitarán o acompañarán a cada uno de los jóvenes en problemas, para regenerarlos. Si quedan dudas, la retórica farragosa de la voz en off lo explica:

“Un aliado es ese que viene a salvarnos incluso de nosotros mismos, es ése que nos refleja, que nos devuelve una imagen del otro lado del espejo aunque no nos guste, un aliado es ese que nos da aliento, un aliado es ese que viene a sacarnos del pozo, un aliado es quien nos salva del naufragio, un aliado es alguien que no es nosotros pero quiere lo mismo que nosotros, un aliado es quien nos ayuda a renacer, es un ángel, un compañero, un socio, un protector, un amigo, un redentor o un amor, todo eso y mucho más es un aliado”. Eso es un aliado, está claro.

Se ha logrado una tregua de 105 días del señor de blanco, que afirma con disgusto que “el Proyecto Humano ha fracasado, desde su origen, la Creación”. Hay un plazo de 105 días para que esos jóvenes cambien y cambien al mundo. De no conseguirlo, el tipo de blanco nos hará percha.