editorial

La Afip, para uso político

Los controles sobre las cuentas del titular de la Corte Suprema de Justicia acrecentaron las sospechas sobre el modus operandi del organismo recaudador.

Camiones de Moyano. Carpetazos de la Side. Sabuesos de la Afip. La década kirchnerista reveló con total crueldad cómo es posible que, incluso en democracia, un gobierno utilice las herramientas a su alcance para presionar a todo aquel que se atreva a levantar una voz disonante.

Hace rato que el líder camionero se convirtió en un estorbo para el kirchnerismo y, por lo tanto, decidió saltar a la vereda opositora. Sus camiones, ya no están disponibles para apretar a los díscolos. Pero durante muchos años, se prestó gustoso a este juego que parece conocer a la perfección y en el que siempre pareció sentirse a gusto.

Se sabe que los espías de la Side son de cabotaje. Lejos de dedicar su tiempo a proteger al país de los peligros que pudiesen acechar desde el exterior, están abocados a indagar en las vidas de políticos, jueces, periodistas, empresarios y todos aquellos que pudieran tener algún grado de representación ante la opinión pública.

No sólo parecen espiar a los opositores. Por las dudas, nunca viene mal conocer al dedillo los movimientos de quienes, incluso, juran coincidir con la causa del gobierno. En definitiva, nunca se sabe quién podría imitar el mal ejemplo de Moyano y convertirse en el próximo “traidor”. Quienes siguen de cerca la política de la provincia de Buenos Aires, aseguran que fue así como el kirchnerismo logró que el gobernador Daniel Scioli desistiera de enfrentar al oficialismo en las elecciones que se avecinan.

A los camiones y los carpetazos, se suman los inspectores de la Afip. El caso más reciente y resonante es el del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, quien luego de visitar su Rafaela natal regresó a Buenos Aires y planteó a sus pares del máximo tribunal que sus cuentas estaban siendo investigadas, a poco del fallo adverso a las leyes kirchneristas sobre reformas en el Poder Judicial.

La obligación de la Afip es investigar a todos aquellos que se presumen evasores. De eso no hay dudas. Pero, existen distintas maneras de ejercer la función que le corresponde al organismo.

Apenas se conoció la noticia, el titular del ente recaudador, Ricardo Etchegaray, ordenó desde Francia que sus voceros negaran cualquier grado de veracidad a los trascendidos. No obstante, pocos días después, reconoció personalmente ante la prensa que las investigaciones existieron.

Reveló que revisaron una operación inmobiliaria realizada por la empresa Ratios SA -de los hijos de Lorenzetti- en Puerto Madero durante 2005. En ese contexto, explicó que investigaron si un allegado directo del presidente de la Corte presentó sus declaraciones juradas de ganancias entre 2005 y 2011.

Ricardo Lorenzetti, como cualquier habitante de nuestro país, tiene la obligación de cumplir con el pago de sus impuestos. Incluso, por la importancia institucional del cargo que ocupa, bien se podría argumentar que el presidente de la Corte debe ser aún más cuidadoso y cumplidor que cualquier ciudadano común.

Sin embargo, resulta inaceptable que un organismo del Estado, como la Afip, sea utilizado con fines políticos y que los controles se lleven adelante sin la ecuanimidad necesaria. De hecho, no se conoce investigación alguna sobre personajes vinculados con el gobierno, que han multiplicado sus fortunas de manera ostensiblemente grosera durante los últimos diez años.

Ricardo Lorenzetti, como cualquier habitante de nuestro país, tiene la obligación de cumplir con el pago de sus impuestos.