Conferencia de Bernardo Kliksberg

“Hay una crisis mundial en la enseñanza de valores éticos”

Según el economista social, asesor de Nacionales Unidas, la escuela debe introducir la ética en sus planes de estudio. “La pobreza es un grito y es necesario que los chicos se indignen ante este problema”, postuló.

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Bernardo Kliksberg sostuvo que “hay que superar la lógica de los años '90 cuando la pobreza se triplicó en Argentina y ‘el otro' no existía para los demás”. Foto: Archivo / Télam

 

De la Redacción de El Litoral

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DyN-Télam

El economista social, académico y asesor de Naciones Unidas, el argentino Bernardo Kliksberg, instó a las escuelas secundarias a enseñar a los alumnos a “comprender el mundo en forma ética y con valores” y a “indignarse” ante la pobreza, la especulación y la injusticia en el mundo.

Al brindar una clase magistral en Buenos Aires, Kliksberg destacó que “hay una crisis mundial en la enseñanza de valores éticos” y consideró que “la educación es el único instrumento” para enfrentarla. “Argentina forma parte del problema mundial de crisis de valores éticos: en los '90 tuvimos una política orgánica para empeorar los valores éticos de la población y se logró ampliamente porque el neoliberalismo ortodoxo, acompañado de malos ejemplos permanentes en el liderazgo del país, los destruyeron éticamente”, dijo.

“Es hora de que la escuela, aunque sea con atraso, introduzca los elementos que permitan que los chicos despierten a su manera por la ética”, subrayó Kliksberg durante una charla brindada a fines de junio en el Palacio Sarmiento -sede del Ministerio de Educación de la Nación- ante cientos de estudiantes de los últimos años del nivel medio, profesores y alumnos de los institutos de formación docente, tras ser presentado por el ministro Alberto Sileoni.

“Desde el preescolar hasta los niveles más sofisticados, la educación debe -según mi humilde lema- hacer hincapié en que el otro me importa”, expuso el economista. Sostuvo que la educación del país “tiene que superar la lógica de los años '90 cuando la pobreza se triplicó en Argentina y ‘el otro' no existía para los demás; era parte del paisaje de la calle”.

Asimismo, dijo que los jóvenes tienen que debatir en el aula “la problemática de la concentración de la renta financiera en un 2 % de las personas, que determina el precio de los alimentos para el resto de los habitantes”, así como las “políticas neoliberales privatistas de los años '90, donde en la gestión de (Carlos) Menem la dos terceras partes de la población tomaba agua del pozo”.

“Queremos enseñar a los jóvenes que están en el secundario que la clave y el desafío de la humanidad es la ética”, manifestó.

Indignarse ante la pobreza

El economista, quien dicta su cátedra de Economía Social y Responsabilidad en 29 casas de estudio argentinas y extenderá su filosofía de “economía con rostro humano” al Ministerio de Educación del Uruguay, planteó: “¿Por qué enseñar ética? ¿Por qué no se enseñó ética en los años '90?”.

En la misma charla, respondió que “la pobreza es un grito y es necesario que los chicos se indignen” ante la misma. Al citar el ejemplo que presentó el ministro Sileoni sobre Caín y Abel, Kliksberg citó al filósofo Emmanuel Levinas, lituano de origen judío y naturalizado francés, fallecido en 1996, quien estudió la significación del rostro en relación al otro.

“¿Acaso Caín estaba buscando una coartada, un pretexto más profesional?”, preguntó el economista, y consideró que “para Caín el otro no existía, sólo él, el universo estaba a su servicio”. Dijo, en ese sentido, que “el neoliberalismo ortodoxo nos enseña que el otro no existe, que sólo importa el consumo y que nos apoderemos de las riquezas disponibles. Ha llegado el momento de enseñar en las escuelas por qué Caín mató a Abel”, graficó Kliksberg.

Finalmente, tras señalar que “hay gente y grupos a los que no les interesa que se enseñe ética en el secundario, a pesar de lo que Sileoni y muchas comunidades educativas proponen”, se manifestó optimista en que “formará parte de los planes de estudio” y apuntó que “hay experiencias científicas como en el Instituto Max Planck en que se considera que los bebés tienen potenciales altruistas. La diferencia no la va a hacer un decreto, la van a hacer los jardines de infantes, las familias y todo el sistema educativo”, subrayó.