Señal de ajuste

La dialéctica del amo y el esclavo en Beverly Hills

La dialéctica del amo y el esclavo en Beverly Hills

“Devious maids” es la serie protagonizada por (de izq. a der.) Ana Ortiz, Edy Ganem, Judy Reyes, Dania Ramírez y Roselyn Sanches. Se emite por Sony, los jueves a las 21. Foto: Gentileza ABC

Roberto Maurer

“Creo que lo que ustedes hacen es heroico. Lavan la ropa que no se puede permitir, pulen cubiertos con los que jamás comerán, limpian pisos de gente que ni siquiera se molesta en aprender vuestro apellido, y aún así ustedes se atreven a soñar con una vida mejor. Me aterroriza tu determinación para lograr éxito en este país NUESTRO”. La señora Powell se desplaza lentamente, con elegancia . Habla en un tono distraído, y fija la mirada en su criada “latina”, que la escucha en silencio.

—Después de decir esto, si no paras de tirarte a mi marido voy a hacer que te deporten, ¿comprendes? -remata.

Recién entonces descubrimos que se encuentra presente el marido, más atrás, de etiqueta, camisa desabrochada y una copa en la mano que, sin demasiada convicción, dice “sentir por haber sido seducido”.

—Repetidamente -agrega.

Vuelven a la fiesta. “Acabo de descubrir que mi sirvienta siente algo por mi marido”, comenta la señora Powell a unos invitados mientras se sirve una bebida. Casi simultáneamente, en un episodio confuso la criada es acuchillada y cae ensangrentada a la piscina. El sospechoso es un camarero.

LA REVANCHA DE LAS MUCAMAS

Con esta escena de impacto comienza “Devious maids” (Sony, los jueves a las 21). La introducción nos aproxima al sentido de la nueva serie, una versión al sesgo de la exitosa “Amas de casa desesperadas”, que esta vez se presenta desde el punto de vista del personal de servicio de origen latinoamericano, en el mismo medio suburbano de familias pudientes cuyas neurosis y arrogancia de clase resultan en un divertido grotesco.

En lugar de aquellas amas de casa y sus secretos que duraron ocho temporadas, las protagonistas son sus criadas. Las que lavan, planchan, limpian, cocinan y cuidan chicos en Beverly Hills. Una aspira a convertirse en diseñadora de modas y está enamorada del hijo de la familia, otra quiere triunfar como cantante y trabaja en casa de un ídolo pop al cual intenta acercarse, una tercera lucha para reunirse con el hijo que dejó en su país, en tanto que se destaca otra que parece diferente y, en realidad, se sabrá más adelante, simula ser doméstica para investigar el crimen y exculpar a su hijo.

ÉXITO CON DISCUSIONES

“Devious maids” puede interpretarse como una ilustración de la dialéctica del amo y el esclavo, involuntaria y en los límites de la tele, por cierto. Los millonarios y estrellas famosas de Beverly Hills no son libres, están sometidos a su riqueza y carecen de control sobre la vida real, en tanto que sus sirvientes llegan a dominar a sus psíquicamente frágiles patrones, y la relación de dependencia se invierte. Cuando un niño exclama “mamá” por primera vez, se lo dice a la chica que lo cuida y no a su madre.

En Estados Unidos, la serie se estrenó con gran aceptación y polémica. En su defensa, tuvo que manifestarse Eva Longoria, una de las productoras de “Devious maids”, que había integrado el elenco de “Amas de casa desesperadas” y es una conocida militante de los derechos de la comunidad hispana.

Los críticos manifestaron que de una forma u otra volvían a repetirse los clichés de las criadas ingenuas y maltratadas que lloran en su cuarto y se enamoran del chico rico, aun cuando en la serie las chicas son lindas, con talento y ambiciones, y bastante maquiavélicas.

Longoria se manifestó orgullosa de la serie afirmando que los personajes “no son unidimensionales”, y la editora de Cosmopolitan para Latinas le contestó, agria: “Bueno, Eva, vi el programa y estoy en desacuerdo, no es un retrato complejo y es una desgracia insultante”.