A cinco días de la llegada de Francisco

Fuertes protestas en Río de Janeiro

La localidad fue escenario de disturbios y enfrentamientos con motivo de los gastos generados por la visita del Papa. La policía lanzó bombas de gas lacrimógeno después de que un grupo dañara las instalaciones de una agencia bancaria y algunos negocios.

Fuertes protestas en Río de Janeiro

La policía se enfrentó anoche con los manifestantes y dispersó con gases lacrimógenos a cientos de personas frente a la residencia del gobernador de Río de Janeiro. Foto: Agencia EFE

 

Redacción de El Litoral

Agencias EFE/DPA/DYN

La ciudad brasileña de Río de Janeiro volvió a ser escenario anoche de protestas, a cinco días de la llegada del papa Francisco, para comandar en la semana próxima la Jornada Mundial de la Juventud.

Una de las manifestaciones reunió a cientos de habitantes de la favela Rocinha, que protestaban contra el supuesto asesinato de uno de sus vecinos, que se encuentra desaparecido.

Rocinha es una de las comunidades cariocas que han sido blanco del programa de Unidad de Policía Pacificadora, lanzado en 2007 por el gobernador Sergio Cabral para ocupar favelas controladas por narcotraficantes.

Según los manifestantes, uno de los habitantes de la comunidad, Amarildo de Souza, fue detenido por la policía el domingo pasado y se encuentra desaparecido desde ese entonces.

Presupuesto cuestionado

A unos tres kilómetros, unas 600 personas cerraron la avenida donde vive el gobernador Cabral, en el elegante barrio Leblon, para protestar precisamente contra el programa de las UPPs, contra la violenta represión policial a las protestas y contra los gastos públicos con la organización de la Jornada Mundial de la Juventud.

“Queremos inversiones en salud y educación”, gritaban los protestantes, repitiendo la consigna utilizada durante los multitudinarios actos callejeros que sacudieron Brasil en junio contra los millonarios gastos del Estado con la preparación del país para la Copa Confederaciones, el Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

Los manifestantes pedían la dimisión de Cabral y también protestaban por el gasto público que han destinado las autoridades brasileñas para la visita del papa Francisco, que llegará a esta ciudad el próximo lunes.

“Del Papa prescindo, quiero mi dinero para la salud y educación”, gritaron los manifestantes, una consigna similar a las que se proferían el pasado junio contra la FIFA y el despilfarro en la organización de la Copa Confederaciones y el Mundial de fútbol de 2014.

Un grupo prendió fuego a un muñeco que representaba a Cabral en la esquina de la calle Arístides Espínola, donde reside el gobernador, con el paseo marítimo que recorre las playas de Ipanema y Leblon, mientras que la protesta obligó a cortar el tráfico de vehículos por la avenida vecina a la playa durante varias horas.

En las últimas semanas la residencia de Cabral, ubicada en el barrio Leblon, el más adinerado de Río, ha sido el principal blanco de las protestas en la ciudad.

Los manifestantes critican al gobernador por la violencia de la Policía en la represión de las protestas y también lo acusan por supuestos indicios de corrupción, de los que no hay pruebas.

La seguridad del Papa

En este marco, el gobierno de Brasil afirmó ayer que ofrecerá todas las garantías de seguridad al Papa Francisco.

El ministro secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, dijo este miércoles que el gobierno brasileño trabaja en sintonía con El Vaticano para garantizar la seguridad del Sumo Pontífice.

El Vaticano informó que Francisco descartó utilizar el tradicional “papamóvil” para sus desplazamientos por Río de Janeiro y prefirió ocupar el vehículo abierto que lo traslada en sus recorridos por la Plaza de San Pedro.

La principal seguridad del Papa “será proporcionada por la población y por la juventud”, señaló el ministro Carvalho.

El primer Sumo Pontífice latinoamericano, quien será recibido el lunes por la presidenta brasileña Dilma Rousseff, permanecerá toda la semana en Río de Janeiro, donde cumplirá una nutrida agenda que incluye una visita al santuario de Nuestra Señora de Aparecida.

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En medio de la protesta, un grupo de personas destrozó la puerta de la señal de TV Rede Globo. Foto: Agencia EFE

2 millones

de jóvenes

participarán en el primer encuentro masivo del Papa.

40 mil

argentinos

viajarían la semana que viene.

20 mil

militares y policías

participarán del operativo de seguridad tanto en Río como en Aparecida, ciudad sede del mayor santuario brasileño y que el pontífice visitará el miércoles. Tal cifra supera la de 15.000 efectivos responsables por la seguridad durante la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20.

160 millones

de dólares

se estima que costará a Brasil la visita del Pontífice. El 70% del presupuesto viene de donaciones de privados y peregrinos.