editorial

Faltan viviendas

  • Dos hechos recientes volvieron a poner la problemática en el tapete. Según el Movimiento Los Sin Techo, todos los años se levantan en Santa Fe 400 nuevos ranchos.

Fueron dos llamados de atención en apenas 24 horas: una mujer policía ocupó una vivienda de un barrio que estaba a punto de ser inaugurado en Monte Vera, mientras vecinos del oeste de la ciudad de Santa Fe usurpaban alrededor de 500 metros de terrenos junto a las vías que atraviesan barrios como Schneider y Los Hornos.

Cada caso tuvo particularidades diferentes. El primero, generado por la situación acuciante de una familia que desde hace tiempo espera una casa del Estado. El otro, provocado por vecinos que presumiblemente fueron instigados por referentes de algún sector político interesado en enrarecer el clima poco antes de las elecciones.

Pero más allá de los matices, lo ocurrido deja al descubierto que el problema de la falta de viviendas sigue presente en el área metropolitana de Santa Fe y en gran parte de la provincia.

Si bien el gobierno realiza un esfuerzo en este sentido, lamentablemente se trata de una carrera contra el tiempo. Por cada vivienda inaugurada, el número de familias sin casa propia se multiplica. Mientras tanto, la Nación continúa discriminando a los distritos que no les son políticamente afines. En provincias kirchneristas, la inversión en materia de viviendas es notoriamente superior a lo que sucede en Santa Fe.

El Plan Procrear avanza de manera exitosa, pero no todos reúnen los requisitos necesarios como para tener acceso a esta posibilidad de vivienda.

Desde el Movimiento Los Sin Techo advierten desde hace tiempo que, cada año que pasa, se levantan en la ciudad capital 400 nuevos ranchos. No existe una fórmula mágica para enfrentar el problema. La única salida pasa por inaugurar, al menos, la misma cantidad de casas de material, logro que está muy lejos de ser realidad.

Mientras tanto, desde hace más de 15 meses dos barrios en construcción permanecen usurpados en la ciudad de Santa Fe. El primero de ellos es Santa Rita II, tomado por vecinos que fueron organizados en su momento por integrantes de la Corriente Clasista y Combativa. El otro, el barrio Las Delicias.

Luego de un intento fallido por acordar con los usurpadores, el gobierno acudió a la Justicia para que desde allí se evaluara la situación y se plantearan los pasos a seguir.

Esta etapa se encuentra concluida. Hace un par de meses, la Corte Suprema de Justicia de la provincia avaló las decisiones tomadas por los jueces que intervinieron en primera instancia. Por ese motivo, el gobierno se encuentra habilitado para proceder a la recuperación de ambos complejos habitacionales, para que las casas terminen siendo entregadas de una vez por todas a sus verdaderos adjudicatarios.

Funcionarios de la Secretaría de Ambiente de la provincia aseguran que desde que la Corte dictaminó sobre el caso, trabajan en un relevamiento para determinar cuáles de las familias usurpadoras cuentan con la posibilidad de acceder a otra alternativa donde alojarse, y cuáles no tienen vivienda alguna. Sin embargo, dicho relevamiento parece estar demorando más de lo que el sentido común indica.

El gobierno adelantó que no procederá a un desalojo masivo, sino que la idea es efectuar una recuperación gradual de las casas. La tarea, no parece sencilla.

Es evidente que, más allá de los esfuerzos realizados, el problema de la falta de viviendas crece. Cada año que pasa, el número de familias sin techo se incrementa. Y si no se adoptan medidas de fondo, tarde o temprano,volverá a hacer eclosión.

El Plan Procrear avanza de manera exitosa, pero no todos reúnen los requisitos necesarios como para tener acceso a esta posibilidad.