Tan Biónica

Hacedores de un destino

Una de las bandas más exitosas de la actualidad se presentará el jueves en el estadio de Unión. El Litoral dialogó en exclusiva con “Bambi” Moreno Charpentier sobre su vertiginosa actualidad.

Hacedores de un destino

Diego Lichtenstein, “Chano” y “Bambi” Moreno Charpentier y Sebastián Seoane, compañeros de ruta en un viaje que tomó impulso en los dos últimos años.

Foto: Gentileza producción

 

Ignacio Andrés Amarillo

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Tan Biónica llegará a la ciudad de Santa Fe para presentar su nuevo material discográfico llamado “Destinología”, su cuarto álbum de estudio. La cita será este jueves en el estadio Ángel P. Malvicino del Club Atlético Unión.

Para meterse en el show y en el disco, El Litoral dialogó con Gonzalo “Bambi” Moreno Charpentier, bajista de una formación que se completa con Santiago “Chano” Moreno Charpentier, en voz; Sebastián Seoane, en guitarra, y Diego Lichtenstein, en batería (junto a Germán Guarna en teclados).

—¿Qué expectativa tienen para el jueves? Reencontrarse con el público, con disco nuevo...

—Es una alegría increíble y al mismo tiempo con mucha ansiedad, porque desde hace un tiempo que no volvíamos a la provincia. Habíamos hecho un primer concierto en el Molino Marconetti, que resultó súper emotivo porque fue muchísima gente, pero además fue una noche en que, recuerdo, se “prendió fuego” el lugar, estuvo buenísimo; y después creo que habíamos vuelto para hacer un concierto en una discoteca, algo al aire libre.

Por lo cual hace casi un año que no visitamos Santa Fe, y siempre está bueno volver con algo nuevo para contar. Sabíamos que queríamos volver a presentar el nuevo disco, porque más allá de que la gira que estamos haciendo por todo el país no excluye un punto tan neurálgico como es Santa Fe, además nos da a nosotros la alegría de volver a encontrarnos con el público tocando las nuevas canciones, viendo las caras y las reacciones.

Venimos con toda la fuerza de la gira, porque estuvimos haciendo varios conciertos: desde los primeros días de junio ya hicimos 15 ó 17 conciertos, la rueda viene girando.

Nueva apuesta

—De “Canciones del huracán” a “Obsesionario” hubo un salto. ¿Cómo es llegar a esta nueva etapa con “Destinología”?

—Para nosotros es muy importante sentir que a medida que vamos haciendo discos vamos superando algunas cosas como grupo, vamos refinando algunas cuestiones. En “Destinología”, mi sensación es que por un lado hemos ido perfeccionando la práctica de hacer discos, y purgando y mejorando el sonido Tan Biónica, que es algo en lo que venimos buscando y trabajando hace muchos años; el mensaje y contenido de las letras.

“Destinología” es más luminoso que “Obsesionario”, en algún punto las canciones tienen otro equilibrio entre esas dos caras que tenemos: hay temas más “bolicheros” o con un pulso bailable, y otras canciones que son más profundas, que guardan otro tipo de nostalgia.

Los primeros pasos del disco fueron en gira: componiendo en aviones y micros, grabando en hoteles, de formas no convencionales. Pero cuando volvimos, en la intimidad del estudio, nos quedamos solos por primera vez en mucho tiempo (la verdad es que estuvimos casi dos años y medio de gira con “Obsesionario” -casi 200 conciertos), sentimos ese desafío que significa volver a poner canciones en las orejas de la gente.

Ya de por sí guardaba una presión importante, sin considerar el éxito o la buena repercusión que tuvo “Obsesionario”: la cantidad de singles, conciertos y premios, que obviamente inciden cuando estás haciendo el nuevo disco. Pero las primeras canciones de “Destinología” comenzaron a nacer inmediatamente que habíamos terminado la mezcla de “Obsesinario”, por lo cual no sabíamos lo que iba a pasar, por lo que estaban desprendidas de la presión de tener que hacer un disco exitoso.

Es un desafío hacer un disco nuevo. Después, si tiene mucho éxito, si se vende bien, si nos abre nuevas puertas, es otra historia que viene mucho después.

—Trabajaron otra vez con Oski Righi y Pepe Céspedes.

—“Obsesionario” ya había sido como una coproducción, porque somos bastante productores, trabajamos 14 ó 15 horas en el estudio, entonces tomamos de ellos la experiencia de que hayan hecho todos esos discos con Gustavo Santaolalla, que hayan viajado por todo el mundo, y nos daban algunas herramientas que no son tan propias de nuestra generación, como el hecho de tocar todos juntos en vivo, de darle bola al sonido de las guitarras con cuestiones analógicas; nosotros somos un grupo más de laboratorio, más acostumbrados a acudir a recursos tecnológicos.

En “Destinología”, ya fue una coproducción y lo hicimos juntos. Hicimos la preproducción y los demos muy parecidos al disco, las canciones las vamos arreglando y cuando llegamos al disco tenemos claro qué queremos hacer. Con los Bersuit trabajamos con una forma de supervisión, fue un proceso muy lindo.

Montaña rusa

—¿Cómo salió el título?

—Tratamos de volver a crear este pequeño universo que hacemos cada vez que sacamos un disco: que sea una obra conceptual, y nos encontramos con otra palabra que no existía, y empezamos a trabajar en en esa teoría. Creemos que la destinología es la ciencia que se ocupa de estudiar los múltiples destinos. A lo largo del disco desarrollamos un concepto donde ponemos al destino como una guía, pero el destino es lo que vamos escribiendo: no hay nada tan determinante que no se pueda cambiar.

En esa ciencia había muchos enigmas muy mundanos, las horas, los días. Era interesante para nosotros porque en los últimos cuatro años hemos vivido de forma muy vertiginosa, muchas cosas en mucho tiempo, y nos parecía interesante jugar con el estudio de las medidas del tiempo.

—En este último año y medio, explotaron mediáticamente, con propuestas publicitarias, más lugares y más grandes, giras en la costa. ¿Cómo fue esa montaña rusa?

—Estábamos relativamente preparados porque somos un grupo de amigos, comenzamos a tocar hace más o menos diez años, y siempre el secreto de las cosas que fuimos alcanzando, de nuestra tenacidad, fue la amistad y mantenernos juntos, tener ideas, proyectos y sueños. Y en estos últimos dos años pasaron muchas cosas, la realidad empieza a superar las expectativas.

Dijimos: vamos a despedir “Obsesionario”, hacemos un Luna Park, que era todo un sueño, y terminamos haciendo tres; hicimos un concierto a fin de año de despedida del disco con más de 100.000 personas únicamente convocadas por Tan Biónica. Fuimos el primer grupo argentino en tocar en uno de los festivales más importantes del mundo, Rock in Rio.

Aquellas fisuras, tristezas, que uno lleva consigo, son las mismas. Se cambian algunas comodidades, la estructura crece, pero los desafíos y las metas las seguís teniendo adelante.

Por eso, cuando empezamos a pensar en la gira nos proponíamos devolver lo que nos había pasado, un agradecimiento al público que nos puso en ese lugar, y seguir con ese proyecto federal y llevar un show de nivel internacional a todos lados. De hecho la gira es conceptual, llevamos la misma escenografía, consolas y luces del concierto del Luna Park a San Juan, Mendoza, Córdoba, Jujuy. Somos más de 27 personas viajando, más unas 40 que trabajan en cada lugar.

El hit

—Después de hacer un éxito como “Ella” levantaron la apuesta con “Ciudad Mágica”. ¿Cómo se hace un tema que tenga tanta llegada?

—Estábamos en una gira por Córdoba hace un año y medio, dos años, de madrugada en un micro... creo que nunca lo conté esto. Estábamos en el fondo del micro y yo veía que hacía unos días Chano venía tarareando una melodía. Le digo: ¿qué es eso que estás laburando? Agarra una guitarra criolla y me toca el estribillo de “Ciudad Mágica”.

Era de madrugada y estábamos por volver de muchos días de viaje. Cuando escuché la canción, sentí la misma sensación que el mismo día en que empezamos a trabajar en “Ella”: esa cosa inmediata que tiene cuando una melodía se te pega, cuando una canción tiene “algo” entre oscuro y optimista. Es un homenaje a la ciudad de Buenos Aires, donde nacimos, no donde más tiempo estamos, porque pasamos más tiempo fuera de casa. La gente la recibió de una forma maravillosa, en Montevideo y Jujuy.

Es una canción nocturna, pero a la vez tiene algo luminoso, que te da ganas de empezar un día con buena energía. La escucho en la radio y me emociono como la primera vez que escuché un tema nuestro.