“Pagarán caro por lo que hacen vuestras manos”

Al Qaeda reivindica atentados en Irak

El grupo terrorista asumió la autoría de los múltiples ataques del pasado sábado en Irak, que causaron más de 50 muertos y 245 heridos, en un comunicado publicado en internet en las últimas horas.

Al Qaeda reivindica atentados en Irak

Un iraquí inspecciona los daños registrados en una casa tras la explosión de un coche bomba en Tikrit, el pasado sábado.

Foto:Agencia EFE

 

Redacción de El Litoral

Agencias EFE/DPA

El grupo Estado Islámico de Irak, vinculado a Al Qaeda, ha reivindicado los múltiples atentados del pasado sábado en Irak, que causaron más de 50 muertos y 245 heridos, en un comunicado publicado en internet en las últimas horas.

La oleada de ataques fue una respuesta a las operaciones de seguridad del Gobierno iraquí contra los suníes en Bagdad, y en el norte y el oeste del país, explica la organización en la nota, cuya autenticidad no ha podido ser verificada.

Según los terroristas, los cuerpos de seguridad iraquíes han detenido a cientos de suníes y han atribuido cargos contra los hijos de algunos de ellos.

El Estado Islámico de Irak subrayó que con los atentados quiso enviar un mensaje rápido en el tercer día del Eid al Fitr, la fiesta que marca el fin del mes de ayuno musulmán de ramadán, al Ejecutivo y sus órganos de seguridad.

“Pagarán un precio caro por lo que hacen vuestras manos. No van a soñar con la seguridad ni por la noche ni por la mañana, ni en el Eid, ni en un día normal”, prometió.

La organización instó a las autoridades a suspender las detenciones de suníes porque si no tendrán que afrontar más ataques.

Operación de seguridad

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ordenó ayer el inicio de una amplia operación de seguridad en el oeste y el norte del país para buscar y capturar a terroristas, según la televisión Al Iraqiya.

Al Maliki, también comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, dio instrucciones a los responsables de las provincias de Al Anbar (oeste) y de Nínive (norte) para lanzar la campaña.

Por su parte, el jefe de las operaciones de seguridad, general Mozahar al Ezaui, anunció la captura de una célula de cinco supuestos miembros de Al Qaeda, a los que responsabilizó de los atentados perpetrados en la ciudad de Al Naseriya y otras zonas del sur de Irak.

Mientras, la violencia continúa en el país. Ayer al menos ocho efectivos del orden murieron y otros catorce resultaron heridos, según informaron fuentes policiales.

El estallido de una bomba al paso de un vehículo de las fuerzas antiterroristas causó la muerte a tres uniformados y heridas a otros seis en la provincia de Babel, a unos 100 kilómetros al sur de Bagdad.

Dos miembros de los Consejos de Salvación -milicias tribales suníes progubernamentales- fallecieron y otros dos fueron heridos en un ataque con ametralladoras contra un puesto de control al sur de Baquba, capital de Diyala.

En la misma provincia, un experto en desactivación de bombas pereció y dos asistentes suyos sufrieron heridas al estallarles un explosivo cerca de la población de Al Miqdadiya.

Un grupo armado asesinó a tiros a un militar cerca de su casa en la población de Sadira, en la provincia de Salahedín.

Otro soldado falleció y tres resultaron heridos, por un ataque suicida con un coche bomba a un vehículo en la zona de Abi Goreib, a unos 25 kilómetros al oeste de la capital.

Análisis

Por Anne-Beatrice Clasmann - DPA

Sin receta contra el terrorismo

  • Un grupo de iraquíes está de pie ante los restos de un coche que acaba de explotar. Nadie sabe qué hacer. Un fotógrafo hace tomas de un edificio que se derrumbó con la explosión. Pocas horas antes, 11 personas murieron en la localidad de Tus Jormato, un barrio habitado mayormente por chiitas turcomanos.

El gobierno central de Bagdad tampoco sabe qué hacer. No logra poner coto al terrorismo de las bombas, mientras los extremistas, muy por el contrario, se las ingenian muy bien para operar contra el aparato de seguridad.

Cientos de presuntos miembros de Al Qaeda lograron escapar en julio de las prisiones en el norte y oeste de la capital, y el hecho de que las autoridades ni siquiera puedan decir cuántos prisioneros (capturados en parte por las tropas estadounidenses) escaparon, deja en evidencia la desolación que impera en la policía y el ente judicial iraquí.

Los problemas políticos, que van desde la corrupción hasta la denostación de las antiguas elites sunitas, no logran ser superados por el gobierno, y esa falta de operancia gubernamental hace crecer el respaldo brindado por la población a las agrupaciones terroristas sunitas.

Actualmente, el respaldo es incluso mayor al que tenían en las épocas en las que el gobierno intentaba aislar a los terroristas impulsando la formación de grupos de defensa civil local en barrios sunitas.

Según Naciones Unidas, en julio 1.057 personas fueron víctimas de acciones extremistas. Las cifras remiten a lo que era la situación hace cinco años, cuando el terrorismo de los grupos sunitas y chiitas empujó a cientos de miles de iraquíes a abandonar sus hogares.

Si bien el primer ministro Nuri al Maliki anuncia redadas en Al Anbar, en Nínive y en la región fronteriza con Siria, son gestos de un jefe de gobierno chiita que tienen un eco más bien sordo y no llevan realmente a calmar la situación.

Lo sorprendente es que Al Maliki logre mantenerse en el poder pese al evidente fracaso de las fuerzas de seguridad que están a sus órdenes.

El parlamentario chiita Ali Shebr les echa la culpa al Ejército y a los servicios secretos, que, en su opinión, no cooperan como debieran con la policía.

“Actualmente, la red Al Qaeda se mueve en Irak sin ningún tipo de dificultades. Puede perpetrar atentados sin que nada se lo impida”, critica el congresista, que asegura que la responsabilidad también es de los “participantes extranjeros”.

Por el contrario, Abdel Redha Mohsen, quien vivió de cerca el ataque de este sábado en el barrio Al Shaab, responsabiliza sólo al gobierno de Al Maliki.

“Este gobierno ha comprado en el extranjero aparatos para detectar explosivos, pero los aparatos no funcionan”, dice muy enfadado. “La explosión del sábado fue tan fuerte que los pedazos de las personas muertas volaron en todas direcciones”, relata impactado.

Mohsen exige que el gobierno asuma de una buena vez su fracaso.