¿Quién le pone el cascabel al gato?

De diálogos, Twitter y carteros muertos

“Queremos discutir en la mesa grande con los grandes jugadores. Quiero los titulares, los suplente no me sirven, no soy suplente de nadie”, discriminó ayer la presidenta. Habló de los banqueros, la CGT y la UIA.

“Es lo que la Mesa de Enlace está pidiendo hace años”, dijo el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere. Pero el campo no tuvo cita en el discurso presidencial.

La presidenta rescató el triunfo oficialista en la Antártida (hubo tres votos en la base Marambio) y en la comunidad Primavera de los Qom; cuestionó la omisión mediática de esos datos. Cristina tuiteó además contra la “cadena del desánimo” y el “plan Duhalde II” (referencia a Massa); emparentó a la esposa del intendente de Tigre con Hilda Duhalde, calificó a Perfil como “el Salieri” de Clarín, ironizó sobre La Nación que “es un poco más paquete” y acusó a Infobae por ser “House Organ de la Embajada”, en referencia a la estadounidense.

Elisa Carrió dijo después del discurso y la andanada electrónica, que la mandataria “desprecia la representación y la República, y se desprecia a sí misma” al no reconocer lo que dicen las urnas. Pino Solanas acotó que “se queja que le escamotearon la información. ¡Si la información la tiene ella! Tendría que desinfectar el Ministerio del interior”.

Sergio Massa sostuvo que “a cada agravio vamos a responder con una propuesta” y advirtió que “la campaña genera un poco de calor”.

Sobre el hecho de que los medios dicen que el Frente para la Victoria perdió en San Juan pero no apuntan que Macri también perdió ante la sumatoria de Unen, el jefe de gobierno porteño dijo que “siempre ha tenido obsesión por lo que hacemos y cómo. A veces sirvió para que copien y hagan cosas que funcionan”.

Hermes Binner advirtió que “lo que debería hacer la presidenta es reconocer que ha sido derrotada. Y comenzar a plantear una idea de sumar para estos dos años que faltan y cumplir con el proceso democrático”.

Julio Cobos apuntó que “más que a la dirigencia, subestima a la gente que votó. Es una mujer inteligente y no puede ignorar esto, pero se trata de convencer de que las cosas están bien y el modelo es intachable. Cualquiera que se anime podría aconsejarla; pero matan al cartero y nadie se anima”.