Esta mañana

Balearon a un policía: lo salvó el chaleco

Transitaba por la Circunvalación Oeste cuando un disparo lo alcanzó en el pecho. Lo salvó el chaleco antibalas. Es el tercer ataque que sufre y puede “contar el cuento”

Balearon a un policía: lo salvó el chaleco

Final feliz. Pablo Cejas (sentado en la camilla) sonríe junto a sus compañeros Iván Bernardi y Lucas Brizzio, que lo ayudaron en la emergencia. Fotos: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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“Tengo suerte... no?”, dijo hoy Pablo Cejas (40), el policía que gracias al chaleco antibalas salvó su vida tras ser baleado en el pecho.

Todo ocurrió minutos antes de las 8 cuando el cabo primero junto a dos compañeros de la Brigada Motorizada se dirigía a cargar combustible.

Los tres policías circulaban en dirección hacia el norte, a la altura de barrio Chalet, pero poco antes de llegar a la zona donde se está realizando un trabajo de alcantarillado, comenzaron los problemas.

“De repente lo veo a Pablo que comenzó a perder equilibrio con su moto”, recordó uno de sus camaradas. “Luego se detiene y cae al suelo”.

El drástico cambio tenía un motivo. Pablo había sido alcanzado por un disparo de arma de fuego. El proyectil impactó de lleno en la zona del pecho del suboficial (lado derecho).

La instancia no se convirtió en tragedia sólo por una razón: Pablo llevaba puesto su chaleco antibalas.

Se cree que el autor del disparo ejecutó su acción amparado detrás de unos densos pastizales o también desde unas construcciones precarias existentes en el sector.

En medio del drama, los compañeros del policía herido optaron por tirársele encima para cubrirlo mientras con sus radios handy daban aviso de lo ocurrido a las demás unidades.

El primer patrullero que llegó al lugar cargó al afectado y salió raudo en dirección al hospital Cullen donde arribó en medio de un verdadero revuelo.

Al cabo de algunos minutos de extrema tensión finalmente llegó la buena noticia.: “El policía está bien y absolutamente fuera de peligro”, dijo uno de los médicos de la sala de Shock-room.

“Trámite de rutina”.

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El drama: el cabo primero herido es custodiado por el jefe de la Agrupación Cuerpos, comisario Sergio Fernández

“Es un trámite de rutina nuestro”, comenzó diciendo Pablo en diálogo con este diario. “La carga de combustible para poder hacer los patrullajes. “Siempre hacemos el mismo recorrido. Venimos por J. J. Passo doblamos en el “Rulo” de Cilsa y tomamos Circunvalación Oeste para llegar hasta la estación de servicios que está en Blas Parera y Boneo.

Respecto al momento de la agresión, el uniformado recordó que “no habíamos hecho mil metros, cuando llegamos a la zona de curva y contracurva donde están haciendo una obra. Es ahí cuando siento un impacto en el pecho, que me hace perder la estabilidad de la moto y caigo al piso.

Ahí me doy cuenta de que fue un impacto de arma de fuego. Mis compañeros al ver la situación se tiran encima mío para cubrirme. En simultáneo comunican vía radial lo sucedido y al ratito llegaron los móviles.

El primer patrullero que llegó me saca y me trajo hasta el hospital.

Siempre nos tiran

“Ya es la segunda vez que nos tiran en esa zona”, prosiguió su relato.

“La vez anterior también íbamos a la carga de combustible cuando se escucharon detonaciones de arma de fuego. Por suerte el jefe de la agrupación Cuerpos logró dar con los tipos éstos que nos habían tirado con una carabina.

Eso ocurrió hace unos tres meses.

Por suerte tenía puesto el chaleco antibalas que fue lo que frenó el proyectil.

El jefe de la motorizada pudo secuestrar el proyectil que estaba alojado dentro del chaleco. Aparentemente es de calibre 22 y suponemos que es de una carabina.

Uno con el tiempo va conociendo de armas y ahora te digo que al no ver ni escuchar nada pensamos que fue un disparo de carabina.

El impacto me hizo caer al suelo porque si bien el chaleco aguanta que el proyectil no penetre, la inercia del golpe la aguanta el cuerpo.

Agradecido

“Por suerte esta vez no estaba solo, venía con mis dos compañeros. A ellos quiero agradecerles especialmente porque me auxiliaron en el acto. Lo primero que hicieron fue tirarse arriba mío para darme protección, porque yo estaba inmovilizado en ese momento.

Lo que yo sentí fue el impacto en el pecho. Cuando tomé conciencia de que era un disparo, enseguida pensé que podía venir otro tiro. Entonces me arrojé de la moto.

A la hora de elaborar una reflexión sobre lo acontecido Pablo no anduvo con vueltas. “Mi conclusión es obvia: tengo suerte”.

Pero si miro más allá entiendo esto como un atentado contra la institución policial. Porque esto no fue dirigido a mi persona. Me pegaron a mí, pero en realidad le pegaron a toda la Policía.


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La vigilia: tensos fueron los minutos que se vivieron en el hospital Cullen hasta que se supo que Pablo estaba fuera de peligro.

Y ahora será... “el Gato Cejas”

No es la primera vez que Pablo Cejas se debate entre la vida y la muerte.

En su “mochila” personal como policía lleva ya tres atentados contra su persona. De todos los episodios salió airoso y puede “contar el cuento”.

—Esto de estar herido en acción no es algo nuevo para vos -se le preguntó.

—La verdad que sí. Ya llevo tres capítulos -respondió.

* 1º de enero de 2012: Fue en Playa Norte un primero de año cuando trabajaba en la 4ta. zona de Inspección: “Esa vez veo dos vagos armados entonces me bajé de mi moto particular y traté de chequearlos. Se produjo un enfrentamiento en el cual resulté herido. Recibí un impacto de bala en la espalda y dos puñaladas en el brazo izquierdo. Pedí colaboración y se logró la aprehensión de los dos imputados”.

* 2 de julio de 2012: La segunda vez ocurrió también en Playa Norte: “Veo un muchacho con una escopeta recortada. Me bajo del móvil para querer entrevistarlo y bueno... éste me efectúa un disparo. Varios perdigones me impactan en rostro”.

Esta mañana, una vez superado el susto de lo ocurrido, comenzaron las bromas entre sus compañeros. “De aquí en más te vamos a decir el Gato Cejas”. Tenés que cuidarte porque te quedan 4 vidas nomás...”.

El dato

Detenidos

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Al cierre de esta edición la policía detuvo en Santo Tomé a dos sujetos, de quienes se sospecha puedan haber participado del ataque a los policías.

Se trata de dos hermanos, de 20 y 21 años, los que fueron aprehendidos en la zona de barrio Las Vegas, de la vecina ciudad. Los pesquisas fueron tras ellos al conocer versiones que los sindicaban alejándose de la zona de los hechos a toda velocidad a bordo de una motocicleta.


lÍnea de tiro

la zona de la agresión.

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Los tres policías de la Brigada Motorizada marchaban por la Circunvalación Oeste, en dirección hacia el norte. A la altura de barrio Chalet, en un sector que actualmente está en obras, Pablo Cejas sintió el impacto en su pecho. "Siempre nos tiran desde allí", dijo hoy a este diario. "Hace tres meses también abrieron fuego contra nosotros. Por suerte aquella vez el jefe de la Agrupación Cuerpos logró la captura de los malvivientes". Muricio garín

Cómo lo vieron sus compañeros

Iván Bernardi y Lucas Brizzio son los otros dos policías que acompañaban a Pablo cuando los tirotearon.

“Nosotros al tiro no lo escuchamos -comenzaron diciendo-.

Como veníamos atrás, alcanzamos a ver cómo Pablo comienza a derrapar con su moto, empieza a frenar y se tira para la banquina. Cuando se cae, enseguida bajamos a auxiliarlo.

—¿Qué te pasó? -le pregunté.

—Me pegaron un tiro -me dice.

Me pongo encima de él para cubrirlo y junto con mi compañero tratamos de darle un poco de protección, ya que estaba tirado en el piso sin poder moverse. Además, ya advertíamos que tenía dificultades para respirar, se notaba que le faltaba el aire.

Enseguida cayeron los móviles y lo sacamos urgente rumbo al hospital.

Fue todo muy dramático. Imaginate que tenés un compañero que le pegan un tiro al lado tuyo... no es fácil para nadie”.

Todo el trayecto al hospital fuimos pensando en la suerte corrida por nuestro compañero. Realmente fueron momentos de extrema angustia porque no sabíamos si la bala había penetrado o no.

Tampoco sabíamos si había más gente tirando en el lugar.

Pero bueno, nosotros es nuestro trabajo, nuestra vocación, que nos obliga a dar lo mejor de nosotros todos los días", sentenciaron.