UN SANTAFESINO EN EL MUNDIAL DE TANGO

“La devolución fue intensa y muy positiva”

Este año, por primera vez, el certamen tuvo parejas integradas por personas del mismo sexo. Una de ellas la formó Juan Pablo Ramírez, quien describió las sensaciones que quedaron tras esta novedosa experiencia.

tango.jpg

Más allá de la participación en el Mundial, Ramírez (izq.) rescató la conexión que el tango genera entre los bailarines.

Foto: Gentileza producción

 

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

La nueva edición del Mundial de Tango que se desarrolló en la ciudad de Buenos Aires tuvo una particularidad: entre los cientos de parejas que intervinieron, hubo cuatro conformadas por personas del mismo sexo, tres por hombres y una por mujeres. Algo hasta ahora inédito en la historia del concurso y que recupera en cierta medida la tradición de las milongas de fines del siglo XIX.

Una de esas parejas estuvo integrada por el santafesino Juan Pablo Ramírez y el venezolano Daniel Arroyo Miranda. Ramírez, destacado bailarín de flamenco que desde hace un tiempo indagó en el tango, compartió en diálogo telefónico con El Litoral sus reflexiones tras la experiencia. “Fue muy positivo”, señaló. Pero aclaró que la premisa fue que “la gente sepa quiénes somos, que lo hacemos con respeto, con el mayor profesionalismo que podemos y con una visión artística”.

Puntualmente, el dúo que formaron Juan Pablo y Daniel participó en la categoría de tango de pista (“el baile social, propio de las milongas”, aclaró). Aunque no llegaron a las instancias finales del torneo, el santafesino valoró la buena recepción del público y el jurado. “Era muy complicado por el nivel y era difícil pasar, pero estamos contentos con la valoración y el respeto que nos tuvieron”, manifestó.

En la convicción de que intervenir en el certamen no fue el cometido con el que, hace varios meses, inició su trabajo junto a Daniel, Ramírez admitió que fue una vidriera para mostrarlo. “La idea del Mundial era mostrar la conexión, el modo en que lo sentimos y el respeto con el que lo hacemos. Y estamos muy contentos porque el jurado y el público vieron eso. La devolución fue muy positiva. Más allá de que sean hombres o mujeres, lo importante es la conexión que se genera entre las dos personas”, reflexionó.

Del flamenco al tango

Juan Pablo Ramírez, que hoy tiene 34 años, es oriundo de Santa Fe. Desde su adolescencia se dedicó a bailar flamenco con Marta Bernazano y tras viajes esporádicos donde intensificó su formación en esta disciplina junto a maestros españoles, desde 2005 se radicó definitivamente en Buenos Aires.

Dedicado de lleno al flamenco, su acercamiento al tango se produjo hace un lustro a partir del descubrimiento de la versión del tema de la música porteña por una cantaora. “Me gustó, me puse a investigar y llegué a la conclusión de que el tango y el flamenco comparten los mismos sentimientos. Nacen de la nostalgia, el drama, el desamor y la ausencia”.

Bajo esa certeza, se puso a trabajar para desarrollar una obra que genere un encuentro. “Fue hace cinco años y a partir de ahí empecé a ligar despacito con el tango. Después, me invitaron a bailar flamenco en algunas milongas, y siempre me quedaba mirando. Y me fui orientando hacia el tango”, recordó.