Manuel Luque tras el sueño de su vida

¿La tercera será la vencida?

El piloto santafesino de la Fórmula Renault 2.0 terminó primero en las dos tandas de entrenamiento de la víspera. Al cierre de nuestra edición, comenzaban las pruebas de clasificación, y a las 18.20, la final, la tercera en la que participa.

Alberto Sánchez

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Una vez culminados los ensayos de la Fórmula Renault 2.0 realizados ayer por la tarde, todos nos dimos cuenta de la comodidad con la que el piloto santafesino Manuel Luque, integrando el Grupo A, se había desplazado por las calles del trazado urbano santafesino.

Igualmente, el representante del equipo Litoral Group debió pelear el primer sitio hasta último momento con Julián Santero, del Gabriel Werner Competición. A la noche se llevó a cabo la segunda tanda de entrenamientos, y cuando llevaban disputados 12 minutos del Grupo B, comenzaron los despistes. Primero fue Francisco Camarotta (Litoral Group), luego Carlos Merlo (Corsa Racing) y Santiago Piovano (Litoral Group), los que hicieron aparecer las banderas rojas.

No quedó tiempo para más. Salió a pista el Grupo A, y rápidamente Emiliano Marino (Gabriel Werner Competición) originó una temprana neutralización. Marcelo Ciarrocchi (Croizet Racing) se sumó al lote de los golpeados contra el paredón. Y tras la consiguiente bandera roja, siguió la pelea entre Santero y Luque, pero fue el piloto que reside en Altos del Sauce, el que terminó dominando también el ensayo nocturno.

Apenas bajó de su monoposto, el joven volante dialogó con El Litoral, contando sus primeras sensaciones: “Con el equipo estamos haciendo un muy buen trabajo. Arrancamos dominando desde la primera tanda, y estoy muy contento por eso. El auto está muy estable y yo me siento muy cómodo. Estoy más tranquilo porque es la tercera vez que corro en este callejero, ya me acostumbré a este trazado, pero es lógico que siempre quiera darle algo mejor a la gente que vino a verme”.

—¿Por qué hubo tantos golpes?

—Es que al ser un auto de fórmula, sufrimos bastante los saltos y las ondulaciones, y se afloja todo, por eso existe la posibilidad de que nos peguemos en algunos lugares, como por ejemplo la chicana del cambio de mano, así les pasó a varios chicos, pero igual se disfruta. El circuito está mejor que el año pasado, me gustó el cambio que se hizo en la curva dos, porque quedó menos peligrosa que antes, que era muy rápida.

—¿En qué se basó tu excelente rendimiento en los ensayos?

—Tengo un gran auto, de movida anduvo muy bien y no hizo falta tocarle nada, lo siento muy confiable, y eso me permite andar tranquilo y estar feliz. No todos tienen el auto que tengo hoy, si el auto no está en buenas condiciones, se complica mucho dominarlo, y si se mueve mucho, en un callejero como éste es un accidente seguro. Aparte, de tanto tocar los pianitos se van rompiendo los semiejes y las suspensiones, eso también origina golpes que no son responsabilidad del piloto.

—Entre tantos golpes, te mantuviste sereno y equilibrado, ¿eso quiere decir que estás cuidando el auto?

—Sé que tengo algo más para dar, siento que el auto está para más. Es cierto, no quise dar el máximo del rendimiento, lo guardaremos para la clasificación, aunque también es un tema para analizar, porque si das todo en la clasificación, quizás te puedas golpear fuerte, y no queda mucho tiempo entre clasificación y carrera para terminar de arreglar el daño, así que vamos a tener que pensarlo muy bien y asegurar un lugar en la largada antes que quedarme sin final.

—La de mañana (por esta tarde) será tu tercera final en este circuito, en el cual sos local, ¿se cumplirá el sueño de festejar prácticamente en tu casa?

—No sé, ojalá que sí. Si la gano será la carrera de mi vida. Ojalá se nos dé, estamos bien con el auto, si todo va como hasta ahora, hay muchas posibilidades, y si gano, como es mi sueño, sería muy feliz.

—Los “viejos” siempre a tu lado, ¿no?

—Sí, seguro, me apoyan constantemente. También se siente mucho el apoyo de la gente, escuché muchos aplausos de parte del público, y por eso les agradezco mucho, como así también a todos mis auspiciantes, que son los que me permiten estar arriba de un auto y correr para cumplir mi sueño.