¿Dejo porque me desmotivo o me desmotivo para dejar?

Cualquier proyecto que emprendemos en la vida precisa que hagamos cambios, y llevarlo a cabo requiere más que un anhelo: requiere decisiones y acciones concretas. No solo en la realidad que nos rodea, sino también desde adentro hacia el afuera.

TEXTO. PSIC. ROMINA DEL POZO, COORDINADORA TERAPÉUTICA DEL CENTRO DE NUTRICIÓN INTEGRAL DR. C. MEYER.

 

Son muchos y variados los motivos que tienen las personas para querer, desear o tener que adelgazar: salud, estética, limitaciones físicas, emocionales, dificultades en el trabajo, una fiesta, la llegada del verano, etc. Basta con que la persona priorice una de ellas para que actúe como fuerza poderosa que la impulsa a comenzar.

En un primer momento la “urgencia” de esa necesidad junto a las expectativas de cambio, son el motor para “arrancar”. Cuando nos planteamos bajar de peso, lo hacemos deseando e imaginando cambios futuros con el cuerpo, con la ropa, con los vínculos. Sin embargo, no pensamos ni aceptamos fácilmente los cambios que tenemos que hacer en la conducta para adelgazar. Decimos: “esto es muy difícil”, “no lo voy a poder cambiar”, “esto no lo voy a hacer”, “no me pidas que haga gimnasia”, etc.

Cuando se inicia un tratamiento para bajar de peso, no siempre somos concientes de que se trata de un proceso que lleva tiempo y que fundamentalmente demanda cambios.

La obesidad es un problema que afecta la capacidad del disfrutar; en mayor o menor medida implica un padecimiento emocional suficiente como para comenzar a adelgazar. Pero, ¿alcanza para continuar y sostener los cambios?

El sufrimiento por estar gordo no necesariamente representa una medida del cambio. Es más, las personas podemos no vivir bien, ni sentirnos bien y sin embargo nos acostumbramos. Para cambiar se hace necesario mucho más que sufrir.

LAS CLAVES

Cambiar es:

- Dar una respuesta distinta a las situaciones de siempre.

- Salir de la comodidad y vivenciar la diferencia.

- Ser creativos para encontrar actitudes nuevas y positivas.

Cualquier proyecto que emprendemos en la vida precisa que hagamos cambios, y llevarlo a cabo requiere más que un anhelo: requiere decisiones y acciones concretas. No solo en la realidad que nos rodea, sino también desde adentro hacia el afuera.

Decimos: “no tendrían que existir los fines de semana, ni feriados, ni las peñas, ni las vacaciones, ni...” Como si no fuera nuestra la responsabilidad o como si nuestra actitud fuera a cambiar por ello. ¿O nos olvidamos de cómo comemos de lunes a viernes y en soledad?

Es decir que los motivos, por más importantes que parezcan, no nos alejan de la ambivalencia “quiero pero no quiero”. Sentirse de dos maneras con algo o con alguien es una experiencia común de los seres humanos.

Por eso, para bajar de peso no hay que depender de la voluntad, es mejor depender de una buena estrategia para cambiar. Es habitual que durante las primeras semanas de comenzar un tratamiento, y al estar continuamente pensando en la dieta que acabamos de empezar, estemos más motivados por la novedad, y nuestra atención se centre en esa meta de manera más clara.

Sin embargo, es imposible mantener esa misma motivación durante todo el proceso. La motivación es una energía dinámica, o sea que fluctúa. Hay momentos en que sentimos que somos capaces de seguir adelante sin esfuerzos. Sin embargo cuando todo parece costar más, el verdadero desafío es continuar .Escuchamos decir: ”pensé que no me iba a costar tanto..”, “ pensé que esto ya lo tenía superado..” etc. Estas son algunas expresiones que hablan de los momentos en que la motivación está baja y es necesario reforzarla para evitar los abandonos.

Tener en claro un objetivo final no es suficiente. Si solo nos fijamos en el peso o el cuerpo al que queremos llegar, esa meta a largo plazo no servirá para mantenernos motivados y nos desmotivaremos en cuando la balanza no nos muestre esa semana el resultado esperado, o en cuanto entremos en etapas en que el ritmo de adelgazamiento disminuye.

Es conveniente, por tanto, fijarse objetivos realistas de semana en semana, día por día, dedicados a cambiar actitudes, pensamientos y emociones que nos ayuden a conseguir el cambio.

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