al mArgen de la crónica

Misterioso Jack

El primero de los crímenes atribuidos a Jack el Destripador, el asesinato de Mary Ann Nichols, cumple hoy 125 años, en los que el anónimo criminal despertó miles de preguntas.

Nichols, de 43 años, era una de las cientos de prostitutas que recorrían el londinense barrio de Whitechapel la madrugada del 31 de agosto de 1888, pero la suerte quiso que su nombre pasara a la historia del crimen.

La zona por la que caminaba estaba en alerta desde unos meses antes, cuando los “crímenes de Whitechapel”, dispararon las alarmas entre sus oscuros callejones. Ignorando las advertencias de su amiga, Nichols insistió en recorrer sola la principal avenida en busca de algún servicio con el que poder pagarse el alojamiento de esa noche. Una hora más tarde fue encontrado su cadáver.

Pese a que eran usuales los asesinatos en ese barrio, la violencia desplegada con Nichols dejó claro que no era un suceso como los demás, lo que lo convirtió en prueba de que es la primera víctima de Jack el Destripador.

Fue entonces cuando nacieron muchas de las preguntas que hoy continúan obsesionando a expertos y aficionados.

“Es un instinto muy humano satisfacer la curiosidad y conocer las circunstancias de eventos dramáticos. En el caso de Jack, sabemos dónde, cuándo y cómo, pero no quién o por qué”, resume Robin Odell, investigador experto en el Destripador.

“Los sucesos ocurridos en la zona hace 125 años anunciaron la llegada del asesino en serie de la era moderna. Un individuo que a basa de astucia seleccionó víctimas para satisfacer sus deseos psicópatas manteniéndose esquivo y sin identificar”, expone Odell.

¿Quién fue Jack?, ¿por qué solo prostitutas?, ¿por qué dejó de matar? “Igual de importante que la identidad del asesino son las preguntas que rodean al fenómeno de los criminales en serie. ¿Son los psicópatas capaces de discernir entre el bien y el mal?” o “¿les da igual?”, reflexiona.