Nace la editorial Sirirí

Carlos Aguirre presenta “Canciones I”

Se presenta la naciente editorial de partituras y su primer libro. Acompañarán la propuesta numerosos artistas de la región. Será este domingo a las 20 en la Estación Belgrano.

Carlos Aguirre presenta “Canciones I”

La primera publicación comprende las composiciones registradas en el disco “Crema’’ de Carlos Aguirre Grupo. Foto: GENTILEZA PRODUCCIÓN

 

De la redacción de El Litoral

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Este domingo, a las 19, durante la 20 Feria del Libro, en la sala 3, Altos de la Estación Belgrano (Bv. Gálvez 1150), Carlos “Negro’’ Aguirre y Gabriela Redero presentarán la naciente editorial de partituras Sirirí y su libro inaugural, Canciones I.

El pianista y compositor entrerriano, junto a un grupo de músicos amigos, versionará cada una de las composiciones incluidas en esta edición de reciente aparición. Compartirán esta presentación Elina Goldsack, Natalia Damadian, Ana Suñé, Cintia Bertolino, Emilia Wingeyer, Franco Bongioanni, Gonzalo Díaz, José Piccioni, Luis Medina, María Paula Rodríguez, Mauro Bertotti y Sergio “Checho’’ Rosa.

Canciones I comprende las composiciones registradas en el disco “Crema’’ de Carlos Aguirre Grupo: “Los tres deseos de siempre”, “Zamba de mancha y papel”, “Beatriz Durante”, “Pasarero”, “Coplas de cielo y río”, “La tarka”, “Memoria de pueblo” y “Huella mora”. Es el primer fruto de esta editorial que nace como un nuevo proyecto autogestivo en la vecina ciudad de Paraná.

POSIBILIDAD

La intención es que, a través de sucesivas ediciones, las partituras de Carlos Aguirre estén al alcance de estudiantes de música, músicos y de todos quienes estén interesados en interpretar su obra, contando para ello con una cuidada escritura musical. Motivan este emprendimiento, las restrictivas condiciones del mercado editorial hacia creaciones de esta naturaleza y la necesidad de salvaguardar la calidad de la obra escrita en función de su fidelidad con la gestada por el autor.

Dice Carlos Aguirre: “Durante muchos años la edición de partituras o cuadernillos de música escrita -tanto como la publicación de toda obra que significara un aporte a nuestra identidad cultural-, estuvo restringida en la Argentina. A lo largo de varias décadas los estudiantes y los cultores de la música en general, hemos tenido que conformarnos con precarias fotocopias pasadas una y mil veces de mano en mano, desteñidas, borrosas y hasta incompletas, para acceder al estudio y la interpretación de obras gestadas por compositores de otras culturas que circulaban con mucha más fluidez que las creaciones de autores argentinos.

“Hoy, los estudiantes de las cada vez más numerosas escuelas de música, los músicos desde su espacio cotidiano de creación, y los docentes para replicar en su tarea formadora, demandan con insistencia la circulación de este patrimonio inasible que es la música. Un patrimonio que, al adoptar la escritura como vehículo de transmisión, asume una doble condición de perdurabilidad y circulación”.

Sirirí es la posibilidad de que sea el propio compositor quien se encargue de la escritura, corrección y edición de su obra musical escrita, garantice la fidelidad de esa obra que se pone en circulación. Y por otro lado, representa la oportunidad de iniciar un intercambio mutuo con los potenciales intérpretes y/o receptores de la misma.

Teniendo en cuenta el valor de la música en la expresión de un pueblo, es que los libros de partituras de autores contemporáneos constituyen un rescate de la memoria cultural del presente, como así una notable contribución a la pedagogía e investigación musicales.

Prólogo I

Jorge Fandermole

  • Tras conocer las canciones de Carlos Aguirre sobreviene con el tiempo una certeza diáfana: las formas de sus canciones emergen de una paciencia minuciosa y precisa, de la fluidez que proviene de un sosiego lúcido y termina derivando en una imagen emocionante. Cuando digo imagen me refiero a la del sonido entero de sus canciones, de ese complejo riesgosamente definible que trasciende letra y música.

La poética que sobrevuela el cancionero de Carlos Aguirre, que no es exclusividad de la palabra sino en todo caso de su mundo sonoro íntegro, es del dominio de la transformación, de la fusión de los elementos del mundo, de su sorprendente devenimiento en otros: está sostenida en un lirismo esencial que deja expuesta las visiones por las que las materias se transfiguran difundiéndose en sus límites, y las acciones se trasladan y mutan.

Igual noción de movimiento tienen las músicas de sus canciones, de la que las palabras no pueden dar cuenta: melodías y secuencias armónicas fluctúan de lo tradicional al estrecho borde de la extrañeza de sus modulaciones y sus desarrollos melódicos, siempre en una rítmica teñida de negritud.