Artes Visuales

En exposición

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“Naturaleza muerta”, óleo de Luis Ouvrard. Foto: Gentileza MPBA

 

Domingo Sahda

Días atrás fue inaugurada oficialmente la exhibición de Pinturas y Esculturas cuyo ítem vinculante es “90 años-90 artistas”, integrada con obras patrimoniales del Estado provincial albergadas en el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, y que en ese lugar se custodian. Enhorabuena, por la acción de rescate y salida a la luz pública de estas piezas, una fracción de la totalidad que en esa casa se preserva. Huelga decir que Santa Fe debería enorgullecerse en grado mayor por la existencia de ese ámbito, quizás modélico en su especialidad y en el país. En este momento y con sobrados motivos, luce con real esplendor. Quizás porque vuelve a sus esencias, esas que motivaron que Martín Rodríguez Galisteo construyera como espacio santafesino para el arte argentino un lugar, el que prontamente cedió al Estado con la única condición que llevara el nombre de su madre: Rosa Galisteo de Rodríguez. Superados los mezquinos trámites burocráticos, rango distintivo de nuestro estar geográfico en el país, desde el año 1922 se viene convocando ininterrumpidamente a los creadores del arte visual argentino, construyéndose una de las más importantes colecciones del arte argentino de los siglos XX y XXI. Congratulaciones por el acto de rescatar del ostracismo y del olvido este bien colectivo. El Museo Provincial vuelve a ser aquello para lo que fue creado.

Lo que se exhibe es excelente. El vínculo fundante del diálogo entre autor-creador y receptor-público se produce en plenitud. El montaje y la curaduría son impecables. El gesto inicial de Martín Rodríguez Galisteo marca una huella indeleble a imitar para bien de todos. La decisión de la política cultural merece aplausos. Es el momento en que los estamentos responsables de la formación ciudadana, de cualquier nivel y modalidad —llámase Educación— tomen en cuenta este hecho y lo aprovechen en tanto se suponen abocados a formar ciudadanía, identidad y pertenencia. La producción de imágenes, el Arte Visual, define la esencia de los rasgos de humanidad. Soslayarlo es justificar penosas carencias. Tenerlo, literalmente “a la mano” y no aprovecharlo en beneficio propio y de terceros etiqueta de modo precario a unos y otros.

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“La media caña”, óleo de Pedro Fígari.

“Evitar cualquier contacto”

En las salas del Museo de Arte Contemporáneo MAC sito en Bv. Gálvez 1578, ha sido abierta a consideración pública una exposición de trabajos plásticos cuyos autores, a saber: Germán Lavini y María Eugenia Suárez titulan, de modo conjunto, “Evitar cualquier contacto”. Lavini exhibe dibujos directos sobre papel con imágenes que ocasionalmente rebasan ese límite y se continúan en el muro de soporte, evidenciando una exuberancia gráfica que se patentiza en la reiteración del trazo-surco definido en sus direccionalidades sin matices ni variables expresivas en el recorrido.

Por su parte, María Eugenia Suárez exhibe delicados y minuciosos trabajos en los cuales la planimetría explicitada por el trazo, la línea, se manifiesta con hilos cosidos al papel-soporte, los que, junto al corte-calado preciso del plano de sostén operan como principios fundantes de los trabajos que exhibe.

El concepto subyacente de horror vacui (horror al vacío) del arte románico-medieval está presente en todas las proposiciones visuales que firma Lavini. Sin solución de continuidad se entrelazan imágenes de manifiesto dinamismo expresivo, todas las cuales tiene la misma preeminencia y justificación visual. Ausente la idea de contraste compositivo en tanto se sitúa la relación figura-fondo, la mirada fuga hacia cualquier espacio del plano, apreciando el tumulto icónico que se agota expresivamente en sí mismo, valorándose la energía fáctica por sobre la expresión significativa. El tumulto, de entonación cuasi escenográfica es el ítem preponderante en la expresión visual del autor, cuya soltura en el trazo es evidente y calificada.

En opinión de esta columna, la contención del desborde temperamental-creativo evidente ganaría en contundencia expresiva en tanto cediera la idea de espectacularidad, calibrando con mayor sosiego visual y mayor diversidad en la afirmación lineal aquello que se organiza como discurso visual en el plano.

Por su parte, María Eugenia Suárez apela al recurso del ensamble de opuestos recursos tensados efectivamente al límite. Algunas obras en exposición (todas con excesiva presencia del enmarcado) portan un particular refinamiento que, tangencialmente apela a “lo bello” como realización ornamental delicada, casi etérea, sin proyecciones que vayan más allá de su presencia. Eventualmente y sólo de modo subjetivo, por cierto opinable, estas delicadas imágenes, tramas y controlados diseños adquirirían, quizás, insospechado impacto de excelencia si se resolvieran como arte textil. De este modo insólito, cobraría presencia en nuestro medio una idea generatriz propia de la “Bauhaus”, la que sin dudas aportaría matices a nuestro horizonte cultural. Los trabajos a la vista resultan en sí mismos notables resoluciones visuales que se cierran sobre sí mismas.

Raúl Roa - “Oleos”

En el local de AG Contemporáneo, Bv. Gálvez 1514, Santa Fe, el artista plástico Rau Roa expone una nutrida colección de óleos directos de pequeño formato, todas pinturas directas sobre el plano en las cuales el expositor proyecta una cosmovisión del entorno paisajístico, con cuasi nula presencia del tráfago humano. No hay aquí hipótesis descriptiva del entorno ni enumeración geográfica “per se”. La expresión como actitud definitoria de cada construcción plástica se evidencia con marcada soltura. La visión directa de las mismas se sofoca un tanto por la presencia excesiva en algunos enmarcados de las piezas en exhibición. Se produce aquí el curioso fenómeno, por cierto puramente subjetivo, de “espiar” la obra a través del “ojo de la cerradura”, en estos paisajes de sostenida armonía cromática y ágil textura matérica. El desafío será, entonces, constatar si tal intensidad poética se sostiene al incrementar la superficie del plano pictórico; y esto es una decisión del autor. Interín, las pequeñas piezas a la vista se sostienen por su calidad intrínseca.