Austria, hoy

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Austria, armonía de pasado y futuro. En la foto Arco del Triunfo, en Innsbruck.

Foto: Archivo El Litoral

 

J.M. Taverna Irigoyen

Hay países que salen muy esporádicamente en los medios, y su vida pública y su organización y desarrollo están distantes del conocimiento general. Austria es uno de ellos. Con sólo 8.200.000 habitantes y una extensión territorial de 83.849 km2, es un país de la Europa central aislado de todo mar y con más de 2/3 de su superficie montañosa, surcado por el Danubio y sus afluentes, el Inn, el Salzacle, el Leitha, el Mür y el Drave.

Una característica es distintiva a su organización social: el orden y el respeto por los derechos y las convicciones. Desde 1922 viven dentro de una social democracia o sistema republicano democrático, que hace que sus ciudadanos participen activamente de la vida pública y, sobre todo, estén amparados por leyes de definida igualdad. En este aspecto, es importante destacar que tanto la enseñanza a partir de los 6 años y hasta la completa formación universitaria, como así la salud pública, son totalmente gratuitas. También es interesante resaltar que el trabajador no alquila ni compra su vivienda, sino que le es otorgada -previo sorteo entre las 17 jurisdicciones de Viena, por ejemplo- para poder ir amortizando su costo con el respaldo estatal, a través de diez años. En un mismo sentido, los departamentos se construyen a partir de los 80 m2 por unidad y tienen todos los adelantos técnicos y funcionales de la época.

El sueldo mínimo es de 1.100 euros y el promedio supera los 1.800 de la citada moneda. Todos aportan a las cajas del Estado a partir de esta última cifra y gozan de sistemas jubilatorios amplios. La desocupación arroja actualmente un guarismo del 4,6%. El crecimiento poblacional (recordemos que en épocas del imperio austro-húngaro estuvo dentro de los 54 millones de almas) es sumamente bajo y se calcula que, de continuar en las actuales condiciones de 0,4 hijo por familia, no antes de 2020 podrá arribarse a 10.000.000.

Pero Austria es un país que mira abiertamente al futuro. No sólo por su economía y su organización social, sino también por su proyección política, con las fuerzas del SPO y del OJP pujando hacia un mismo destino nacional: no enfrentadas.

El próximo 29 de septiembre (casi paralelamente a la República Federal de Alemania, con la elección de un nuevo canciller) habrá aquí elecciones legislativas, para cubrir 183 escaños. Y es admirable comprobar el grado de respeto y orden en que se mueven todas las fuerzas de la contienda electoral. Sin embargo, es éste uno de los países del mundo con más feriados: 16 días (después de la Argentina, obviamente).

Memoria, tradición, apertura

La historia marca profundamente a la Austria actual, no obstante su noble recuperación y crecimiento. No reniega de sus orígenes imperiales (no obstante haber sido eliminados por ley los títulos nobiliarios y su uso), porque sin dudas contribuyen a conformar una sólida plataforma o cimiento de costumbres sociales que armonizan en el plano de la convivencia. Los palacios y los grandes bulevares y jardines son orgullo patrimonial y, ya con otros destinos eminentemente culturales, sirven para convalidar la importancia de las tradiciones. En Viena, la Viena de los valses y los grandes arquitectos, la de Otto Wagner y la magia pictórica de Schiele, de Klimt, de Kokoschka, la Viena de los cafés y los teatros de ópera, la de la de los 114 museos y la impronta irreverente y liberadora de los nuevos diseñadores y arquitectos, con Hundertwasser a la cabeza, se respira tiempo contemporáneo. Todo bulle en un presente/futuro que no desdeña las grandes innovaciones, los cambios rotundos, los vuelcos investigativos más sorprendentes. Wolfang Pauli, el padre de la mecánica cuántica, es austríaco. Lo es también Viktor Frankl, fundador de la logoterapia.Y Alfred Adler, creador de la psicología individual trabajó en Viena y desarrolló allí sus contribuciones. ¿Y acaso Josef Hoffmann, arquitecto y diseñador excepcional en el escenario del siglo XX, no proyectó sus ideas desde esa misma tierra vienesa?

Es también desde donde el mundo de los cristales proyecta sus brillos de fantasía creativa, a través de la firma Swarovski, de expansión mundial. Y podría seguirse con la enumeración simplemente abarcativa.

Recursos productivos y de desarrollo

Las riquezas de la tierra son explotadas con inteligencia: oro, plata, hierro, cobre, carbón, petróleo, gas natural. La siderúrgica y la electrónica marcan dos puntales de enorme importancia. Pero hay que aclarar que Austria tiene un socio con el cual no sólo se lleva bien, sino por sobre todo armonizan y suman: la República Federal de Alemania. Lo que no hace o produce una, lo complementa la otra. Las automotrices Mercedes Benz, VW, las industrias químicas y textiles, son industrias que comparten productivamente. Pero Austria (que es gran exportadora de hierro y acero) posee por ejemplo una de las plantas más grandes de containers de Europa y varias de elaboración de resinas plásticas, que la ubican en un plano de privilegio.

País que cuida mucho la energía, paralelamente la produce en la proporción necesaria para alentar el desarrollo industrial. Son muy celosos del uso del gas, y a lo largo de sus pueblos, ciudades y zonas rurales, es advertible la gran cantidad y difusión de las pantallas para energía solar, tanto como los enormes molinos para energía eólica.

Las carreteras y autopistas son inmejorables. Y hay que resaltar que éstas últimas carecen de cobros de peaje: anualmente sólo tributan una tasa los camiones y medios de transporte público. El turismo es recibido con atenta cordialidad y aseguran que, por cada turista, se generan cincuenta puestos de trabajo. La hotelería es de buen nivel, si bien -dado que el verano allí es muy corto- la mayoría carece de aparatos de aire acondicionado.

Organización y estructuras públicas

Austria está dividida en 9 provincias. Un 35% de la superficie territorial es de montañas o bosques. Precisamente cabe resaltar que, a igual que Alemania, el país ha sido forestado por pinos traídos de Suiza, de la cepa Sembra. La madera es otra de las riquezas de esta nación, que cumple con amor indelegable las normas más precisas de la ecología moderna. En las grandes ciudades -Viena, Gras, Innsbrunck, Baden- los árboles están numerados y protegidos sus troncos del frío y los hongos por redecillas textiles.Y según informe creíble, el cuidado de cada árbol, desde su plantación, insume la suma de 3.200 euros.

Existe una conciencia muy clara respecto del derecho a la seguridad del ciudadano. En este sentido, la policía no sólo está bien paga sino, frente a la muerte de un servidor en acto de defensa a la patria, su familia recibe como compensación del Estado la enorme suma de 3.000.000 de euros.

Las religiones son la católica, más numerosa, y la protestante. Hasta los pueblos más minúsculos que atraviesa la ruta o se divisan a lo lejos, ofrecen la visión de las agujas de los campanarios, así como torres bizantinas que dan curiosa diversidad al paisaje. Y entre las construcciones medievales y los rostros de caseríos típicos de madera y cemento, pinares infinitos y flores multicolores por todos lados, túneles y puentes, las deliciosas urbanizaciones de María Worth y Villach, de Grossglockner y el Tirol, los viñedos y el Danubio que no cesa de cantar en sus aguas.