Gigantes y enanos en el folklore universal

La autora hace referencia al universo folklórico de muchos pueblos que -a través de leyendas y anécdotas- cuentan historias en las que no faltan aquellos extraños seres de mínima y de máxima talla.

TEXTO. ZUNILDA CERESOLE DE ESPINACO. ILUSTRACIÓN. LUCAS CEJAS.

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El universo folklórico de diversos pueblos del mundo está poblado de seres que exceden en talla y fortaleza a los seres humanos: los gigantes; en contraposición también figuran seres de mínima talla: los enanos.

Mitos leyendas, cuentos y anécdotas son las llaves que nos permiten el acceso a un mundo que está fuera del alcance de la razón humana y ha elaborado patrones más o menos similares en los pueblos y razas más antípodas.

MUNDO DE GIGANTES

Alacalufes: Taketú era un gigante que andaba por las frías costas fueguinas. Como sólo vagaba de noche no era visible a simple vista sino percibido como una oscura mole, si alguien se topaba casualmente con él quedaba inconsciente por el resto de su vida.

Araucanos: Trauco, según la tradición, era monstruoso, de cuerpo velludo en extremo y carácter hosco. Ambulaba por las costas de ríos y arroyos raptando doncellas a quienes jamás se volvía a ver.

Guaraníes: en los Saltos del Guaira habitaba un gigante que vivía en una guarida llamada “Peña pobre”. Pasaba todo el día pescando munido de una larga caña y obtenía una pesca fructífera, ya que dichos saltos estaban en el río Paraná, en zona brasileña, donde el mismo se encajonaba en 80 metros produciendo un potencial de energía portentoso. A raíz de ello, esta maravilla de la naturaleza fue utilizada para una represa.

Tupíes: Foi Boto, monstruoso gigante marino que raptaba a las doncellas que encontraba en las orillas de los ríos.

Mayas: Huahuapach. Tenía una altura gigantesca, era vigoroso y de aspecto terrible. De hábitos nocturnos solía apostarse en los caminos, salía de improviso e indicaba a los viajeros o a los Hamanes (portadores) que llevaban mercancía a las ferias o mercados el rumbo que debían tomar. Si no era obedecida su orden de cambiar de rumbo, Huahuapach los estrujaba entre sus piernas hasta darles muerte, luego seguía su recorrido nocturno hasta que las luces del alba anunciaban la presencia de la mañana.

OTROS SERES EXTRAÑOS

Arikaras: el dios Aiuch que veneraban los indios arikaras, habitantes de las praderas norteamericanas, esculpió en piedra gran cantidad de gigantes, una vez que acabó la tarea les dio vida satisfecho por su obra. En un principio, los gigantes de piedra vivieron tranquilos y obedecieron al dios, pero ensoberbecidos con su fuerza y su poder comenzaron a mostrarse irrespetuosos, incluso atacaron al dios. Este produjo una lluvia torrencial que causó inundaciones que los ahogaron.

Cherokee: Nun-yunuwi. Gigante terrible totalmente vestido con piedras.

Hewen: esta parcialidad indígena que habitaba las tierras californianas nos habla de una raza de gigantes, los Rock Gigants, que sembraban la muerte y la destrucción a su paso. Un guerrero descubrió que la única parte vulnerable de los gigantes era la planta de los pies, entonces todas las poblaciones fueron rodeadas con palos aguzados; de esta manera fueron destruidos.

Griegos: Aegeón (Gigante marino que tenía cien brazos y cincuenta cabezas); Briarco (tenía también cien brazos y cincuenta cabezas; todos sus brazos estaban armados con lanzas y escudo, de sus bocas emanaba fuego y humo); Prometeo (robó el fuego a Zeus, quien -enojado- ordenó a Vulcano que lo encadenara en el Cáucaso, donde un águila le roía el hígado que se renovaba sin cesar. Hércules lo libró del suplicio matando con sus flechas al ave); Titanes (eran doce gigantes).

Persas: Argenk (tenía cien galerías con bellísimas estatuas de oro; preservaba las entrañas de la tierra y las vertientes subterráneas) y Semedun (poseía cien brazos).

Indios: Bali (simbolizaba la fuerza; al luchar contra Vichnú fue vencido); Mahabal (fue derrotado por Vichnú con tres pasos mágicos: uno hacia el cielo, otro hacia la tierra y el último hacia el infierno).

Rumano: Caraimán. Gigante bueno que vagaba solitario tocando la carnamusa (instrumento antiguo, compuesto por un odre y varios canutos por donde sale el sonido). Por envidia de los hombres hacia las bellas melodías que él ejecutaba, se rompió el instrumento que abrazaba dormido y que era su espíritu, él murió y se formó una mole pétrea que lleva su nombre, siendo famosa en los Cárpatos.

MUNDO DE ENANOS

Estos pequeños seres tienen variadísimos nombres y distinto accionar según la cultura de donde provengan.

Tinguiricas: enanos de la Patagonia, típicos de las tradiciones araucanas. Habitan en los cerros, se les atribuyen los aludes de piedra y nieve.

Yasí-Yateré: deambula por la región guaraní. Es un enano rubio y hermoso, usa un sombrero de paja que lleva un bastón de oro, roba niños que luego abandona.

Negritos del remanso: tienen morena descamada piel, cuerpo de pez y tórax, brazos y cabeza humanos. Surgen del remanso en forma silenciosa para sacudir la paz de la isla y los arenales, cometen travesuras, cortan los espineles, hurtan las mejores piezas de pesca, roban boyas y apagan el fuego crepitante que el pescador dejó encendido al salir de recorrido, cegando así la fuente de luz dejada para orientación al regreso. Cuando anochece, los negritos, los temidos cambaís, suelen recostarse en las playas solitarias y dibujar con sus dedos signos extraños, amasar bolitas de barro y apilarlas meticulosamente. ¡Pobre del niño que se aleje de su rancho y se acerque confiadamente intentando jugar con ellos! Jamás volverá a su hogar.

INOFENSIVOS Y NO TANTO

Alux: pequeño ser sobrenatural que llevaba un sombrero de paja en la cabeza. Según la creencia maya, este enano sólo salía de noche para molestar con sus travesuras a las personas que dormían. Para ello, lanzaba gritos hórridos que llenaban de terror a quienes los escuchaban, lanzaba piedras a las viviendas y molestaba a los animales domésticos.

Brownies: enanos malvados y vengativos que castigan las afrentas que se les infieren y habitan en Escocia.

Gobelines: en Italia se habla mucho de estos enanos inofensivos y traviesos, quienes -según creencias- reaccionan sólo contra quienes tratan de burlarse de ellos.

Nibelungos: según la mitología escandinava, estos enanos vivían debajo de la tierra donde tenían escondidos grandes tesoros. Poseían un anillo mágico que tenía poderes extraordinarios pero era fatal para quienes no fueran de su raza.

Kovold: según las creencias alemanas, estos enanos son inofensivos y aceptan la amistad de los campesinos y ayudan a las amas de casa limpiando mientras duermen, no aceptan regalos y si alguna de ellas -en agradecimiento- les deja alguno se ofenden y no regresan jamás.

Dvergars: enanitos que habitan en las rocas y en los troncos de los árboles de Noruega y Suecia. Nacieron del cadáver del gigante Imer por voluntad de Odín. Son sabios en todas las artes.

Gigantes y enanos se nos aparecen hoy, como el coro en sordina de una legendaria antigüedad. La reseña precedente -aunque compendiada en extremo- nos hace asomar por algunos instantes a ese mundo sobrenatural, mágico y maravilloso que los antiguos han querido preservar para nosotros.