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Sobre el quebracho del Chaco austral

Rubén Pedro Magnago

Luego de haber leído en El Litoral el artículo sobre “El quebracho” que escribiera el Arq. Mazzarantani, el lector Rubén Pedro Magnago nos ha enviado información complementaria sobre el emblemático árbol del bosque chaqueño. Magnago, que ha vivido veinticinco años en la zona de La Forestal, recuerda en primer lugar que “quebracho” es una palabra de origen guaraní que refiere a la cualidad de la madera que, por su dureza, quiebra el hacha. Y agrega: “Una combinación formada por tierras salitrosas, abundantes lluvias, rígidos inviernos y ardientes veranos dio origen al único fenómeno botánico milenario, en nuestro planeta.

“La piratería inglesa, antes de mediados del siglo pasado, comercializaba en Europa los colosales rollizos; empleándolos en múltiples usos: muelles, puentes, barcos, postes para el telégrafo, etc.

“Fue exhibido en las exposiciones mundiales de madera en París, en 1855 y 1867, recibiendo elogios por su dureza”.

Magnago dice que “un obrero curtidor de La Boca, Buenos Aires, descubrió en los muelles el color rojizo que teñía las aguas y el olor a tanino que exhalaban. Comenzó a utilizarlo como elemento curtiente. Ese año se realizó la exposición Forestal en Bs. As. (1872). Enterado de las bondades curtientes del quebracho, el francés Adrian Prat envió a su compatriota Ernest Dubosc, fabricante de extractos de madera en el Havre (Francia), muestras de quebracho. Esto despertó la curiosidad de los entendidos, debido a la capacidad curtiente; una tonelada de tanino se extraía de 3,5 toneladas de quebracho; otra ventaja era que se aprovechaban raigones, tallos y gajos, mientras que las especies tánicas de aquella época (cebil, curupay, castaño (europeas) y Hemlock (EE.UU.) sólo aprovechaban su corteza, quedando en completa desventaja respecto de nuestra especie.

“Al año siguiente, Dubosc obtuvo una concesión o patente por 15 años para fabricar extracto de quebracho en Francia. En 1878 se abrió en El Havre, Francia, una fábrica a cargo de Dubosc, y simultáneamente en Hamburgo (Alemania), Renner realizó la apertura de otra planta.

“Ese mismo año, Portalis obtuvo el derecho de talar quebrachos enviándolos a Francia y EE.UU., en unas 10 leguas cuadradas cerca de Reconquista (Santa Fe).

“También Harteneck Hnos. hizo lo mismo enviando rollizos para EE.UU. y Hamburgo (Alemania)”.

Nuestro lector aporta otra versión que atribuye a los alemanes el descubrimiento de las propiedades de la excepcional especie arbórea, y lo expresa de la siguiente manera: “Se dice que un señor de nacionalidad alemana recorría un campo cerca del arroyo Malabrigo, en las inmediaciones de la localidad de Berna, cuando junto a un corpulento quebracho avistó un animal muerto al que le había caído una rama grande sobre el cuerpo, probablemente a causa de una reciente tormenta. El alemán se sorprendió con el hecho de que donde se había derramado la savia del árbol el cuero estaba curtido y los animales carroñeros no lo habían tocado. Por ese motivo tomó muestras de esa parte del cuerpo y de los trozos de quebracho y los envió a Hamburgo, Alemania, para su análisis. Según esta versión, el hecho ocurrió el mismo año que Dubosc patentó el descubrimiento del tanino en Francia”.