Basura, ratas y podredumbre en el barrio Guadalupe Este

• Hay al menos tres minibasurales a cielo abierto, desde Larrea y Dorrego hacia el norte. El olor es nauseabundo y advierten por el peligro sanitario de focos infecciosos.

Luciano Andreychuk

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Al pie de las vías del ferrocarril, con el triste rancherío como fondo de cuadro, diez perros sucios se relamen en la inmundicia. Se ven los huecos que conducen a las madrigueras oscuras de las ratas y otras alimañas, y el olor pútrido hace retroceder: la náusea es inminente. Al menos tres minibasurales a cielo abierto con todo tipo de desperdicios contó esta mañana El Litoral, entre calles Larrea y Dorrego hacia el norte, en barrio Guadalupe Este (jurisdicción de vecinal Coronel Dorrego). El peligro sanitario por focos infecciosos está latente.

Al olor y las alimañas rastreras se suman moscas, más perros que merodean y niños pequeños que a diario allí juegan descalzos, esquivando los vidrios rotos -según el relato de varios moradores de lugar-, como buscando algún tesoro que no existe en la basura. “Esto es un peligro, estamos cansados. Yo vivo en el rancho que está ahí, a pocos metros de la vía. Vienen carros y tiran basura. Pero también hay vecinos que arrojan sus residuos en los basurales”, relata Ramón Brevel, vecino del barrio.

El hombre es jardinero y hace 30 años que vive en un precario rancho que levantó con sus propias manos, asegura. “Esto es un problema desde hace 3 ó 4 años. Cuando hace calor, el olor y las moscas no se aguantan. Se ven ratas por todos lados. Estoy cansado de reclamar: da vergüenza porque hay vecinos que tiran sus cosas ahí. El camión de la Municipalidad viene a veces, limpia y se va. Pero no alcanza. A veces tenemos que quemar la basura”, dice, sin tomar conciencia del peligro que implica la emanación de humos tóxicos con la incineración de residuos.

María Celeste Reyes pasa rápido, empujada por el frío y la fina llovizna de la mañana. Pero se detiene para quejarse: “A veces limpian uno de estos basurales, pero no alcanza. Hay más, es un desastre por el olor, y un peligro para los nenes. Y a eso hay que sumar los tiroteos que se escuchan de noche. Y los robos, la inseguridad. No se puede vivir tranquilo en esta zona”, se resigna.

Reclamo

El CPN Rubén Mattioli también es vecino del barrio. “Acá tenemos todo el tiempo olores nauseabundos, alimañas de todo tipo, animales muertos. Vienen carros, camionetas que depositan residuos, y hay vecinos que tiran la basura en los basurales a cielo a abierto. Necesitamos por nuestra salud que la Municipalidad solucione esto”, clama preocupado.

En la esquina de Dorrego y Larrea hay un solo container para depositar la basura para todo el barrio, que se rebasa. “La gente termina tirando sus bolsas en el basural. La Municipalidad lo pasa a retirar (al container) todos los días, pero no alcanza”.

Mattioli ha formalizado en dos oportunidades reclamos a la Municipalidad para que saneen los basurales. Pero según le dice a El Litoral, no hubo una respuesta satisfactoria y muestra a este diario los e-mails con los dos reclamos que elevó al municipio solicitando la solución del problema, uno del 29 de agosto pasado (Nº de reclamo 36515/13), y el otro el 6 de setiembre, hace unos días. Con respecto al segundo reclamo, la respuesta de la Municipalidad (área de Informes) fue: “Remitimos su reclamo al área correspondiente, se le asignó el Nº 37603/2013 debido a que su reclamo anterior (Nº36515/2013) fue informado como resuelto por Higiene Ambiental”.

“Es mentira que ya fue resuelto mi primer reclamo. Los basurales siguen ahí”, Se queja el contador. Su último reclamo formal dice: “A la Dirección de Control e Higiene: dejo constancia que sin respuesta a mi anterior reclamo (de agosto) adjunto en prueba la presente (una foto de los basurales) que con elocuencia muestra la falta de higiene para los vecinos de calle Dorrego desde Larrea al norte, como así para quienes deben trasladarse del barrio oeste al este, ante lo cual insisto en la recolección de residuos sobre terrenos que se extienden en la zona”, concluye su pedido.