al mArgen de la crónica

Angela, escandalizada

La canciller alemana, Angela Merkel, calificó hoy de “gran carga” para los católicos el caso del obispo Franz-Peter Tebartz-van Elst, objeto de duras críticas por presunto despilfarro en la construcción de su residencia, y expresó su confianza en que la Iglesia sabrá resolver el asunto.

“El gobierno federal por supuesto no va a tratar de dar consejos a la Iglesia. Pero sí expresa su confianza en que se dará una solución adecuada para mantener la confianza de los creyentes en su Iglesia”, apuntó el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert.

El obispo objeto de la controversia viajó el pasado fin de semana a Roma, con la intención de abordar la cuestión con la curia y presumiblemente con el papa Francisco.

Asimismo a la Santa Sede viajó el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Robert Zollitsch, quien antes de partir reconoció que la Iglesia padece un “tremendo problema de credibilidad” a causa de las acusaciones contra el obispo de Limburg. Este prelado ha levantado una fuerte controversia en Alemania, además de su comportamiento autoritario, por estar construyéndose una residencia por un coste que asciende ya a 40 millones de euros, frente a los 5,5 millones inicialmente previstos.

Zollitsch se distanció en los días pasados del obispo y mostró su “extrañeza” por los costes derivados de la construcción de su nueva residencia en Limburg y otros escándalos que rodean al prelado, como un viaje en primera clase a la India.

El diario “Süddeutsche Zeitung” publica hoy por su parte unas declaraciones del arquitecto del proyecto, Michael Frielinghaus, en las que afirma que el obispo sabía desde el principio del proyecto, “los costes que de ahí le correspondían”.

Hay dos fiscalías investigando un caso de presuntas declaraciones en falso del obispo -en relación a un viaje en primera clase, a India- y fraude -relativo a las obras de la residencia en Limburg.