opinion

Pacientes en lista de espera

  • Las refacciones en dos de los quirófanos del hospital Iturraspe provocan demoras de hasta cuatro meses en cirugías programadas.

Cuando a mediados de este año se tomó la decisión de emprender trabajos de refacciones en dos de los cinco quirófanos del hospital Iturraspe, se trató de una medida lógica e impostergable. Tanto fue así que los médicos venían enfrentando inconvenientes para realizar las intervenciones quirúrgicas, debido al mal estado edilicio de estas salas.

Cuatro meses después, los trabajos continúan y los responsables del nosocomio aseguran que estarán terminados en poco tiempo. De todos modos, cuando las tareas en estos quirófanos finalicen, se iniciarán refacciones en las otras tres salas de operaciones, lo que impedirá que se retome el ritmo habitual de intervenciones quirúrgicas.

La situación actual es, por lo menos, preocupante, ya que los pacientes que deben ser sometidos a cirugías programadas en el Iturraspe soportan hasta cuatro meses de espera.

Los médicos aseguran que se trata de casos en que las demoras no ponen en riesgo las vidas de los enfermos. Pero lo que tal vez sea una explicación acertada desde el punto de vista técnico, se convierte en un verdadero calvario para quienes se ven obligados a convivir con un problema de salud durante tantos meses, soportando los temores, las ansiedades lógicas y enfrentando, además, la posibilidad de que su cuadro se agrave por el paso del tiempo.

Según las autoridades del Iturraspe, si los síntomas de un paciente se agudizan o surge alguna complicación mientras está en lista de espera, se le da prioridad y es sometido a la intervención quirúrgica.

El director del hospital, Francisco Villano, aseguró que se están reforzando los horarios y días en que se practican operaciones con el objetivo de acortar, en la medida de lo posible, los tiempos de espera de los pacientes.

Sin embargo, el representante de la comunidad en el Consejo de Administración del nosocomio, Mariano Figueroa, se quejó públicamente de la situación y reclamó que los médicos trabajen durante la tarde en los quirófanos que están en condiciones de ser utilizados. “En esta situación de emergencia, es inconcebible que los quirófanos estén cerrados a la tarde”, insistió.

Lo que ocurre es que, por lo general, los médicos trabajan en el hospital durante la mañana, pero por la tarde atienden en sus consultorios particulares. La situación no es nueva y la solución al problema no parece sencilla.

Más allá de cómo se resuelva esta situación coyuntural planteada en el edificio del hospital Iturraspe, tal vez sea el momento de comenzar a pensar en algunas modificaciones en el sistema de contratación de profesionales de la medicina por parte del Estado.

Quizá una salida podría pasar por la posibilidad de establecer contratos con dedicación exclusiva para aquellos médicos que estén dispuestos a aceptar tales condiciones, abocándose de lleno a la atención de sus pacientes en el sector público. El tema deberá ser analizado en profundidad, pues puede redundar en un mejor servicio para la salud pública.

Lo que resulta inconcebible es que terminen siendo los pacientes quienes soporten las consecuencias planteadas por esta realidad, viéndose obligados a integrar listas de espera y enfrentando la posibilidad de sufrir complicaciones en las patologías que padecen. Lo que está en juego, en definitiva, es nada menos que la salud de las personas.

Lo que resulta inconcebible -e inaceptable- es que terminen siendo los pacientes quienes soporten las consecuencias generadas por esta realidad.