Padre, madre e hijo

Condenan a una familia narco

El Tribunal Oral Federal les impuso penas de entre 6 y 7 años y 8 meses de prisión a cada uno de ellos, por articular una empresa dedicada al almacenamiento y venta de cocaína y marihuana.

2.jpg

Tres casas fueron allanadas el 30 de noviembre de 2012 por la Policía Federal, que secuestró casi diez kilos de drogas. Foto: Archivo El Litoral

 

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

Tres miembros de una familia de santafesinos fueron condenados a prisión este martes, tras comprobarse su autoría en el delito de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravado por la intervención de tres o más personas en forma organizada para cometerlo”.

El Tribunal Oral Federal, integrado por María Ivón Vella, José María Escobar Cello y Miguel Abásolo, impuso una pena de 7 años y 8 meses de prisión para Marcos Alfredo Franco (47); mientras que su pareja Nidia Susana Canalis (44) y su hijo Marcos Jonathan Franco (21) fueron condenados a 6 años de cárcel.

Padre, madre e hijo llegaron a juicio después de casi un año, puesto que se encuentran privados de su libertad desde el 30 de noviembre de 2012, cuando la delegación local de la Policía Federal argentina, con la colaboración de efectivos de la PFA de Paraná, allanó tres domicilios en los que secuestraron una gran cantidad de sustancias estupefacientes.

1.jpg

Juicio oral

El juicio que comenzó el jueves pasado finalizó este martes, luego de que el tribunal escuchara a los 18 testigos, que comparecieron durante las audiencias de debate, entre los que hubo efectivos policiales, testigos de actuación y vecinos y amigos de los inculpados.

Tal como se pudo establecer durante el juicio, los tres miembros de la familia Franco articulaban una organización delictiva dedicada al almacenamiento y venta al menudeo de sustancias estupefacientes.

Así quedó demostrado en los allanamientos del 30 de noviembre último, cuando la policía llegó hasta una casa de la calle 4 de Enero al 6800, donde fue apresado Franco padre y se secuestró una importante cantidad de cocaína distribuida en distintas dependencias.

También se hallaron en el lugar unos 2 mil tubos Eppendorf para almacenar cocaína, balanza de precisión y elementos para estirar la droga, entre otros.

Esa misma tarde, la Delegación de Delitos Federales y Complejos de la PFA arribó hasta una casa de French al 4000, donde se detuvo a Canalis, quien se encontraba junto a sus otras dos hijas menores de edad. Allí se incautó más droga, incluso dos ladrillos de marihuana escondidos en el freezer de la heladera. De ese procedimiento llamó la atención de los funcionarios policiales el hallazgo de una suma de dinero que alcanzaba los $36.890.

Último eslabón

En tercer lugar, el sitio allanado fue un kiosco de Alvear al 5600, esquina con la calle Derqui, donde todo lo que se almacenaba y fraccionaba en los otros domicilios era trasladado hasta la boca de expendio como último eslabón. El kiosco era atendido por el joven Franco, a quien al ser sorprendido intentó descartarse de la droga, arrojándola por el inodoro. En el lugar se incautó una pistola calibre 6.35 cargada y más de $ 10.000.

Según consta en el sumario prevencional, la investigación había comenzado casi un año antes, a partir de llamados telefónicos anónimos, señalaba al mayor de la familia Franco como el principal sospechoso al mando del negocio de venta de estupefacientes.

Según los testigos, el primer kiosco funcionaba en la casa de 4 de Enero; luego el negocio se montó en una casa de la calle Vieytes al 3200 y después en Estanislao Zeballos al 4000, antes de quedar definitivamente afincados en Alvear y Derqui.

En base a los elementos de prueba recolectados, los tres parientes fueron procesados y la causa fue elevada a juicio. Durante su alegato, el fiscal general Martín Suárez Faisal expresó que “surge con claridad de las constancias de la causa que los tres imputados traídos a juicio participaban de la empresa criminal”, por lo que pidió pena de 8 años de prisión para el padre y 7 años para la mujer y su hijo.

Asimismo, el fiscal planteó como atenuante la falta de antecedentes penales condenatorios y destacó como agravantes la cantidad de sustancias secuestradas y la suma de dinero incautada, superior a los $ 48.500.

El dato

Autor confeso.

  • En su declaración, Marcos Alfredo Franco reconoció el negocio ilegal, pero acusó a la Policía Federal de haberle plantado al menos 6 kg de cocaína, ya que asegura que manejaba cantidades más chicas. Contó que compraba la droga por kilos y explicó cuánto la pagaba y cómo la fraccionaba y la vendía. El TOF ordenó extraer copia de la declaración del hombre y una nueva investigación fiscal.