Testimonió ayer en Tribunales

Mangeri repitió el estudiado discurso sobre su inocencia

  • El encargado del edificio de Ravignani 2360, Jorge Mangeri, declaró ayer durante cinco horas ante el juez Javier Ríos. En ese tiempo -luego de cuatro intentos fallidos- respondió las preguntas pero insistió en sus argumentos: “No soy un violador”.
1.jpg

El crimen de Ángeles Rawson sigue siendo uno de los más mediáticos de los últimos tiempos. Ayer se congregaron todos los canales frente al edificio de Tribunales para obtener una imagen del portero.

Foto: Agencia DyN

 

DyN - Télam

El portero Jorge Mangeri, detenido y procesado por el crimen de la adolescente Ángeles Rawson, cometido en junio pasado en el barrio porteño de Palermo, aseguró hoy ante la Justicia que “nunca violaría a una menor” y reiteró que es inocente del homicidio.

Al declarar por más de cinco horas ante el juez de Instrucción Javier Feliciano Ríos, el ex encargado del edificio de Ravignani 2360 respondió todas las preguntas que le hicieron el magistrado y la fiscal Paula Asaro y lloró en varios tramos de su relato.

“Nunca violaría a una menor”, aseguró el imputado cuando fue consultado sobre si había atacado a la adolescente de 16 años y detalló que las 33 heridas que tiene en diferentes partes del cuerpo se corresponden con la caída que sufrió de una escalera.

“Sostuvo su inocencia en todos sus extremos. Es más, le dijo al juez: “Yo no soy ningún abusador ni ningún violador. Jamás abusé o violé a persona alguna. Jamás molesté a mujer alguna para que baje a mi sótano contra el pago de una promesa de dinero”, contó esta noche a la prensa Miguel Angel Pierri, uno de los defensores del portero, cuando se retiraba de los tribunales porteños.

La llegada

Pasado el mediodía, Mangeri, vestido con una remera marrón y pantalón, había llegado al edificio judicial esposado y escoltado por personal del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que luego lo condujo al despacho del juez Ríos, donde cerca de las 14 comenzó a ser indagado por quinta vez desde que fue detenido.

En primer término, el juez lo notificó sobre la nueva acusación en su contra: “homicidio doblemente agravado por femicidio” (cuando la víctima es una mujer y mediare violencia de género) y por “criminis causa” (cuando se mata para ocultar otro delito, en este caso el ataque sexual, y lograr la impunidad), lo que se castiga con prisión perpetua.

“En la conducta de un ataque por femicidio no están dados los extremos y creo que Mangeri en las respuestas que dio hoy lo dejó claramente asentado”, opinó Pierri y agregó que el móvil sexual “no va a poder ser sostenido” en el juicio oral. El juez Ríos agravó la acusación sobre Mangeri luego de las conclusiones de la última junta médica que confirmaron que la chica de 16 años fue asesinada durante un ataque sexual.

El Cuerpo Médico Forense estableció a través de los estudios histopatológicos que la víctima presentaba lesiones defensivas y paragenitales “compatibles con las observadas en las agresiones sexuales.”

Presión mortal

Para los peritos, la adolescente murió asfixiada en manos de su asesino, en una maniobra que no duró menos de cinco minutos que incluyó un mecanismo mixto de estrangulación y sofocación manual, y además presentaba siete fracturas de carácter vital -clavícula, la primera vértebra y cinco costillas-, que para los investigadores fueron producidas por el asesino en el brutal ataque.

Debido a que Mangeri se sintió “indignado” con esas conclusiones, les pidió a sus dos defensores, Pierri y Marcelo Biondi, volver a declarar ante el juez.

Respecto a la nueva indagatoria, Pierri indicó que Mangeri fue consultado sobre su relación con la víctima y que en ese sentido respondió que tuvo un vínculo de “muy pocas palabras, que ella era muy respetuosa, muy introvertida y que no tenía contacto con ella.”

“Dijo que jamás había tenido un problema con ella”, afirmó el letrado y añadió que el portero no involucró a ninguna otra persona en el crimen. Pierri describió la declaración como “muy extensa” y dijo que hubo un cuarto intermedio, tras el cual, Mangeri se mostró “realmente agotado” y con intenciones de no seguir con la indagatoria, pero como “sólo faltaban dos preguntas por la Fiscalía y muy pocas por la defensa, el acto se continuó.”

Ángeles “Mumi” Rawson desapareció el lunes 10 de junio último cuando regresaba a su casa del barrio porteño de Palermo y al día siguiente su cadáver fue hallado en el predio de la Ceamse de la localidad bonaerense de José León Suárez.

Por el crimen fue detenido Mangeri, quien se autoincriminó cuando declaraba como testigo ante la fiscal Asaro.

Los estudios de ADN determinaron que había perfil genético del portero debajo de tres uñas de la mano derecha de Ángeles -con un 99,9 por ciento de precisión en el caso del dedo índice-, lo que sugiere que ella alcanzó a rasguñarlo en un intento de defensa.

Esos análisis genéticos fueron reiteradamente cuestionados por la defensa del portero, pero este lunes la Cámara del Crimen volvió a rechazar un planteo de nulidad respecto a la contaminación de los mismos.

Contradicciones

  • El portero Jorge Mangeri, único imputado por el homicidio de Ángeles Rawson, confundió días y circunstancias en las que habría sufrido las lesiones en el abdomen y los brazos que, para una junta médica, son indicativas de que intentó abusar sexualmente de Ángeles Rawson antes del homicidio por el que está imputado. Al mismo tiempo, se rectificó de sus acusaciones sobre el ADN supuestamente “plantado” por la Justicia en las uñas de Ángeles para incriminarlo, y atribuyó esa prueba en su contra a un eventual “error humano”. Durante su extensa indagatoria de la víspera, Mangeri explicó sobre las excoriaciones en la zona abdominal: “Me pinché y raspé con un fierro y con unos clavitos que había en la pared. Lo que pasó es que perdí el equilibrio con la escalera cuando estaba pintando y me golpeé con un fierro que tiene la ventana y unos clavitos que tenía la pared”.

Ese supuesto accidente mientras pintaba le causó -dijo- “una lastimadura redonda en la panza que tenía como pinches” y ello ocurrió “el lunes a la mañana”, según expresó en la primera parte de la declaración, informaron a DyN fuentes del caso.

Pero después de un cuarto intermedio de 20 minutos dispuesto por el juez Javier Ríos, Mangeri manifestó que no quería contestar más preguntas porque estaba “muy cansado” y con “dolor de cabeza”, situación ante la que mantuvo una entrevista privada con su abogado, Miguel Ángel Pierri, y cambió de parecer.

Mangeri aceptó seguir respondiendo preguntas y lo primero que hizo fue rectificar el día en que se habría lesionado mientras pintaba: “El miércoles fue que me hice las lesiones, perdón si dije lunes. Me caí de la escalera el miércoles. No fue el lunes sino el miércoles que fue el primer día que me puse Pervinox”, un antiséptico líquido para prevenir infecciones.

“El miércoles estaba tratando de terminar de pintar un zocalito arriba del techo, entre el cielorraso y la pared, y se me rompió el escalón de la escalera, y resbalé por la pared donde había tornillos para colgar cuadros, y el ventanal tiene una tapa donde va la cinta para enroscar la persiana y me golpeé con eso y me raspé la panza contra la pared”, explicó Mangeri, en la nueva versión sobre los raspones y hematomas en su cuerpo.Según las fuentes, aseguró: “Yo jamás, jamás abusé ni abusaría de alguien”, y la manifestó después de afirmar: “De eso soy inocente”, cuando aludió a la imputación por presunto abuso sexual. Cuando el juez le preguntó “¿de qué es inocente?”, Mangeri respondió: “De todo soy inocente”.