Entre el calor y los dólares...

El Mundial de los 500 millones

  • La exclusiva Costa do Sauipe, el lugar donde empiezan a rodar las pelotitas, tiene encanto, belleza y mucho calor.
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El fútbol en todos lados. Un árbol de Navidad adornado con balones y banderas de países y el cartel del Mundial en un sector de playas. Bahía, como todo Brasil, ya palpita a pleno el Mundial.

Fotos: EFE

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a

Costa do Sauipe, Brasil)

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Costa do Sauipe es un lugar exclusivo, ubicado a unos 80 kilómetros de Salvador de Bahía, que se erige como una suerte de gran complejo privado. La FIFA invirtió cerca de 6 millones de dólares para montar el espectáculo que será transmitido a 193 países del mundo. Pero claro, en lo que menos se fija la FIFA es en lo que gasta, pues se trata de una de las multinacionales más importantes del mundo, que puede generar ingresos millonarios e impensados.

Unos 500 millones de dólares (se podrían comprar tres o cuatro Messi) serán distribuidos entre la selecciones que participen en este torneo, aumentando en un 30 por ciento lo recibido en Sudáfrica. España, por ejemplo, se alzó en el 2010 con 30 millones por ser campeona del mundo, casi duplicando a lo que pudo obtener Argentina, que por haber llegado a octavos se embolsó con 14 millones.

Alejandro Sabella confió al enviado de El Litoral que no se sentía demasiado preocupado por lo que pueda ocurrir con el sorteo. “Es cierto que nos pueden tocar dos selecciones europeas, pero también es verdad que no todos los europeos son fuertes y que los africanos, en algún caso, pueden ser más complicados que los mismos europeos”, dice Sabella con cierta dosis de razón, porque no es lo mismo Bosnia o Grecia, que Camerún, Nigeria o el mismo Ghana, que ya vienen demostrando en los mundiales que pueden ser sorpresa (no olvidar lo que hizo Ghana en el último torneo).

La cuestión empieza a complicarse cuando uno piensa que puede salir sorteado una Italia, por ejemplo, y que al grupo puede ir una Inglaterra y entonces aparecen aquellos fantasmas del Mundial de 2002 en Corea y Japón con Bielsa, cuando clasificamos casi caminando y nos tuvimos que volver con pena en la primera fase. Sortear el grupo de la muerte es casi tan importante como ganar un partido en este Mundial, por más que soy uno de los tantos convencidos de que son siete partidos en los que hay que ganarles a todos y no especular con nada.

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De ensueño. Las playas de Costa do Sauipe, donde mañana se llevará a cabo el sorteo del Mundial. Brasil muestra su belleza natural al mundo. Foto: EFE

A 80 kilómetros de Costa do Sauipe está la caótica Salvador de Bahía. “Acá hace calor todo el tiempo, pero en el invierno, cuando la temperatura llega a 22 ó 23 grados, nosotros tenemos frío”, dicen los bahianos que se tienen que tomar un lexotanil cuando salen a la calle a manejar por lo complicado del tránsito. Y este es otro de los temas en discusión por estas horas, porque habrá 24 partidos que se jugarán a las 13 y dos de ellos tendrán lugar en Bahía, donde la temperatura, por más que es invierno, puede trepar hasta los 27 ó 28 grados. “No se puede dejar a todos felices”, dice Blatter, que a todo lo mira con los ojos del dinero. En esta parte del mundo hay cinco horas de diferencia con Europa y no se pueden jugar todos los partidos a la noche porque los europeos son los que más pagan por derecho televisivo. Entonces, los horarios están bien determinados: a las 13, 16, 18 y 20. Es decir que salvo este último horario, que obligará a los europeos a trasnochar, los otros están en consonancia con el Viejo Continente y a eso se apunta.

“Conozco Brasil y hay lugares, como Bahía, en donde hace calor todo el tiempo. Lo último que se habló fue de sacar el horario de las 13”, le contó Sabella a El Litoral en pleno vuelo a estas tierras, algo bastante improbable por lo que dice Blatter.

Cuando se hizo el Mundial de México, se preparó a dos atletas para que hagan pruebas de máximo rendimiento en la altura y al mediodía, y no tuvieron problemas, se dice desde el sector organizativo de la FIFA. Diego Maradona fue el primero en patear el tablero aquella vez. Y siempre recuerdo una charla que tenía con un entrenador del fútbol santafesino, hace mucho tiempo, cuando su equipo debió jugar un partido en Resistencia a las 5 de la tarde en pleno verano. “Habría que traer una silla a la mitad de la cancha y sentar a algún dirigente de AFA para que entiendan que así no se puede jugar”, decía aquel entrenador. Pero el dinero puede más y es lo que manda, por encima del espectáculo y hasta de la salud de los jugadores, que son los principales protagonistas.

“Nosotros seguimos de cerca lo que pasa en la Argentina y no entendemos algunas cosas. Aquí se fue al descenso el Palmeiras y ahora está en una posición comprometida el Fluminense y también el Vasco da Gama, pero nadie se mata ni nada por el estilo. Y eso que el fútbol es una gran pasión en este país”, dicen los futboleros de Brasil, aunque no tienen en cuenta que por organizar el Mundial, a su propia presidenta, que tiene una imagen muy positiva, le hicieron paros y piquetes que parecen no haber terminado todavía. “Es que este país tiene un alto grado de pobreza, aunque en algunas ciudades no se note”. Puedo asegurar que en Bahía es así, que se nota y que esto ha generado, por ejemplo, que un gran operativo policial esté dando garantías en este lugar tan exclusivo como paradisíaco en el que empezarán a rodar las pelotitas del bolillero, antes de que lo haga la pelotita de cuero, en junio del 2014 que ya casi está con nosotros.

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