Un pastor con olor a ovejas

PADRE LUCHO -FOTO 26.JPG

“Hoy, que los modelos no abundan, Lucho es un modelo a imitar”, dicen desde la comunidad de Santa Rosa.

El jueves próximo se cumplen 25 años de la muerte del sacerdote que, con su testimonio de vida, dejó una profunda huella en la comunidad del barrio Santa Rosa de Lima.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. GENTILEZA COMUNIDAD SANTA ROSA DE LIMA.

 

Nació en San Juan pero Santa Fe lo adoptó como propio: estuvo al frente de la parroquia Santa Rosa de Lima desde 1977 hasta 1987. Tenía sólo 45 cuando se fue, porque el padre Lucho fue de esas personas que no mueren: que siembran vida en cada ejemplo.

Lucho Quiroga fue ordenado sacerdote de la Orden Salesiana el 26 de diciembre de 1970. Si hay que señalar ejemplos, allí están la creación de los centros comunitarios “Corazón de María” y “Cristo Rey”, el comedor de ancianos de Cristo Rey y la ampliación de las escuelas parroquiales de esa populosa barriada del suroeste de la ciudad.

“Mientras todos vivíamos conmovidos por la guerra de las Malvinas, él presidió la comisión del barrio que adecuó el local de la ex escuela técnica de mujeres para fundar la Guardería Santa Rosa de Lima (actual CAF Nº 21)”, recuerdan hoy los vecinos, para quienes el nombre del sacerdote está inevitablemente ligado a una sonrisa.

Activo impulsor de la creación de la Escuela 1.298, que luego llevaría el nombre de quien fuera su gran amigo, Monseñor Vicente Zazpe, también fundó el hoy desaparecido hogar “Santa Ana” para ancianas solas. Quienes lo conocieron lo definen como un trabajador infatigable. Como un hombre que, bajo el paraguas de su amor a Dios, le daba forma a acciones concretas en las instituciones del barrio.

POSTA

“A 25 años de su desaparición física, la comunidad agradece al Señor el haberlo enviado, y a su familia que se mantiene unida a la comunidad en el cariño, el recuerdo y el apoyo sincero. Ya no están aquí la hermana Benjamina, el maestro Manolo, Hucho, Andrés, Angélica, María y tantos más. Otros han tomado la posta y, junto a los sacerdotes que nos acompañaron luego de su muerte, siguen construyendo diariamente con amor, caridad y esperanza la comunidad parroquial y del barrio”, afirman Silvia Arias y Dino Gon, de la Comisión Organizadora del Recuerdo.

Hoy la comunidad homenajea a Lucho dándole su nombre a una calle, a una biblioteca, al jardín de infantes, al grupo scout. Pero lo más importante es que los mayores comentan y transmiten a sus hijos, a sus nietos, a los nuevos vecinos del barrio todo lo que el Padre Lucho sembró en él, en sus pobladores, en la parroquia, en las instituciones.

“La elección del nombre fue unánime. Este nombre encerraba tantos ideales, tantas virtudes a imitar; y nos recordaba al sacerdote que en nuestra infancia y adolescencia nos enseñó a amar a Cristo en el servicio a los demás”, cuentan los scouts.

“El mejor legado que nos ha quedado es su intensa acción de servicio. El continuar edificando una parroquia consustanciada con los pesares, angustias y necesidades de su pueblo sufrido, y asentada en las fortalezas del mismo, su solidaridad, su sencillez, su profunda fe y tenacidad para sobrellevar tantas condiciones adversas. Hoy toda esa obra está vigente y tomada por nuevos actores de la comunidad que siguen haciéndola crecer, fundadas en el más absoluto voluntariado pero con una organización que se mantiene en el tiempo”, explican desde la Comisión.

DINAMISMO

“Aun después de la inundación, que hubiera sido una buena oportunidad para abandonar todo, estas obras muy pronto se reabren y relanzan con un renovado dinamismo y son fuente alentadora e inspiradora de confianza y esperanza en los que las llevan adelante. Hoy quizás la maldita inundación nos ha quitado los testimonios fotográficos pero la comunidad ahonda en los recuerdos, en los testimonios del corazón y los transmite a las nuevas generaciones de vecinos de Santa Rosa. Es una manera vital, activa, de recordarlo. Hacen falta muchas mujeres y muchos hombres como Lucho para sacar adelante a nuestras familias, al barrio, a la ciudad, a nuestra Patria”, concluyen Arias y Gon.

Cuando murió -en Buenos Aires, donde lo habían operado de un tumor-, la familia aceptó velarlo aquí. Y se encontró con un “secreto” que el cura, humildemente, había mantenido bajo llave: la gran obra que había desarrollado en el barrio que lo adoptó. En 2008, cuando se recordaron los 20 años de su muerte, la gente recibió los restos del querido cura y les dio sepultura en este lugar del mapa, que hoy lo envuelve con un gran manto de afecto.

Hoy la comunidad homenajea a Lucho dándole su nombre a una calle, a una biblioteca, al jardín de infantes, al grupo scout. Pero lo más importante es que los mayores transmiten a sus familias todo lo que el Padre Lucho sembró en el barrio.

Actividades

La Comisión Organizadora del Recuerdo organizó dos actividades para conmemorar el 25 aniversario del fallecimiento del Padre Lucho Quiroga. El jueves 12, a las 19, en la parroquia Santa Rosa de Lima, Pasaje Liniers 4649, tendrá lugar una misa para rogar por el eterno descanso del sacerdote.

Y el viernes 13, a las 20.30, en el patio de la escuela secundaria Nº 2.035 Santa Rosa de Lima, ubicada en el mismo domicilio, se hará la Peña del Encuentro, en la que se evocará su enriquecedor paso por la parroquia y el barrio.

Para mayor información, los interesados pueden contactarse a los teléfonos 453-6152 y 154-085870.

PADRE LUCHO -FOTO 31.JPG
FOTO 08.JPG
PADRE LUCHO -FOTO 46.JPG
PADRE LUCHO -FOTO 24.JPG

izq. Con el grupo de colaboradores más cercanos, en el Centro Comunitario Corazón de María.

der. El padre Lucho concelebrando con quien fuera su gran amigo, Monseñor Vicente Zazpe.

izq. Una de las últimas fotos, con vecinos y colaboradores en la visita a un grupo viviendas en construcción, que luego llevarían su nombre.

der. La última foto de Lucho en el barrio: de regreso de su viaje de estudio a Brasil, en oportunidad de inaugurarse obras en el primer edificio de la escuela Nº 1.298 Monseñor Zazpe.