Por temor a los saqueos

Se dispararon las consultas por armas y colocación de vidrios

  • Ante la imposibilidad de comprar un arma de fuego para usar “ya”, lo que más se vendió ayer fue gas comprimido, gas pimienta, defensores eléctricos y bastones extensibles. La reparación de vidrieras rotas obligó a extender el horario de trabajo en los negocios del rubro.
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Reparaciones. Desde el domingo a la noche, las vidrierías registraron un aumento en la demanda para reemplazar vidrios rotos en negocios de la ciudad. Foto: Flavio Raina

 

De la Redacción de El Litoral

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Miedo. Paranoia. Indefensión. El conflicto policial y la ausencia de servidores públicos que deben brindar seguridad generaron ayer una mezcla de sensaciones en muchos santafesinos, en especial, en los comerciantes que vieron peligrar sus fuentes de trabajo por posibles saqueos. Las reacciones y los intentos por autoproteger la mercadería y los bienes fueron dispares.

En las armerías, por ejemplo, recibieron una gran cantidad de consultas. Leonal Rego, de Armería El Rafa, contó que “las consultas son abismales, la gente está desesperada por comprar un arma para defenderse y llevársela en el momento”. Pero el trámite demanda entre dos y tres meses, y hasta que la credencial de habilitación no llegue al negocio, no puede entregarse. Con lo cual “todo queda en la simple consulta porque es una psicosis del momento y no pueden llevarse nada”, agregó. Ante la desilusión, los clientes “piden cualquier cosa para defenderse, pero el cierre de las importaciones limitó mucho la variedad de productos”.

Lo mismo sucedió en El Pájaro Loco. Nicolás, uno de los vendedores, dijo que entre ayer y hoy recibieron “muchas más consultas que en días normales” y, como la entrega de armas de fuego no es inmediata, “se llevan todo lo que es legal”, como “gas comprimido, gas pimienta, defensores eléctricos y baritones de metal extensibles”.

Vidrierías a full

Varios comercios, ubicados en distintos puntos de la ciudad, sufrieron la furia de la calle y sus propietarios vieron cómo explotaban sus vidrieras y les robaban la mercadería.

“Los pedidos de reparaciones superaron nuestra capacidad”, relató Arnaldo Travaglini, de la vidriería que lleva su nombre, donde tuvieron que extender el horario de atención y sacar cuatro camiones a la calle. Aunque pudieron dar respuesta a todos los clientes, en algunos casos “hicimos trabajos provisorios, porque veíamos las caras y la ansiedad que tenían para que se cambien los vidrios antes que llegue la noche”.

Pablo Toniutti, de Toniutti Vidrios, dijo que “hoy está más tranquilo”, pero que el domingo a la noche y ayer “fue muy intenso”. También ampliaron el horario de atención y el lunes abrieron más temprano. Mientras que en un día normal realizan dos o tres vidrieras, ayer hicieron 18; una cifra que muestra con elocuencia la mayor actividad, producto de los disturbios. Las zonas de la ciudad afectadas fueron totalmente dispares: “Tuvimos seis en avenida Freyre, entre Suipacha y bulevar; dos o tres en la zona de Urquiza y General López; unos 4 en avenida Peñaloza entre el 7000 y el 8000 y otros 2 o 3 en barrio Guadalupe”, cerró Toniutti.