Por un reciente comunicado de prensa

Respuestas al Sadop

El delegado Episcopal para la Educación de la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, el presbítero José Luis Ayala, contestó públicamente a lo expresado en un comunicado de prensa del Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop Santa Fe), que denunció recientes despidos en el ámbito de la educación privada.

“Sin pretender generar una innecesaria disputa pública, me veo en la obligación moral de realizar algunas aclaraciones ante un reciente comunicado del Sadop, que lleva la firma de su secretario general en zona norte”, comienza diciendo el parte de prensa del Arzobispado.

“Como dirigente nadie se puede dar el lujo de desacreditar y/o descalificar a ninguna persona, en tanto todo dirigente tiene la responsabilidad de ayudar al bien común”, sostiene Ayala. En segundo lugar, señala que “el respeto hacia el otro es un valor que nunca se puede violar. Cuando este valor se pierde, se desacreditan las instituciones y las representaciones que se pretenden tener”.

Luego, el sacerdote considera que “todo dirigente tiene la obligación de hablar siempre con la verdad y nunca con medias verdades: ‘jugar’ con la sensibilidad y el temor sobre un tema tan delicado como son los despidos -que en muchos de los casos no se han realizado y de los cuales no se han presentado las pruebas de los hechos mencionados-, considero que es un juicio temerario e inescrupuloso”.

“El sector de la educación pública de gestión privada -agrega en el comunicado- tiene un complejo entramado legal, por lo que no se pueden hacer subjetivas interpretaciones a priori, violentando la letra y el espíritu de las leyes como de las normativas vigentes”.

El Pbro. Ayala sostiene que “aportar al diálogo sincero, respetuoso y sobre la base de la justicia es el principio inalienable que toda sociedad plural y democrática debe sostener: minimizar la acción de los que hacen ‘algo’ -y mucho más cuando lo hacen desinteresadamente- con verdadero espíritu conciliador y de servicio hacia la sociedad, es una actitud de intransigencia e incoherencia institucional”.

Finalmente, el delegado Episcopal para la Educación dice que “como ciudadano, creyente y educador, lamento este clima de permanente enfrentamiento que no nos ayuda a crecer en el servicio del bien de las personas y de la educación en el marco de la ley. No me queda más que ofrecer mi disponibilidad para la construcción de una sociedad más justa y solidaria sobre la base de la verdad y el diálogo”.