editorial

Santa Fe, sin ayuda para su red vial

  • El Estado santafesino ha puesto más en el factor humano que involucra a los accidentes viales, que en la infraestructura. El gobierno nacional lleva cuatro años sin poner un peso en las rutas de la región.

En materia de seguridad vial, 2013 termina en Santa Fe con un panorama en el que pueden reconocerse avances y estancamientos, cuando no lisa y llanamente retrocesos.

Está claro que el concepto de seguridad en el tránsito, el de proteger la vida de los usuarios de las rutas, involucra tanto a los conductores -y sus acompañantes- como a las condiciones físicas en que se desarrolla la circulación.

La prevención por vía de las regulaciones, del funcionamiento de la Agencia Provincial de Seguridad Vial y de Policía de Seguridad Vial, que terminó con el peligroso vacío que dejó en 2005 la eliminación de la Policía Caminera, y los controles de velocidad máxima con nuevas tecnologías, que sumaron los radares móviles o cinemómetros, están entre los puntos fuertes de la gestión gubernamental.

En cambio, las inversiones en rutas -como en otras obras de infraestructura- tienen demoras que opacan lo bueno que se ha hecho en favor de una mayor prudencia a la hora de tomar el volante.

Si se observa el nudo vial que tiene como centro a la ciudad de Santa Fe y su zona de influencia se advertirá que también los contrastes definen el panorama de los últimos años.

En la columna de los hechos se encuentra la transformación en autovía de la Ruta Nacional 19, la extensión de la Circunvalación Oeste, que ha mejorado el tránsito en Blas Parera o la ejecución de calles colectoras junto a la Autopista Santa Fe-Rosario.

Siguen, en cambio, en la lista de las promesas la idea de modernizar la Ruta Nacional 11, de contar con un nuevo puente a Santo Tomé, iluminar el tercer tramo de la Circunvalación Oeste, o mejorar la Ruta Provincial Nº 1.

La Ley de Presupuesto 2014 aprobada recientemente fue la última oportunidad en la que la oposición y -en parte- el oficialismo objetaron al gobierno provincial la ejecución de la cuenta de Inversiones de Capital correspondiente a 2013.

En el Senado hubo más discusiones que en Diputados (allí se aprobó en tiempo récord), y las críticas más relevantes de los senadores justicialistas apuntaron especialmente a la lentitud de la obra pública en general y de la infraestructura vial en particular. No debe escapar al juicio de los lectores que también el oficialismo (de manera parcial) aceptó parte de las amonestaciones. El fracaso de dos licitaciones para la Ruta de la Costa no permite muchas más interpretaciones: es una materia pendiente.

De todas formas, es positivo que al menos se haya hecho la demarcación horizontal, que no soluciona el atascamiento de los vehículos en ciertos horarios, pero permite una circulación algo más segura.

Los accesos presentan situaciones diferentes, pero siempre de acuerdo con el nivel de erogaciones que logró llevar a cabo el gobierno santafesino: hace años que de la red vial que rodea a los habitantes de Santa Fe se ocupa sólo el Estado provincial, el Nacional está ausente. La única excepción es la transformación en autovía de la Ruta Nacional 168, cuya obra terminó en 2010. Por lo demás, para Santa Fe sólo hubo discriminación.

Si se observa el nudo vial que tiene como centro a la ciudad de Santa Fe y su zona de influencia se advertirá que también los contrastes definen el panorama de los últimos años.