Cajitas de sorpresas:  un show que dejó huellas

El espectáculo dejó como mensaje mimar a nuestros afectos y pasar más tiempo en familia.

Cajitas de sorpresas: un show que dejó huellas

Que los chicos se diviertan y aprendan con sus canciones es el mayor objetivo de Adriana, la maestra jardinera que desde hace 12 años llena escenarios en todo el país. Pero su idea es que también que lo puedan hacer con su familia, para que todos disfruten y compartan un lindo momento. Así lo mostró en el show que ofreció en nuestra ciudad.

TEXTOS. MARIANA RIVERA. FOTOS. gentileza www.cantandoconadriana.com.ar

 

La sala de ATE Casa España, quizás, fue el primer teatro que visitaron algunos niños el 25 de noviembre pasado, la primera aproximación a un maravilloso mundo de fantasías y diversión. La novedad llegaba de la mano de Adriana (su apellido es Szusterman), una maestra jardinera que -en 2001- se animó a subir al escenario para cantar con los chicos, tal como lo hacía en la salita del jardín donde trabajaba, y consiguió gran popularidad a pesar de no estar en la tele.

“Cajitas de sorpresas” era el título del espectáculo que ofreció en nuestra ciudad, un show lleno de enseñanzas, mensajes, canciones y simpáticos personajes: el Sapo de los Chicos y su amiga Pepa, Michu el gato, el perro Tolomeo, los monos, el Chancho Cholito, entre otros. Pero para otros niños, ese ámbito y la artista les eran muy familiar al haber podido presenciar antes alguno de sus espectáculos o, simplemente, por ver a diario sus coreografías en un DVD, que sabían a la perfección.

Adriana propone que la familia tenga un rol protagónico en la diversión de los niños, tanto durante el espectáculo como en la vida cotidiana, para que todos lo puedan disfrutar. Su intención es que bailemos, aprendamos y juguemos todos para pasar más tiempo juntos.

“Siento que este espectáculo se destaca por este contenido”, admitió, y justificó su idea: “A veces veo que el mundo va a una velocidad tal que no nos podemos detener en las cosas pequeñas. Siento que pongo en mis espectáculos, sobre todo en éste, las cosas valiosas que fui descubriendo con el tiempo”.

Y se puso como ejemplo: “A veces veo que la gente corre y ni siquiera sé hacia dónde. En mi vida personal traté de detener un poco esta máquina, parar y elegir adónde quería ir. Siento que tenemos que valorar y cuidar mucho los afectos, estas cajitas de sorpresas que significan mimar a quienes queremos y no esperar a que sea el cumple o alguna fecha especial, como lo digo en el show. Cualquier día, en cualquier momento, uno puede decir y demostrar cuánto queremos a alguien. Podemos pasar y decirle ‘Quería decirte que te quiero’ o ‘Pasaba a darte un abrazo y un beso’, ‘Te traje un matecito, algo para compartir’ o ‘Vino el abuelo y nos dio un abrazo’”.

“Está bueno, por lo menos yo intenté ponerlo en acción y moviliza algo que es superlindo y da mucha alegría, que es lo que necesitamos hacer con nuestros afectos. Tenemos que mimarlos y cuidarlos y creo que éstas son pequeñas maneras de hacerlo. Si desde mi show, de esta comunicadora que soy, puedo dejarles esa huella, ese mensajito, voy a estar feliz. Si alguno volvió del show y le dió ganas de ir a visitar a su abuelo, darle un abrazo y decirle que lo quiere, o a un amigo, a compartir una charla, estoy feliz”, planteó.

Y agregó: “Tenemos mucha comunicación con los papás a través del Facebook (Cantando con Adriana Oficial) o el Twitter y me cuentan estas cosas. Así que realmente es emocionante sentir que pudiste dejar esa huella, además de la alegría que uno transmite con las canciones y con ver jugar así a los chicos. El hecho de que los grandes también se diviertan es esa manera de integrar a chicos y grandes en un momento especial. No es una cuestión de que sólo llevo al niño a que se divierta. Es mucho más valioso cuando el grande la pasa bien y comparte ese mundo. Siento que el ratito que sea, ese cachito de tiempo, es valioso compartirlo, pero de verdad”.

POR AMOR Y PASIÓN

- ¿Cómo se consigue entretener a un niño?

- Ser maestra jardinera es mi gran base, la gran herramienta que me destaca. Tengo vocación docente de siempre; desde que tengo uso de razón yo ya sabía que quería ser maestra jardinera. La vocación artística también vino desde pequeña: me formé en baile, comedia musical, guitarra, música, actuación. Creo que, casi sin saberlo, durante toda mi vida estuve estudiando diferentes áreas que han hecho que este “Cantando con Adriana” tenga estos condimentos. Quizás, no era consciente cuando arranqué. Cada cosa que fui haciendo era por amor y por pasión por lo que hacía y ahora se ha conjugado este espectáculo con esos condimentos.

- Trabajabas en un jardín de infantes y después te subiste a un escenario, ¿cómo fue este cambio?

- Mi gran vocación docente la cumplí durante muchos, muchos años, y ahí pude experimentar qué sucedía cuando le cantaba a los chicos. Fui descubriendo junto con ellos, los veía tan fascinados, pedían más canciones. Se me ocurrió que podía educar a través de las canciones, además de lo que significa cantar, entretener y alegrar, lo que -de por sí- ya es educar y alegrar el espíritu y el alma. Pero también fui descubriendo que los contenidos pedagógicos los podía transformar, hacerlos divertidos, bailarlos y cantarlos y jugar, que es el modo en que ellos van aprendiendo. Si es con música, mucho mejor todavía. Fui descubriendo que la música va directo al alma y no hace distinción de ningún tipo, ni de estrato social, religiones, ni de capacidades físicas. La música los lleva a un lugar, los envuelve y les saca una sonrisa y los hace querer jugar y moverse con alegría. Eso lo fui descubriendo de a poquito, me lo fueron mostrando ellos. Con el “Cantando con Adriana” estoy trabajando desde hace 12 años: subí al escenario y nunca más nos bajamos.

- ¿Cómo surgió la idea de crear los personajes que te acompañan en el show?

- Hace bastantes años que los creamos. Primero fui descubriendo los intereses de los chicos; siempre observo qué es lo que a ellos les gusta. El mundo de los animalitos es muy familiar en esta primera infancia, les llama mucho la atención, aunque van descubriendo todo el mundo. Pude crear junto a un diseñador personajes bellos. Nos llevó mucho tiempo, mucha dedicación. Quizás estéticamente un sapo de verdad no es muy bonito, entonces, junto a un diseñador de arte fuimos trabajando para encontrarle esta forma. Todos (los personajes) tienen una estética para que puedan habitar en este mismo mundo, que es redondeado, con colores muy brillantes.

TIEMPO Y FAMILIA

- ¿Por qué en varios de tus CDs -incluso el último “Cajitas de Sorpresas”- incluís canciones de María Elena Walsh?

- Siento que ella ha dejado un legado importante. Éste es mi reconocimiento, mi humilde homenaje a las canciones que formaron parte de nuestra propia infancia. También es emocionante cuando los papás les mostramos a nuestros niños qué canciones cantábamos cuando éramos pequeños. Siento que cuando los artistas difundimos su obra ella sigue viva a través de cada una de sus canciones. Son huellas imborrables que dejan los verdaderos artistas.

- Según tu experiencia, ¿da satisfacción trabajar con los niños?

- Más allá del espectáculo he descubierto que tengo una misión en esta vida; lo descubrí gracias a la gente, a la devolución que me hacen a través de los mails, del Facebook. Descubrí que podemos dejar esta huella y dejarlos pensando que hay que querer y mimar a los afectos, pasar más tiempo en familia, el tiempo que se pueda, aunque sea poco pero que sea de verdad, que los chicos agradecen mucho, y los grandes también porque los chicos crecen rápido y hay un momento en que no podemos volver el tiempo atrás. Y la idea es también recuperar los valores. Si mi huella a través de mi voz, mis canciones y mis shows pueden dejar ese mensaje, feliz estoy.

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Adriana disfruta de cantar y bailar con sus personajes.

En familia

La familia de Adriana la acompaña y colabora con sus shows. “Sergio, mi marido, es mi productor; mi hija Juli, de 19 años, desde los 6 años baila conmigo y pasó a ser la coreógrafa. A partir de 2014 va a ser el primer año que no va a estar en mis espectáculos porque está grabando su primer CD con letras y música propias, empezando su camino, su vuelo.

Esto también nos enseña que hay que aprender a soltar y a acompañar el vuelo de nuestros hijos”, contó.

Y agregó: “Martín, mi hijo de 16 años, cuando era más chiquito también participó de los videos y los espectáculos y siguió otro camino, pero es mi apoyo moral todo el tiempo. Además, mi papá de 76 años muchas veces participa de mis espectáculos en Buenos Aires. Tocó el piano en este homenaje que hacemos a María Elena Walsh”.

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El Sapo de los Chicos y su amiga pepa movilizó a los niños a bailar y saltar.

Botiquín para el alma

“Botiquín para el Alma” es un trabajo solidario que realiza Adriana y su equipo para ayudar a que el alma del niño nunca se enferme. La iniciativa consiguió remodelar la sala de espera del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, pero pretende hacerlo extensivo a todo el país.

“El proyecto tiene como objetivo poder llevarles un poquito de alegría a los niños que están hospitalizados. Descubrí que el alma de un niño no se enferma y que los médicos tienen que ocuparse de cuidar la salud física y, quienes rodeamos al niño, tenemos que ocuparnos de cuidar que ese almita no se enferme y ofrecerle alegría, juego, estímulos”, explicó.

Y agregó: “Mi deseo es poder dejar esta huella también, en estos lugares donde podamos alivianarlas un poquitito ese dolor y llevarles algo de alegría. Ojalá que podamos dejar este Botiquín para el Alma en cada hospital público de nuestro país, llevándoles películas, libritos, rompecabezas; ése es mi deseo: que todos puedan jugar y, sobre todo, en estos momentos difíciles donde uno se olvida que también tenés que llevarles un poco de juego, y que esa risa y esa alegría ayuda muchísimo”.

Por ésta y otras acciones solidarias, Adriana recibió numerosos premios y reconocimientos, sobre los que con humildad dijo: “Me va sorprendiendo la vida con estos mimos así que ésta es mi manera de devolverle a la gente todo el amor que me da cada día”.

Gran popularidad

El hecho de que los niños que vieron el espectáculo de Adriana supieran a la perfección las letras de sus canciones y las coreografías era algo que llamaba mucho la atención, ya que la artista no está en la televisión, aunque está evaluando varias propuestas, según adelantó.

Según planteó, “nos sorprende mucho la cantidad de gente que conoce nuestra música y lo insólito de la cuestión, porque al no tener un programa de televisión esto va de boca en boca. Eso es muchísimo más valioso y estamos más que agradecidos. Redoblamos ese compromiso para darles lo mejor porque es la gente la que nos dio este lugar tan especial en la infancia de sus hijos. Los videos (DVDs) nos hicieron muy populares. Los ven en su casa o en el jardín y copian las coreos. A principio de año vamos a sacar dos nuevos”.

Y agregó: “Sin tele, sin haber estado antes, la repercusión es muy linda. Es conmovedor verlos al salir a escena, se me hace un nudo en la garganta; uno no sabe si conocen mi música, y me sorprende cada vez más con el fervor que nos recibe la gente. A mí se me caen las lágrimas luego de cada show, salgo a saludar y estoy horas recibiendo abrazos, besos, escucho las cosas que te cuentan los chicos, que me dicen que quieren ser cantantes; te cuentan sus sueños y es muy lindo ser parte de esto”.

Consultada respecto a esta propuesta de estar en la tele, explicó: “Me encanta la tele también por el hecho de poder llevarles mi mensaje de un modo más masivo a aquellos niños que, quizás, no tienen posibilidades de vernos en un teatro. Nos llaman de todo el país y a veces es muy difícil movilizarnos con todo este equipazo que llevamos a cada rinconcito del país. Me tienta pero, a su vez, quiero cuidar mi familia y mis cosas. Quizás hago algunos episodios especiales para tele, que nos están pidiendo y creo que estaría bueno”.