Un nuevo ciclo comienza

Inicia el año. El 2013, que nos ha deparado muchas vicisitudes y obstáculos, se ha terminado y una nueva etapa comienza. Los ciclos nos marcan un ritmo y generalmente, vienen con exigencias, alegrías, descubrimientos, desafíos y temas que quedaron pendientes.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FUENTE. LIC. PATRICIA GUBBAY DE HANONO. foto. mauricio garín.

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En cada etapa se abren interrogantes, aparecen ansiedades y se anidan esperanzas. Todos sabemos que lograr lo que nos proponemos no es algo que no podemos alcanzar sin el otro. Estos otros participan de manera activa y, a veces, en forma determinante. Son los familiares, amigos, vecinos y compañeros de trabajo, con ellos convivimos y abrimos el nuevo ciclo que comienza.

Todos los comienzos son momentos especiales porque inauguran una etapa nueva en la que es inevitable poner en la balanza lo que se ha logrado y lo que no. Es a través de esta evaluación que nos damos cuenta si estamos en el camino correcto para lograr nuestros objetivos. ¿Se cumplieron aquellos deseos que nos propusimos el año anterior? ¿Podemos reprogramar aquellos que nos quedaron pendientes para el próximo ciclo?

PROYECTOS Y DESEOS

Es frecuente que las personas se pongan metas que se expresan diciendo: “Este año que voy a mudarme, casarme, hacer un viaje, tener un bebé, cambiar el trabajo, hacer un postgrado, ir al gimnasio, o simplemente, tener más tiempo libre”. Es en estos momentos donde también pensamos en lo que esperamos de los demás. Por ejemplo: que mi pareja se comprometa más con la relación, que mi hijo estudie con más dedicación, que mis compañeros de trabajo cumplan con sus tareas, que el mundo esté en paz y armonía.

¿En qué estamos pensando cuando pronunciamos estas palabras? ¿Cómo hacer para que estos deseos se cumplan y no queden sólo en enunciados? Lo más importante es saber que el deseo sólo nos marca la meta; después, la tarea consiste en comprometerse y trabajar para lograrlo. Sabemos que la realidad es compleja y que nuestra situación depende de factores que no podemos manejar. Por eso no es fácil persistir en el camino y seguir adelante a pesar de los obstáculos que se puedan presentar.

EL DESCANSO

Por otro lado, es en esta época del año cuando muchas personas se toman vacaciones. Sabemos que son muy importantes pues es una gran oportunidad para salir de la rutina y liberarnos de alguna manera de los compromisos que nos mantienen atados al reloj y al uso excesivo de la tecnología. Es un momento para “soltar” y que ese soltar sea lo suficientemente reparador como para comenzar las obligaciones con nuevas energías.

Por eso es imprescindible pensar en cómo vamos a vivir el merecido descanso. En lo posible debemos dejar todo listo en nuestro lugar de trabajo o de estudio, o bien debidamente delegado en personas de nuestra confianza para poder estar menos pendientes del celular o de la computadora. Todo aquello que queda sin resolver nos genera estrés, ansiedad y preocupaciones que nos impiden disfrutar de nuestro tiempo libre.

Por supuesto, existen muchas personas que realizan actividades en las que la desconexión y el “soltar” tienen límites porque a pesar de saber que ésto es lo ideal, la realidad tiene reglas propias no nos permiten cumplirlo en la forma que queremos.

¿Qué debemos hacer entonces para poder disfrutar de nuestras vacaciones? Es aconsejable no hacer una planificación muy estricta de todo lo que haremos porque es necesario que vivamos de manera diferente a cómo lo hacemos durante el año.

Probar cosas distintas, conocer personas nuevas y dejarnos llevar por nuestras necesidades e inquietudes, momento a momento, pueden hacer que nos desconectemos absolutamente del trabajo. Si es necesario, debemos tener la flexibilidad suficiente como para cambiar de planes y probar opciones alternativas o simplemente dejarnos llevar por las sorpresas que vayan surgiendo.

A muchas personas les resulta muy difícil aprender a disfrutar del ocio que es el tiempo que destinamos a actividades recreativas, no obligatorias. Leer un libro, caminar por la playa, bañarse en el mar, jugar a la pelota, tomar sol recostado en una reposera, dormir sin que el despertador nos despierte son actividades que uno puede hacer durante las vacaciones sin sentir que se está perdiendo el tiempo.

VOLVER A LA RUTINA

Durante las vacaciones el ritmo de vida sufre un cambio significativo. En general, nos acostamos más tarde y lo mismo ocurre con la hora de levantarnos. Hay un desorden total en nuestros hábitos y nuestra rutina. La alimentación varía como así también nuestra actividad social.

La vuelta a la vida de todos los días significa un cambio brusco para nuestro organismo. Si a esto le agregamos la falta de motivación en el trabajo o en las actividades que se deben emprender al regreso, la vivencia subjetiva puede ser muy negativa.

Por eso es aconsejable, siempre que nuestro trabajo o estudio nos lo permita:

- Dividir el tiempo de las vacaciones. Es preferible salir de vacaciones dos veces por 15 días, en lugar de una sola vez por 30 días.

- Volver unos días antes para tener tiempo de readaptarse a los nuevos hábitos de siempre, como acostarse temprano.

- Planear escapadas durante el año, no sólo durante el verano.

Si a la vuelta de las vacaciones nos encontramos con trabajo acumulado durante el tiempo de descanso, es recomendable ordenar la agenda priorizando las tareas más urgentes, dejando en segundo lugar aquellas que pueden postergarse sin provocar inconvenientes.

Por otro lado, es recomendable ayudar a nuestros hijos a volver de las vacaciones sin que ésta situación los afecte. Muchos niños presentan síntomas como insomnio, dolores de estómago e irritabilidad. Esto puede deberse al los cambios de hábitos y rutinas.

Para prevenir la aparición de éstos síntomas los padres deben ayudar a sus hijos a recuperar la rutina antes de empezar las clases. Es importante regular los horarios de acostarse y de levantarse. Hacer un repaso de los conceptos básicos aprendidos el año anterior. Preparar los útiles y el uniforme para comenzar las clases. Volver a aquellas rutinas necesarias para que el niño pueda sentirse seguro en afrontar los nuevos desafíos de su vida.

Un clima amoroso dónde las necesidades físicas y psicológicas del niño sean tenidas en cuenta es siempre el mejor remedio para prevenir la aparición de cualquier patología.

LA ANSIEDAD Y EL ESTRÉS

Comenzar un nuevo ciclo y tomarse vacaciones son cambios que pueden traer ansiedad y estrés (recordemos que los cambios positivos también lo provocan). Aunque estamos acostumbrados a escuchar estas dos palabras y a asociarlas con algo negativo, ambas son necesarias. El estrés por ejemplo, dinamiza la actividad del individuo provocando un incremento en los recursos como la atención, la memoria y el rendimiento. Solo cuando es muy severo y dura mucho tiempo los recursos se agotan y aparece el cansancio. También puede producir disfunciones psicofisiológicas y psicosomáticas como dolores de cabeza, problemas digestivos y sexuales.

La ansiedad también produce activación fisiológica, pero mientras el estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio, ésta es una reacción emocional ante una amenaza. Todos los cambios producen su incremento. En niveles normales sirve para anticipar y planificar soluciones frente a eventuales problemas; cuando es excesiva produce síntomas.

ANTICIPAR Y PLANIFICAR

El principio del ciclo anual trae consigo muchas situaciones que pueden producir ansiedad y estrés. Si sabemos que esto va a ocurrir es importante anticipar y planificar en forma realista aquello que tenemos enfrentar. Si no regulamos adecuadamente todo lo que tenemos que llevar a cabo, nuestro sistema puede verse afectado en forma negativa. Pero si conscientemente anticipamos y planificamos éste ciclo, con la flexibilidad suficiente como para realizar los cambios que sean necesarios cada vez que la realidad nos enfrente con problemas sorpresivos, podremos comenzar el año y disfrutar de las vacaciones cumpliendo con los deseos de felicidad que nos propusimos al levantar las copas y brindar por el año que acaba de comenzar.