Lo aseguró el director del Registro Único de Aspirantes

Adopción: “La espera depende de las condiciones que ponen los aspirantes”

Quienes desean adoptar reclaman por las demoras de años para ser llamados. Desde el Estado aseguran que los requisitos que ellos mismos expresan son clave para concretar el sueño de ser padres. En 2013, ocho de diez adopciones fueron de chicos de más de 4 años.

Adopción: “La espera depende de las condiciones que ponen los aspirantes”

Invertir las prioridades. La responsabilidad del registro es encontrarles familias a los niños —la mayoría de más de cuatro años— y no satisfacer el deseo de ser padres de los adultos. Foto: Archivo El Litoral (Guillermo Di Salvatore)

 

Agustina Mai

[email protected]

“Desde noviembre de 2012, estamos inscriptos en el Registro Único de Aspirantes a Guarda con fines Adoptivos (Ruaga). Para algunos, podrá parecer poco tiempo, para nosotros es una eternidad”, planteó en una carta a El Litoral, Héctor Duarte, uno de los 1.200 inscriptos que sueña con adoptar un niño.

Es común escuchar que quienes quieren adoptar pasan años en lista de espera, aguardando concretar su anhelo de ser padres. El director del Ruaga, Santiago Lemos, explicó que “el tiempo de espera depende de las condiciones que exprese el aspirante y del modelo de familia que proyecte”.

“Uno puede tener sueños, pero si no se presta a concretar ese sueño en base a lo que ofrece la realidad, se queda soñando toda la vida”, acotó la psicóloga del Registro, Mariana Storero.

Y es que la realidad demuestra que de 76 niños y adolescentes que fueron dados en guarda preadoptiva a personas inscriptas en el Ruaga, 58 tienen más de cuatro años y hermanos.

Estos datos objetivos ponen en jaque el imaginario en torno a la adopción, que suele estar asociado al de un hijo natural. Por eso, en lo primero que se piensa es en un bebé. “La decisión de adoptar está muy ligada a la idea de que sea lo más parecido posible a un hijo concebido. Entonces aparecen restricciones como la edad o que no tenga un historia familiar de origen”, contextualizó la psicóloga.

Pero en la realidad, la mayoría de los niños que están en adopción no son bebés. “El 80 % de los casos en los que la Justicia ya declaró el estado de adoptabilidad, que es el último paso después de haber agotado todas las instancias para que ese niño vuelva con su familia de origen, se trata de chicos de más de cuatro años, que enfrentaron dificultades severas y con grupo de hermanos. Ésos son los casos que existen y a los que estamos abocados a conseguirles familias”, detalló Lemos.

Muchas personas optan por la adopción después de haber transitado un largo camino de intentos fallidos por ser padres naturalmente o de la mano de la ciencia.

—¿Cómo se manejan las expectativas de los aspirantes y sus ansiedades? -preguntó El Litoral.

—Entendemos la ansiedad y las situaciones, pero el Ruaga está pensado para encontrarles familias a los niños. Ésa es nuestra prioridad -respondió Lemos.

Pararse desde el lugar de los chicos que esperan ser adoptados —y no desde la satisfacción del deseo de ser padres— es el cambio de paradigma que propone el Ruaga, siguiendo los lineamientos de la Convención de los Derechos del Niño, la Ley Provincial de Protección Integral Niñas, Niños y Adolescentes 12.967 y la Ley Nacional de Adopción 24.779.

Sueños vs. realidad

“El registro recibe el deseo y proyecto de formar una familia e intenta correlacionar esas aspiraciones con las posibilidades reales”, señaló la psicóloga.

Para tratar de conciliar los sueños con la realidad, los funcionarios del Ruaga remarcan la importancia de la disponibilidad adoptiva, que se expresa en el formulario de inscripción. “No se trata sólo de una instancia administrativa, sino que aprovechamos ese momento para que los aspirantes repiensen las condiciones que eligen”, explicó Lemos.

La disponibilidad adoptiva remite a los requisitos que seleccionan los aspirantes, como la edad de los niños, la cantidad de hermanos y si aceptan niños con alguna enfermedad. Desde el Ruaga insisten en que la amplitud en estas condiciones determina los tiempos de espera para obtener una guarda preadoptiva.

“El tiempo de espera depende de las condiciones que los adoptantes expresan, es decir de lo que esperan. Tenemos personas que se inscribieron y a los dos meses obtuvieron la guarda porque tenían una disponibilidad adoptiva muy amplia”, ejemplificó el director del Ruaga.

El Registro cuenta con cerca de 1.200 inscriptos. Con el objetivo de que esta lista esté lo más actualizada posible, la ley Nº 13.093 exige que los aspirantes ratifiquen su intención de adoptar cada dos años: en 2013, 850 reafirmaron su deseo de ser padres por esta vía.

“Un dato positivo es que en las ratificaciones, el 20 % amplió su disponibilidad adoptiva. Estamos logrando que la gente piense en adoptar chicos de más de cinco años, grupos de hermanos o chicos con patologías”, remarcó Lemos. Además, se sumaron unos 300 nuevos aspirantes.

Evaluación de los aspirantes

Además de los tiempos de espera, otro de los reclamos de los inscriptos al Ruaga es que no son evaluados. Consultados al respecto, los directivos del Ruaga reconocieron que se trata de una “vieja disputa con los aspirantes” y aclararon que “la evaluación comienza desde el momento de la inscripción”.

“Hay un concepto de que uno no es evaluado hasta que un psicólogo o trabajador social vaya a tu casa, pero para nosotros, el proceso comienza cuando se recibe la documentación”, explicó Lemos. Storero insistió en la importancia de los datos que se vuelcan en los formularios. “Hay una evaluación totalmente objetiva que hace la base informática del Registro: si estamos buscando una familia que acepte cuatro hermanos, la variable ‘cantidad de hermanos’ determina los posibles aspirantes”, ejemplificó.

—¿Cuándo se dan las entrevistas domiciliarias? -preguntó El Litoral.

—Las evaluaciones se hacen en función de las búsquedas. Vamos evaluando por rango etario de la disponibilidad adoptiva de los aspirantes. Por ejemplo, los que tienen disponibilidad adoptiva para niños mayores de 11 años seguramente están más avanzados respecto de los que eligieron entre 0 y 3 años, porque es altísima la cantidad de aspirantes dentro de esta opción y vamos evaluando en la medida de nuestras posibilidades -respondió Storero.

Actualmente, el Poder Judicial pidió la intervención del registro en 23 situaciones “de las más complejas”: “Se trata de grupos de hermanos o chicos con discapacidades o cuestiones de salud complicadas, que requieren condiciones especiales. Hemos contactado algunas familias dispuestas a ampliar su disponibilidad adoptiva y, en algunos casos, ya empezamos a trabajar en el acercamiento previo a la guarda preadoptiva para ver cómo se desarrolla el vínculo y si están dadas las condiciones para que el juez otorgue la guarda”, contó Storero.

Finalmente, las evaluaciones continúan cuando las guardas ya fueron otorgadas para tener un seguimiento del vínculo que se crea entre los adultos y el niño.

Paso a paso del proceso de adopción

Cuando sus derechos no son respetados, un bebé, niño o adolescente puede ser separado de su familia por la Subsecretaría Provincial de Niñez, a través de una medida excepcional, por un año y medio como máximo. Durante ese lapso o hasta que se resuelva su situación, lo cual puede demandar más tiempo, el niño permanece en una familia solidaria, hogar de tránsito o institución (por ejemplo Casa Cuna).

Si no puede volver con su familia porque no están garantizados sus derechos, Niñez le solicita al Poder Judicial que declare su estado de adoptabilidad. Los jueces evalúan este pedido y son los que tienen la última palabra. No hay plazos legales para que se expidan, con lo cual la espera se suele extender.

Si el juez declara el estado de adoptabilidad del niño, se oficia al Registro de Aspirantes a Guarda (Ruaga), que inmediatamente busca la familia adecuada. Durante 6 meses o un año, se otorga la guarda provisoria a la familia seleccionada. Finalmente, el juez evalúa el proceso de guarda y define la adopción definitiva del niño.

11

niños

de otras provincias (Chaco, Corrientes y Buenos Aires) fueron adoptados por aspirantes santafesinos. Esto fue posible gracias a que el Ruaga está en contacto con la Red Nacional de Adopción. “Cuando la búsqueda de familias no se puede cubrir con los aspirantes de la provincia de origen, se amplía a la región y, si es necesario, al resto del país. Gracias a la amplia disponibilidad de los aspirantes santafesinos, 11 niños —algunos eran grupos de cuatro hermanos y otros presentaban patologías severas— pudieron ser adoptados”, comentó Mariana Storero, psicóloga del Ruaga.

 

Los “atajos” de la guarda directa

  • En 2012, una de tres adopciones se concretó a través del Ruaga. Aún no se conocen los datos oficiales del 2013, pero como el registro duplicó la cantidad de adopciones en las que intervino, se supone que se está acotando la distancia entre este sistema y el de guarda directa.

“El año pasado duplicamos la cantidad de guardas en las que intervino el registro con respecto a 2012: fueron 76 situaciones que se resolvieron a través del Ruaga en comparación a las 28, de 2012. Esto significa que los jueces nos piden más colaboración para evaluar los aspirantes en función de las necesidades de los niños y determinar las mejores familias pensando en los niños”, explicó el director del Ruaga, Santiago Lemos.

Si bien desde el Estado se están privilegiando las adopciones a través del Ruaga, para evitar “atajos” y garantizar igualdad de condiciones a todos los aspirantes a ser padres, todavía está vigente la otra alternativa: la guarda directa, a través de la cual una madre entrega su bebé a la persona que ella elija. Las dos partes se presentan en el Juzgado de Familia y se realiza el trámite de adopción.

Lo que en principio parece una decisión libre y desinteresada, suele concretarse gracias a toda una cadena de intermediarios, que van desde personal de los hospitales hasta abogados, y en los que la embarazada recibe algún “beneficio” (ropa, alimentos y atención médica) por parte de los futuros padres. Quienes entregan a sus hijos suelen ser madres adolescentes, solteras, sin recursos, formación ni contención.

STORERO_MG_IMG_6077.jpg

"El registro recibe el deseo y proyecto de formar una familia e intenta correlacionar esas aspiraciones con las posibilidades reales”.

Mariana Storero

Psicóloga del Ruaga

LEMOS_MG_IMG_6074.jpg

"El 80% de los casos en los que la Justicia ya declaró el estado de adoptabilidad, se trata de chicos de más de cuatro años, que enfrentaron dificultades severas y con grupo de hermanos. Ésos son los casos que existen y a los que estamos abocados a conseguirles familias”.

Santiago Lemos

Director del Ruaga