al margen de la crónica

Los “muertos paraos”

Vestido como si fuera a participar en un combate y colocado de pie en la esquina de un ring, el cuerpo de un joven boxeador fue velado por familiares y amigos, de acuerdo a una excéntrica y cada vez más popular costumbre en Puerto Rico de mostrar a los “muertos paraos”.

“Él quería que lo velaran así”, explicó Lilia Amaro, tía del fenecido púgil Christopher “Perrito” Rivera durante el velatorio que se llevó a cabo en el centro comunal Manuel A. Pérez de San Juan, lugar donde se crió el deportista.

Añadió que con esta llamativa puesta en escena “estamos realizando el sueño que él pidió”, porque “el boxeo fue el sueño” de este joven de 23 años que murió asesinado el pasado 26 de febrero.

El cuerpo de Rivera, vestido con guantes azules, zapatillas negras y equipo de boxeador de color negro con detalles amarillos y blancos, fue colocado sobre un cuadrilátero con sogas amarillas y cadenas blancas, para ser mostrado a la comunidad.

Este particular modo de exponer el cadáver de una persona no es tan extraño en Puerto Rico, donde de vez en cuando los muertos son expuestos al público fuera de sus ataúdes, recreando una escena que puede evocar los principales hobbies del fallecido o incluso las circunstancias en las que murió. Estos peculiares velatorios, a los que los puertorriqueños se refieren con el gráfico nombre de ‘muertos paraos‘, ganaron popularidad a raíz del organizado en 2008 en memoria de Ángel Luis “Pedrito” Pantojas, un joven que fue asesinado de once disparos.

A este caso le siguió el de David Morales, asesinado a los 22 años y conocido en la isla como “el muerto en motora” porque su cuerpo fue velado sobre la moto de gran cilindrada que conducía. También fueron casos llamativos el de un hombre que fue embalsamado y mostrado sobre una de las ambulancias que poseía como propietario de una empresa, o el de otro que fue mostrado vestido e imitando al “Che” Guevara, a quien el fallecido admiraba.