¿Viviremos alguna vez en armonía?

Arturo Lomello

Si al cabo de varios miles de años de vida presuntamente consciente no hemos logrado todavía establecer una convivencia armoniosa, sin odios fraticidas ni los consiguientes enfrentamientos destructivos, ¿cabe esperar que algún día lo podremos lograr?

La respuesta, aunque parezca mentira, es sí, como lo demuestran múltiples casos en la Historia que lo han conseguido, lo que es la prueba de que es posible.

Se han invertido miles de millones de dólares en descomunales acumulaciones de armamentos destructivos, ¿por qué no se han utilizado para el desarrollo de una educación que nos permita crecer humanamente en lo personal y en lo comunitario? La conclusión es obvia, no lo hacemos porque no queremos.

La realidad del universo es sobreabundantemente generosa en elementos que nos permiten una vida positiva, pero paradójicamente preferimos la destrucción. Basta ver la predilección morbosa de los medios de comunicación por las noticias catastróficas, de la que hacen uso y abuso especulando con el sadismo de una sociedad que practica la cultura de la muerte. Es increíble comprobar que apenas y muy de vez en cuando, entre tanta oscuridad, se cuela el brillo maravilloso de una noticia que transmite creatividad.

¿Tendrán que pasar otros miles de años para que la situación se modifique? La Biblia nos habla del Apocalipsis, que permitirá por fin, con el regreso de Cristo, un nuevo mundo y una nueva Historia, pero entre tanto los hombres esperaremos pasivamente o participaremos de la lucha contra el demonio de la destrucción.

Evidentemente, Dios nos espera. En nuestra pequeñez podemos formar parte del desarrollo pleno que nos tiene preparado, pero que puede concretarse solamente siguiendo lo que nos ha sido revelado: su iniciativa.