llegan cartas

Un viaje por la biblioteca

Rolando M. Prósperi

¡Qué extraño y cambiante es el paso del tiempo! Para llegar a los 25 años hace falta recorrer ¡25 años!; para alcanzar los 50, algo menos, y para los 60, 70 u 80 cada cuatro o cinco meses festejamos la Navidad. Recién ahí nos damos cuenta que desde el lugar que ocupamos en la cola de la vida, ya vemos la ventanilla, y lo triste es que el pasaje que conseguimos es sólo de ida.

Es hora de hacer un balance de nuestro comportamiento en los buenos momentos y en los tiempos difíciles (1); para ello sólo los recuerdos nos pueden llevar a salir en busca del tiempo perdido (2). Empezar por los días de infancia (3), cuando éramos felices (4) jugando a la rayuela (5) con Lolita (6) o compartiendo los insólitos juegos propuestos por Tom Sawyer (7); siempre bajo la atenta mirada de la tía Polly. Luego la adolescencia, con su espíritu inocente (8), nos alienta a ser protagonistas de una aventura extraordinaria. Al encontrarnos en el camino (9) con algunos muchachos (10); Ernesto, Julio, Hernán, Fermín (11), y luego de reírnos un rato al recordar las flores robadas en los jardines de Quilmes (12), decidimos realizar el tan ansiado viaje imaginario programado durante el sueño de una noche de verano (13). Nos reunimos al pie de la montaña mágica (14); sentados alrededor de unos leños encendidos escuchamos al cuarteto de Alejandría (15) tocando música para camaleones (16), acompañados por el arpa de hierba (17).

Por la mañana se deciden los destinos: algunos, sin importarles que hubo un crimen en el expreso de oriente (18), deciden abordarlo igual; su afán es conocer países exóticos. Para otros, el especial interés de estar en el extranjero (19) es conocer su rica historia, esperar ansiosos cartas de mamá (20) y averiguar si es cierto que hace algunos años París era una fiesta (21). Los más osados, se aprestan a embarcarse para el cruce de Aqueronte (22), sabiendo que de las maravillas que encontrarán en la orilla opuesta no podrán volver jamás. Los demás elegimos pasear por el puente (23); en sentido contrario vemos venir a tres hermanas (24), a las dos mayores, las desencantadas (25), se las ve muy tristes, se han enterado que por un problema económico familiar deben talar el jardín de los cerezos (26); la menor, abstraída, observa con asombro y algo de envidia el elegante andar de la dama del perrito (27).

Al llegar al final, a la derecha, bajo la sombra de uno de los grandes pilares, una caterva (28) de vagos soñadores se dispone a iniciar un “viaje de placer al ideal de los demás”. A la izquierda, yendo con mucho cuidado barranca abajo (29) llegamos a la playa (30); desde allí contemplamos extasiados el armonioso vuelo de la gaviota (31) sobre las olas (32). Al regresar vemos bajo un árbol, de noche (33), las inconfundibles figuras de Vladimir y Estragón que, angustiados y expectantes, siguen esperando a Godot (34).

Al final del juego (35) comprobamos que siempre es triste volver a casa (36), sobre todo, al enterarnos que durante nuestra ausencia se produjo la muerte de Artemio Cruz (37), de Iván Illich (38) y la de un viajante (39), el que vivía a la vuelta, en la casa del largo pasillo (40). Luego la rutina; al ver pasar todas las tardes a la señora Ordóñez (41), sumamente avejentada, tomada del brazo de la acompañante (42), nos damos cuenta que a nosotros también nos falta poco para emprender el viaje al fin de la noche (43); trataremos de hacerlo con dignidad, y con la firme esperanza de que el último encuentro (44) sea con nuestros seres queridos.

Todos coincidiremos que después de todos los años vividos, de tantos recuerdos de familia (45), al final la vida... la vida es sueño (46).

P.D.: Gracias a todos por tantas emociones: (1) Ch. Dickens. (2) M. Proust. (3) M. Gorki. (4) I. Blaisten. (5-20-35) J. Cortázar. (6) V. Navokov. (7) M. Twain. (8) A. Steimberg. (9) J. Kerouac. (10) A. Matute. (11-22-40) A. Castillo. (12) J. Asís. (13) Shakespeare. (14) T. Mann. (15) L. Durrell. (16-17-33) T. Capote. (18) A. Christie. (19) M. Camus. (21) E. Hemingway. (23) C. Gorostiza. (24-26-27-31) A. Chéjov. (25) P. Loti. (28) J. Filloy. (29) F. Sánchez. (30) C. Pavese. (32) V. Woolf. (34) S. Beckett. (36) A. Dal Masetto. (37) C. Fuentes. (38) L. Tólstoi. (39) A. Miller. (41) M. Lynch. (42) N. Berberova. (43) L. Celine. (44) S. Márai. (45) H. Tizón. (46) Calderón de la Barca.