Día de los Enamorados

San Valentín: un festejo que suma más adeptos

Floristas, gastronómicos y hoteleros coinciden en que cada vez más parejas santafesinas celebran esta fecha. Las reservas y los pedidos superaron las expectativas.

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Un clásico. El ramo de flores es lo más buscado por los enamorados para agasajar a su media naranja. Foto: Pablo Aguirre

 

De la Redacción de El Litoral

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Flores, una cena o una noche romántica en un hotel son los clásicos para festejar el Día de los Enamorados. Y los santafesinos no son la excepción a la regla. “Las ventas vienen muy bien, hoy vendemos más que para el Día de la Madre”, confirmó la dueña de la florería Gladys. ¿Qué es lo que más buscan los enamorados? “Cualquier tipo de flor porque depende del gusto de cada uno, pero lo típico es la rosa, aunque también hay otras clases más surtidas, como las yerberas”, respondió la comerciante.

En tanto, en la florería Fiorini aseguraron que el regalo más buscado es el ramo de media docena de rosas rojas, que cuesta $160. La encargada del local confirmó que el Día de los Enamorados está cada vez más instalado entre los santafesinos. “Antes, el principal día de ventas era el de la Madre, pero cada año el de los Enamorados va sumando más ventas y hoy están equiparados”, comentó Jesica.

—¿Cuál fue el pedido más especial que tuvieron para esta fecha?, preguntó El Litoral.

—Recibimos el llamado de un chico que está en el exterior y que tiene su novia en Santa Fe, para que le mandáramos un ramo de flores a su casa- contestó la comerciante.

Los que se animan a gastar un poco más pueden optar por invitar a su media naranja a cenar. El Casino Santa Fe ofrece un paquete que incluye cena para dos personas y una noche en una habitación suite del hotel Los Silos a $ 1.660. “Hace tres días que se colmaron las reservas para las 50 habitaciones y desde ayer están agotadas las 120 tarjetas para la cena show. El año pasado también explotó la cantidad de gente que vino. Es un festejo que tiene muy buena aceptación”, indicó Julia, recepcionista del hotel.

El restaurante del Holiday Inn espera para esta noche 25 parejas, que disfrutarán de una cena romántica, con música en vivo. El valor de la tarjeta es de $600 para dos personas. “Hubo más pedidos de lo previsto y tuvimos que rebotar varias reservas, porque ya no teníamos lugar. Es la primera vez que el Día de los Enamorados supera la demanda que teníamos prevista”, comentó Jorgelina, encargada del restaurante.

Además, las 24 habitaciones matrimoniales ya están ocupadas. “No nos quedan más lugares disponibles. Recibimos muchísimos llamados entre ayer y hoy, mucho más que cualquier otro viernes”, aseguró Santiago, de la recepción del hotel.

Ya sea con un ramo de flores, una cena o una noche romántica fuera de casa, cada vez más santafesinos rinden homenaje a Cupido, agasajando y sorprendiendo a la persona amada.

¿Cerebro o corazón?

  • Si bien se suele asociar al corazón con el amor, este órgano tiene poco que ver con este sentimiento. Eso sostienen varios estudios científicos que responsabilizan al cerebro de provocar mariposas en el estómago y mejillas coloradas. “Sin dudas influye en las relaciones amorosas. En las personas enamoradas determinados circuitos cerebrales se ponen en funcionamiento y se desencadenan reacciones químicas”, explica Jorgelina Varayoud, bioquímica de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL e investigadora del Conicet.

Helen Fisher, antropóloga biológica de la Universidad de Rutgers en Estados Unidos, es autora de la idea del “cerebro enamorado”. La dopamina en grandes cantidades, además de aumentar el nivel de testosterona (la hormona del deseo sexual), está asociada con una gran capacidad de concentración, euforia y dependencia, síntomas de adicción. “El cerebro enamorado fabrica otras sustancias como norepinefrina, que produce euforia y pérdida del apetito y bajos niveles de serotonina que genera la necesidad de estar con el ser amado”, señala Varayoud.

Por eso se compara al amor con una droga. “Cuando nos damos un beso, un aumento de norepinefrina te hace sentir como si descendieras una montaña rusa, sudas y tu pulso se acelera. También se libera dopamina, relacionada con el sentimiento de euforia y de adicción. Bajo este efecto, nos cuesta dormir y perdemos el apetito”, indica la investigadora.

Pero el estado de “embriaguez amorosa” inicial no es sostenible en el tiempo y los científicos coinciden en que ningún organismo sería capaz de soportar tal éxtasis de forma permanente. Sin embargo, aunque la excitación tienda a relajarse, el amor de una pareja sí puede perdurar.

Los investigadores de la Universidad Stony Brook en Nueva York seleccionaron a diez hombres y siete mujeres casados durante 20 años, los sometieron a una resonancia magnética y les mostraron imágenes de sus parejas y de otras personas. “Cuando veían la imagen de su pareja, su cerebro se comportaba de forma similar al de las personas recién enamoradas”, concluye la investigadora.